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El caso Mattei

Drama Docudrama sobre el extraño fallecimiento de Enrico Mattei, un industrial cuya muerte fue atribuida a oscuros intereses político-financieros, aunque oficialmente fue considerada un simple accidente. (FILMAFFINITY)
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
8 de junio de 2009
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine político, comprometido e ideológico siempre ha estado mal visto, ya que la mayoría de la gente considera que una película no debe tener ideología, mucho menos valores políticos.

Esto es cuanto menos una chorrada, no hay que olvidar que el cine es política por definición, ya que la decisión de un director de mostrarnos un P.P o un P.G es simplemente eso. Otro ejemplo; decidir si una película acaba con un fundido a negro o blanco puede marcar todo el tono de la película. El director de Paradise Now seguro que se llevo su tiempo para discernir éste asunto.

La gente suele tenerle alergia a esto del cine político y/o social. Y en parte tienen razón, porque en muchos casos el director suele coger una posición ideológica y hacer un panfleto simple y tonto, "Amarillo es bueno, Morado es horroroso". Pero desde luego que no siempre es así. Para empezar el termino “panfleto” suele estar mal empleado. No tiene porque ser, de partida, algo con connotaciones negativas. Lo importante es como sea ese panfleto y que no trate de simple ni a la causa ni a la gente.

El caso Mattei es uno de esos "casos sin resolver" que todo el mundo sabe lo ocurrido menos las autoridades competentes. Mattei, uno de los hombres más importantes en la Italia de la posguerra, que sacó al país de las ruinas gracias a sus iniciativas, perteneciente al centrista partido democristiano, con enemigos en Italia, en la mafia y sobre todo, en el extranjero, es diseccionado por Francesco Rosi con bastante soltura. Si bien se nos muestra una imagen positiva del personaje, no se esconden sus defectos.

Francesco Rosi es uno de esos directores surgidos del neorrealismo, que muy pronto decidió hacer películas comprometidas socialmente, denunciando escándalos políticos, los entresijos de la mafia y su relación con los poderosos, sin olvidar jamás su fuerte y marcada ideología política. Su cine denuncia fue bastante aplaudido o polémico en su tiempo, pero no ha tenido la suerte de otros directores más reconocidos actualmente que él. Es de agradecer, que ajeno a su pensamiento político, Francesco Rosi decida acercarse a la figura de Mattei en la forma que lo hace.

Película-Documental sobre todo lo que rodeo a Mattei y a las, sacado textualmente de la wikipedia, "extrañas circunstancias" de su muerte. O lo que es lo mismo, acerca del asesinato del señor Mattei. No nos vamos a andar con tonterías a estás alturas de la vida.

La única pregunta que queda sin resolver, por mucho que la película destaque una única respuesta, es saber quien realmente lo mato. ¿La CIA? ¿La mafia? ¿El servicio secreto francés? Es imposible estar totalmente seguros. Se parecen demasiado entre ellos...
The_End
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2 de mayo de 2013
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque últimamente parece existir cierta revitalización del cine crítico e incluso político (sin duda a causa de la crisis económica), resulta difícil encontrar películas tan interesantes y complejas como las que realizaba Francesco Rosi. Todo su cine, siempre comprometido ideológicamente, se articulaba en torno al afán de indagar acerca de la realidad, comprender las circunstancias que explicaban no solo los acontecimientos concretos, sino también los procesos sociales, políticos, criminales, etc. Pero quizás lo mejor es que en ese afán, Rosi alcanzó verdadera maestría en el arte de la narración cinematográfica, circunstancia que en mi opinión le convierte en un ejemplo a seguir por parte de cualquier cineasta con inquietudes, que se pregunte acerca de la realidad de las cosas, así como del mejor modo de mostrarlas.

En este caso Rosi parte de un suceso trágico, la misteriosa muerte de Enrico Mattei, presidente de la ENI (la gran empresa estatal de hidrocarburos), para elaborar una poliédrica indagación acerca del personaje, el contexto geopolítico petrolero y las sospechosas circunstancias del accidente aéreo, inicio y fin de la cinta.

Estas tres líneas argumentales están muy bien desarrolladas y cada una de ellas, por si misma, adquiere un interés mayúsculo, logrando que el espectador tenga todos los elementos necesarios para reconstruir el acontecimiento y su contexto, o lo que es lo mismo, su realidad. Para ello, Rosi recurre a un montaje y a una puesta en escena verdaderamente excepcionales, combinando las técnicas documentales con fragmentos dramatizados, y enmarcándolo todo ello en el mismo proceso de la creación cinematográfica, toda vez que gran parte de los testimonios vertidos en el filme vienen a ser la labor de documentación que el propio Rosi realiza (interpretándose a si mismo), de cara a una futura película sobre el tema. Así pues, la misma indagación acerca de la realidad se convierte en un ejemplo de narración cinematográfica y también del proceso que el realizador desarrolla previamente.

De ahí que por momentos la película oscile entre lo puramente testimonial, la evocación histórica, el análisis del personaje (soberbiamente encarnado por Volonté, un habitual de Rosi), y el contexto petrolero, siendo estas múltiples perspectivas y sus particulares estilos narrativos la principal cualidad del filme. Ello es posible gracias al dinámico montaje que imprime Rosi, con constantes flashbacks y pertinentes elipsis, y una puesta en escena que siempre es consecuente con alguno de los estilos narrativos anteriormente mencionados, enriqueciendo así el conjunto.

Como buena indagación, la película no aporta una respuesta unívoca y cerrada a la misteriosa muerte de Mattei; a modo de encuesta histórico-periodística acumula datos y sugerencias (ciertamente intencionadas) para conseguir que el espectador construya su propia verdad desde un punto de vista crítico, y de ahí que todo culmine como empezó, con el impacto de ese sospechoso accidente, cuya confusión inicial, al igual que la inmediata propagación de la noticia, demuestran ya, desde el principio, la complejidad y brillantez que definen el cine indagatorio de Francesco Rosi.
Quatermain80
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9 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
A raíz del fallecimiento de Rosi descubrí esta pequeña joya. Narra hechos reales en un estilo que después Stone continuaría con películas como JFK. Trata del ascenso y muerte del italiano Mattei, convertido en especie de Midas del petróleo para Italia. Aunque desde el comienzo se sabe en qué termina el asunto, logra sentar juiciosamente al espectador.

No es solo homenaje a Rosi, también es historia para no olvidar. Un año antes de la muerte del empresario había muerto, también en accidente de aviación nunca esclarecido el destacado Secretario General de la ONU D. Hammarskjöld. Después caería otro hombre ligado al petróleo, ahora un ecuatoriano, Roldós. Y la lista no termina ahí.

Por lo demás, en ese momento está en ebullición Argelia, la colonia francesa, productora también de hidrocarburos, lo que le pone más picante a la historia de Mattei.
Edmundo
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15 de junio de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 8ª película de Francesco Rosi, y la más vista por los usuarios de esta web después de "Crónica de una muerte anunciada".

Estrenada en 1972, compitió en el festival de Cannes llevándose la Palma de Oro -ex aequo con "La classe operaia va in paradiso" (La Clase obrera va al paraíso, 1971), de Elio Petri - un año especialmente productivo en grandes películas (Cabaret, Solaris, El Padrino,..)

Enrico Mattei, el ingeniero que dirigiendo el ente nacional de hidrocarburos italiano, ENI, consiguió incomodar a las “Seven Sisters”, las siete compañías monopolistas del petróleo y sentar las bases intelectuales para la creación de su contrapeso, la OPEP.

Rosi perfecciona su encuesta, dentro de su militante compromiso, con tres líneas argumentales bien desarrolladas: personaje, suceso y contexto geopolítico. Explora tanto los hechos como el contexto. Esta búsqueda de lo que se esconde bajo las alfombras, se plasma en el proceso paralelo de investigación metacinematográfico del propio director que aparece en el filme haciendo preguntas aquí y allá, como otros periodistas o investigadores. Esta mezcla de intervenciones de testigos presenciales, reales, o dramatizados, sean gente de la calle (o del campo), sean personajes destacados con conocimiento y participación en los hechos, ensamblando el documental con la ficción, completa una paleta de documentación sobre la que el espectador puede asentar alguna certeza y varias sospechas.



Brillante en el apartado de la narrativo, alejado del esquema tradicional, expone los diferentes ángulos cambiando de estilo y montando mediante elipsis y flashbacks, muchos años antes que Oliver Stone en “JFK”, manteniendo siempre un gran pulso narrativo sin perder nunca el hilo argumental.

Se apoya en una acertada puesta en escena y un trabajo muy sólido de los actores, Gian María Volonté principalmente.

En definitiva, otra película-escuela para entender el mundo, del señor Rosi, quien se ha ganado presidir “la comisión” del cine comprometido junto a Gillo Pontecorvo, Costa-Gavras, Ken Loach, Oliver Stone, entre otros. Porque ante todo, es gran cine lo que veremos en “El caso Mattei”
Otesánek
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27 de mayo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enrico Mattei (Gian Maria Volontè) fue un empresario e industrial italiano que falleció en 1962 debido a un accidente de avión, siniestro que desde el primer momento levantó sospechas por los intereses políticos y económicos alrededor de su gestión. El film inicia con la noticia del accidente, para a partir de ahí comenzar a recrear su carrera, que inició en 1946 cuando le fue encargado la AGIP (empresa del Estado encargada de manejar el petróleo del país).

En un primer momento se tenía como idea disolver esta empresa, esto cambió cuando Mattei da con grandes reservas de gas metano y algo de petróleo en el valle del Po. A partir de ese momento comienza la lucha de este personaje por mantener estas reservas en manos del Estado y no de transnacionales extranjeras, situación que lo llevó a moverse en estrategias con los países árabes y otras potencias europeas.

El film tiene varias idas y venidas temporales, por un lado se mueven entre las investigaciones propias del accidente aéreo, entrevistas a distintos personajes, que nos da una visión tal como un documental; y por otro lado las acciones en el pasado temporal de la trama, donde se van viendo los movimientos realizados por Mattei a lo largo de más de una década, cuestión que claramente refleja su visión e ideología, y el porqué de los enemigos que se gana.

La edición 25 del Festival de Cannes dejó dos películas italianas como ganadoras del Grand Prix Internacional (máximo reconocimiento en dicho año), una de ellas fue La classe operaia va in paradiso (La clase obrera va al paraíso) de Elio Petri, la otra, por supuesto, es este filme de Francesco Rosi, curiosamente ambas obras protagonizadas por Volontè.

Claramente ambos son largometrajes con ideología de izquierda y de lucha de clases sociales, la de Petri referida como su título lo indica a los trabajadores, mientras que Rosi se enfoca en la figura de un personaje que lucha ante todo un sistema liberal dominado por los Estados Unidos, situación que lamentablemente al final le cuesta la vida.

Hay incluso un dejo premonitorio, casi un guiño frente a la situación de los países árabes exportadores de petróleo, quiénes durante la década de los setentas adquirieron mayor incidencia en el mercado mundial gracia al trabajo de la OPEP, a diferencia de lo que sucedía durante la época en que se desarrolla la película, y que Mattei en algún momento señala.

El cineasta estadounidense Joseph Losey fue el presidente del jurado en esta edición, tras haber ganado el año anterior el Grand Prix Internacional con The Go-Between, conociendo un poco su biografía, siendo señalado por el macartismo y exiliándose en el Reino Unido, no extraña en absoluto este premio ex aequo para estos dos largometrajes italianos, e incluso tampoco el premio a Mejor director a otro director de izquierdas, como lo fue Miklós Jancsó por Még kér a nép (Salmo rojo).

Claro está, este factor no desmerece en absoluto a ninguna de ellas, en cuanto a Il caso Mattei, es sin duda una propuesta muy interesante, que logra acercar bien al espectador al contexto en que se desenvuelve, que maneja bien sus tiempos, aunque quizá en cierto momento se vuelve reiterativa, pero con un sentido argumental e ideas más vivas que nunca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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