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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
8
Drama Docudrama sobre el extraño fallecimiento de Enrico Mattei, un industrial cuya muerte fue atribuida a oscuros intereses político-financieros, aunque oficialmente fue considerada un simple accidente. (FILMAFFINITY)
27 de mayo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enrico Mattei (Gian Maria Volontè) fue un empresario e industrial italiano que falleció en 1962 debido a un accidente de avión, siniestro que desde el primer momento levantó sospechas por los intereses políticos y económicos alrededor de su gestión. El film inicia con la noticia del accidente, para a partir de ahí comenzar a recrear su carrera, que inició en 1946 cuando le fue encargado la AGIP (empresa del Estado encargada de manejar el petróleo del país).

En un primer momento se tenía como idea disolver esta empresa, esto cambió cuando Mattei da con grandes reservas de gas metano y algo de petróleo en el valle del Po. A partir de ese momento comienza la lucha de este personaje por mantener estas reservas en manos del Estado y no de transnacionales extranjeras, situación que lo llevó a moverse en estrategias con los países árabes y otras potencias europeas.

El film tiene varias idas y venidas temporales, por un lado se mueven entre las investigaciones propias del accidente aéreo, entrevistas a distintos personajes, que nos da una visión tal como un documental; y por otro lado las acciones en el pasado temporal de la trama, donde se van viendo los movimientos realizados por Mattei a lo largo de más de una década, cuestión que claramente refleja su visión e ideología, y el porqué de los enemigos que se gana.

La edición 25 del Festival de Cannes dejó dos películas italianas como ganadoras del Grand Prix Internacional (máximo reconocimiento en dicho año), una de ellas fue La classe operaia va in paradiso (La clase obrera va al paraíso) de Elio Petri, la otra, por supuesto, es este filme de Francesco Rosi, curiosamente ambas obras protagonizadas por Volontè.

Claramente ambos son largometrajes con ideología de izquierda y de lucha de clases sociales, la de Petri referida como su título lo indica a los trabajadores, mientras que Rosi se enfoca en la figura de un personaje que lucha ante todo un sistema liberal dominado por los Estados Unidos, situación que lamentablemente al final le cuesta la vida.

Hay incluso un dejo premonitorio, casi un guiño frente a la situación de los países árabes exportadores de petróleo, quiénes durante la década de los setentas adquirieron mayor incidencia en el mercado mundial gracia al trabajo de la OPEP, a diferencia de lo que sucedía durante la época en que se desarrolla la película, y que Mattei en algún momento señala.

El cineasta estadounidense Joseph Losey fue el presidente del jurado en esta edición, tras haber ganado el año anterior el Grand Prix Internacional con The Go-Between, conociendo un poco su biografía, siendo señalado por el macartismo y exiliándose en el Reino Unido, no extraña en absoluto este premio ex aequo para estos dos largometrajes italianos, e incluso tampoco el premio a Mejor director a otro director de izquierdas, como lo fue Miklós Jancsó por Még kér a nép (Salmo rojo).

Claro está, este factor no desmerece en absoluto a ninguna de ellas, en cuanto a Il caso Mattei, es sin duda una propuesta muy interesante, que logra acercar bien al espectador al contexto en que se desenvuelve, que maneja bien sus tiempos, aunque quizá en cierto momento se vuelve reiterativa, pero con un sentido argumental e ideas más vivas que nunca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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