Objetivo: Bin Laden

¿Alguna vez has oído de esos artistas que inicialmente iban a interpretar un papel que acabó siendo para otro?
Cosas como Salvador Dalí interpretando en 'Dune' a un tirano alienígena sentado en un váter de oro, o el momento aquel en que parecía que Tom Cruise sería Iron Man.
Son anécdotas que, por suerte o por desgracia, el sentido común se aseguró de que no llegaran a pasar.
¿Pero y si alguno de aquellos actores se hubiera dicho "qué cojones", lanzándose a la aventura?

Probablemente algo parecido debió pensar Nicolas Cage, el gran loco, el azote de la coherencia, el jeque del cine chiflado, cuándo le llegó esta oferta.
Se miraría, y diría "¿para qué voy a gastar tiempo y esfuerzo en un papel que nadie salvaría, que me costaría más risas que alabanzas?"
Pero luego pensaría en toda esa gente. Los que pueblan el Internet con memes a su figura. Los que celebran sus idas de olla, sean 'Ghost Rider' o 'Next'. Todos los que, pese a que haya muchos que se ríen de él, se ríen con él, sabiendo que tiene sus papelones, aunque a veces le tire más hacer el chorra.
Y seguro que dijo "qué cojones". *

Con esto no quiero decir que 'Army of One' sea una obra maestra, porque, como todas las ideas locas, se agota mucho antes de llegar al final.
Pero mientras dura... ah, mientras dura es la chorrada definitiva, a la que Nicolás, en calidad de maestro de ceremonias, no deja de prestar su talento para la sobreactuación.

Suyo es el papel de Gary Faulkner, un entrañable iluso que creyó poder capturar y matar a Bin Laden, iniciando un viaje imposible a Pakistán para ello.
Si la cosa solo fuera eso, pues habría sido genial. Una historia sobre uno de esos chiflados locos de atar que se les permite hacer lo que quieren por la libertad de la gloriosa Norteamérica.
Pero estoy seguro de que el director, consciente del material que tenía entre manos, algún que otro día dejó la cámara rodar. Y sencillamente le dijo al señor de la Jaula: "diviértete. Ya sabes. Haz que que nos gusta tanto".

El resultado es una colección incomparable de momentazos, descarados sketches y, en general, ORO interpretativo.
Cosas que a la larga no hacen una historia, pero sí un muy buen rato.
No da para más, pero tampoco lo necesita: en el momento en que un Gary Faulkner con la cara de Nicolas Cage mencione a Nicolas Cage interpretándole en un futuro habremos cruzado la barrera de la incredulidad tantas veces, que la historia se alza de la curiosidad que podría haber sido a la enorme broma entre colegas a la que nos están invitando.

Aunque tampoco hay que equivocarse, porque tras los sketches, tras las apariciones divinas y los hechos reales, se esconde una verdad que no por sobada es menos dolorosa: qué triste pasar el tiempo tras una fantasía incierta, dejando por ello de atender a la vida real. No importa las veces que nos lo digan, solo nosotros podemos salvar la distancia entre ilusión y obsesión.
Pero qué bueno viajar a Pakistán, siguiendo a un loco Nicolas Cage como si fuéramos Sancho Panza, para que lleguemos a darnos cuenta de eso.

* Siempre será posible que cogiera el papel porque le ofrecieron su buena pasta. Pero al menos, quiso echarse unas risas.
Hasta en eso se le puede querer.

Y va en serio, si estás leyendo estas palabras, y habías perdido la fe en que Nicolas Cage volvería a tomarse en serio un papel, a preparárselo a conciencia, debes ver esta película, porque no sólo es su mejor interpretación en años, sino que también es una película divertida, quizá algo irregular, pero con una veintena de momentos en los que a mí se me ha escapado la risa. No recordaba yo esta faceta cómica del actor.

Muy bien caracterizado como el verdadero Faulkner, peculiar personaje muy conocido en Estados Unidos por su extravagante decisión del año 2004, de ir a Pakistán en busca de Bin Laden para darle caza. Idealista o simplemente un esquizofrénico al que se le aparecía Dios, su aventura es real y eso es lo que hace más divertida a la película. Y es que hay veces que la realidad superar a la ficción.

El retrato que traza de Pakistán puede parecer algo, o demasiado, caricaturesco, pero es que es divertidísimo ver a las mujeres hacer gimnasia con el Hiyab puesto, a Faulkner interrumpir la oración en la mezquita etc. No hay que olvidar que el director es el mismo de "El dictador" con Sacha Baron Cohen, y esta película es muy similar en espíritu a aquella.

Para pasar un rato, echarse unas risas y recuperar un poco la fe en Nicolas Cage como actor.

Si no fuera porque la historia es en su mayor parte cierta, nadie podría imaginarse semejante majadería. Gary Faulkner existe, e hizo lo que se cuenta en esta modesta película que se centra más en los tintes cómicos del personaje en vez de en sus implicaciones sociales, morales e idiológicas.
Cage hace una de sus mejores interpretaciones de la última década si no la mejor, dotando con una voz aguda y chirriante al enloquecido y mesiánico descerebrado fuera de control, de cualquier lógica que fue y debe seguir siendo este Gary con apellido de escritor ilustre.
Se me hizo un poco larga, quizá por la poca simpatía que tengo a Russell Brand aquí metido en el papel de Dios aparecido al discípulo Cage. Hay situaciones hilarantes, y muchas otras vergonzantes. Es una rareza, que no me atrevo a recomendar.

Me ha sorprendido lo floja que es Army Of Me.

Me ha sorprendido, porque en ningún momento parece más loca o interesante que la historia real de Gary Faulkner y el montaje es completamente arrítmico y carece de pulso o tensión; resulta una suerte de escenas más o menos ordenadas cronológicamente sin una verdadera estructura o soporte desarrollado.

Contiene, por cierto, una actuación de Nicholas Cage inconmensurable, hace que te olvides totalmente de que estás viendo a Nicholas Cage o precisamente hace que pienses que podría ser perfectamente un día normal de Nicholas Cage.

Si esperas algo como el trailer, la película te va a defraudar por completo, si has visto previamente algo de Gary Faulkner en youtube, te va a defraudar, y si piensas como yo, que podrían haber hecho un documental loquísimo en plan The King Of Kong, también te va a defraudar; esto sí, Nicholas Cage debería ser nominado al Óscar, diría, que es una de sus mejores interpretación en años.

Podéis tomároslo como la crítica o la bizarrada del día, pero la historia me había llamado tanto la atención, que aún sabiendo el estado de forma del que goza el amigo Nicolas Cage (que lleva sin hacer una película mínimamente decente AÑOS) quería verlo.

Como en el cine lo importante es narrar una historia que sea original y nunca vista, desde luego que la de Gary Faulkner necesitaba ser contada. Gary es un tipo raro, peculiar, demasiado parlanchín como para caer bien al espectador y con sus propias teorías en la cabeza. Pero algo si que es cierto: es un auténtico patriota, y por muy disparatada que resulte su misión tiene que llevarla a cabo. Debe encontrar a Osama y darle caza.

Debido a sus problemas de riñón, el amigo Gary necesita diálisis y una consecuencia directa de su enfermedad son las visiones extrañas que tiene. De esta forma, su director quiere explicar la parte más fantástica de la historia, mezclándolo con la realidad para que intentemos ponernos del lado de Gary, un Nicolas Cage en su salsa, pues Gary le da perfectamente pie a hacer todo tipo de excentricidades.

El problema llega con algunos de los elementos que rodean a Gary, como es la chica que está a su lado y que está profundamente enamorada de él. Cito esto porque es la única forma de entender el hecho de que siga a su lado a pesar de que él tiene que realizar LA MISIÓN. Por muy ignorante y enamorada que la chica estuviese de Gary, me cuesta HORRORES creer en el desmesurado apoyo que le ofrece. Sólo al final es cuando más resistencia muestra. ¿De verdad?

De puro disparate, el espectador asiste al espectáculo ojiplático, casi tanto como los dirigentes de la CIA en Islamabad cuando descubren a Gary buscando a Osama. Aunque tiene muchas pegas, de todo esto podría haber salido una película mucho más graciosa y delirante (y eso que Russell Brand hace del todopoderoso).

‘Army Of One’ es una frikada. Con eso creo que os lo digo todo.

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