The Incident

Sorpresón que el director de la regulerísima Los infieles dirigiera un año antes semejante peliculón, ida de olla absoluta. Rozando lo cómico, lo patético y sí, señores, el terror, Courtés nos cuenta un cuentecillo de manera más que notable, en el que los personajes lo son casi todo y en el que los medios técnicos son simplemente, maravillosos. Grupito grunge-punk-goth...what else? trabaja para sacar adelante sus maquetas como cocineros (!) en un psiquiátrico (!). Un día, tormentaza mediante, la máxima seguridad del edificio pasa a ser mínima y los cocineros greñudos (hay que ver lo guapísimo que está Ruper Evans) se las ven con el grupete de loquers comandado por un terrorífico zumbado de ojos color mar que de verdad da miedete del bueno.
Ajena a pretensiones conceptuales y de fondo y carente de pretenciosidad la película acaba resultando estupenda. Ya les digo, un sorpresón.
Testosterona en el psiquiátrico. Un lujo.
Lo mejor: La idea, absurda y genial.
Lo peor: Roza convencionalismos en su tramo final que podían haberse evitado. Pero aún así es de lo más decente del año.
Bravo nuevamente por el vigor del francés de terror.
(Aplausos)

Es regla: si en un manicomio de "alta seguridad" hay seguridad, pues no hay peli posible. Porque los guardias deben ser pocos y poco competentes; porque, en este caso, la fuerza de control debe ser ejercida por los cocineros (¿?) y, por sobre todas las cosas, porque el lugar debe estar recontra mal asegurado. En lo posible, que el manicomio se acerque más a un hospital en donde psicópatas crónicos deambulen como enfermos de diabetes. Las reglas aquí se cumplen a rajatabla.

Una vez que nos damos cuenta del poco sostén conceptual de la peli, empezamos a intentar suspender la lógica en pro de la tensión. Asylum sale ganando: compensa sus baches convencionales por una buena fotografía, un excelente uso de las cámaras (esa persiana que se abre, travelling de acercamiento lento, dejando ver el vidrio que separa la cocina del comedor del manicomio es notable) y, ante todo, un uso del ritmo medido que logra el "timming" preciso.

No hay profundidad alguna en la peli, todo se focaliza en una situación de riesgo y a ver como se la rebuscan los protas. No más, hay una alusión directa del tipo metafórica sobre como la locura ingresa al cuerpo, ya sea transmisión o contagio, que actúa como eje breve y directo. No sorprende pero tampoco desagrada. Con poco, pero desarrollado con prudente inteligencia, la peli se deja ver para llegar al final en clave de "como se van de allí de una vez por todas".

La suspensión de la credulidad se logró con moderada eficacia.

El cine francés de horror extremo está de enhorabuena, títulos con "Martyrs" o "À l'intérieur" demuestran su buen estado de salud, hay esperanza en en país galo más allá de su acostumbrado - y laureado - cine soporífero.

"El incidente" / "Asylum Blackout" se une a esa nueva ola de tremendismo, el film parte de una premisa interesante, la idea de quedarse atrapado en un sanatorio mental donde las medidas de seguridad quedan desactivadas por una tormenta, es de las que, valga la redundancia, atrapan, además incluye acertadamente una ambientación sombría, bien justificada en el año en el que se desarrolla, 1989, que la viste de un atractivo aire retro.

Lástima que su desarrollo quede lastrado por lo que a mi modo de ver es una ejecución torpe por parte de su realizador, Alexandre Courtés, que deshila torpemente el argumento y desenfoca con demasiada frecuencia su ritmo narrativo, si a esto añadimos que pasa de puntillas por su pretendidos momentos finales sorpresa, entendemos que es de esas cintas que van de más a menos diluyendo su prometedor planteamiento inicial.

En cualquier caso, siendo honestos, no se pueden esperar grandes obras cinéfilas en este subgénero del terror, pero atendiendo a sus hermanas mayores, mencionadas al comienzo de esta reseña, el film de Courtés se queda fuera del podio de nuestro país vecino.

Una de zombis + Un manicomio = «The incident» (Halloween 2016 11).
28 de octubre de 2016
Pues esta película no es más sino una de zombis pero sustituyendo los zombis por los internos del manicomio. Si tenemos en cuenta que a mí los zombis ni fu ni fa, más bien fa, tenemos que es una película bastante reguleras que no te logra enganchar en ningún momento.

Como siempre no son los actores ni nade que se le parezca sino una trama que a mí, personalmente no me impresiona ni me gusta demasiado. Al principio no es que me aburriera pero tarda mucho en empezar la movida principal, presentando personajes se les va un cuarto de la película.

Total que no tengo mucho que decir que si te gustan las de zombis te va a gustar y que si no, pues probablemente no, pero puede que sí, no se sabe nunca. Si al menos estuviese en francés, pues la hubiese visto con más ganas, pero no, es en inglés. Si tuviera que comparar esta película con la música lo haría con el álbum de Exodus «Another lesson in violence», no hay mucho que decir.

Si quieres saber qué tema escogí ve a mi canal de YouTube, busca esta crítica y podrás oírlo. Encontrarás mi canal en mi perfil de FilmAffinity. Mira mi lista de películas que he visto en Halloween 2016, desde la más reciente a más antigua a partir del 23 de octubr, aquí en FA.

Interesante película francesa de terror que se aleja de las típicas comedias taquilleras y otras rarezas infumables que han caracterizado el cine del país vecino, y se parece más al nuevo extremismo francés de los últimos años aunque sin integrarse del todo.

El filme de Alexandre Courtès sitúa la acción en una institución mental, más concretamente en las cocinas, donde trabajan los miembros de un grupo musical para ganarse unas perras con las que poder pagar el alquiler del local donde ensayan. Hay perturbados de todas clases y rudos funcionarios que manejan y maltratan a los internos sin impunidad, pero todo va como la seda día a día hasta que, por culpa de una fuerte tormenta, se funden los plomos y la seguridad se ve amenazada.

Es loable el esfuerzo por conseguir una atmósfera hostil que transmita la sensación de que algo está a punto de salir tan mal, que va a desatar todos los infiernos. La tensión va in crescendo conforme avanza la película gracias a la introducción de personajes, desde el psicótico vocalista del grupo (Rupert Evans) hasta su violento amigo (Kenny Doughty), pasando por el tiránico jefe de seguridad (Dave Legeno) y por toda la cohorte de locos de atar que tienen recluidos en las instalaciones.

Toda esa tensión acaba estallando cuando se producen los altercados, momento desde el cual la película se transforma en un espectáculo violento y gore bastante decente, pero sin llegar a los niveles de “À l'intérieur” (2007) o “Irreversible” (2002), dos claros ejemplos de la nueva ola del cine de terror francés.

“El incidente” es, pues, una propuesta principalmente destinada a entretener, pero también plantea algunas cuestiones psicológicas interesantes.