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Necronomicón

Thriller Dieter, un hombre sin edad, es el eterno protector de Necronomicón, el libro de los muertos. Pero existe un ejemplar del libro que descansa, oculto, en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. La misteriosa muerte de Dieter lleva a Luis, un simple bibliotecario, a enfrentarse con las fuerzas que lo acechan mientras la ciudad parece corroída en un clima apocalíptico. (FILMAFFINITY)
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
14 de julio de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las cosas por las que yo admiro a los argentinos, en especial el pueblo argentino, no a sus dirigentes, es su gran pasión y vocación por la cultura y los libros en concreto. Eso ha hecho que un país que se extiende desde el corazón de la América del Sur hasta los confines del cono tocando la Antártida, sea precisamente una de las pocas naciones que conserva la semilla de la civilización tal y como la conocemos.

La conciencia colectiva Argentina tiene claro, con todo lo que últimamente ha tenido que sufrir, que mantener un nivel cultural pasa por tener unos elevados estándares de pensamiento, lo que a su vez implica por imperativo cartesiano (cogito ergo sum) ser un apasionado de la lectura y de la escritura. Es este afán, lo que llevó a Marcelo Schapces a concebir y realizar esta película.

Abordar el universo lovecraftiano es una ingente gesta que muy fácilmente puede llevar al fracaso. “Necronomicón” (2018) es una pieza completamente diferente a muchas otras tantas que pretendieron entrar en el corpus mítico de Lovecraft (sin ir más lejos, la producción de 1993 que lleva el mismo título).

Una tarea compleja, casi imposible, el pretender reflejar en apenas 90 minutos de duración, todo lo que contiene este universo. Pero el realizador argentino, en un ejercicio de humildad, usa una estrategia diferente: idear un argumento centrado, no en adaptar fielmente un relato original, sino en uno de los mitos referenciales más importantes: el “Necronomicón”; el libro cuya existencia real sólo se apercibe en la rocambolesca invención literaria lovecraftiana, que le atribuye el remanente de unos pocos ejemplares, uno de ellos localizado en una biblioteca de Buenos Aires.

Marcelo Schapces, y casi todo su equipo al completo, perfectamente cultivados en la obra de H.P. Lovecraft, y profundamente conocedores, pues ello les viene de la propia experiencia vital, de sus raíces culturales porteñas, sabe aprovechar esta mágica conjunción, plasmada gráficamente en el recuerdo que hace de José Luis Borges como director de la Biblioteca Nacional, en cuyas fauces el protagonista descubre entre varios libros tapiados el Necronomicón. Bellísima metáfora del ser humano que desciende a lo más profundo de su inconsciente, y ahí descubre la descomunal fuerza de su magma, cuyo abuso o mal uso puede traer al individuo a su perdición, y a la de todos los que están a su alrededor.

Siguiendo el sustrato del mito de Perceval en busca del Santo Grial, Luis (Diego Velázquez), el personaje principal, que representa ser el elegido por el destino para encontrar y ser el custodio del fantástico volumen, debe poseer unas especiales características de fuerza y pureza, que otros no ostentan, y por lo tanto fracasan, pereciendo después de intentar leer el libro.

Otra de las características admirables del pueblo argentino, es su gran capacidad de auto reflexión, autoanálisis, auto revisión...; tanto a nivel individual, como a nivel colectivo, como sociedad. Fruto de este proceso son capaces de exteriorizar todo ese bullicio interior, esa fuerza, esa magia artística con la que el director de fotografía de “Necronomicón” (2018), Marcelo Iaccarino, es capaz de representar una Buenos Aires desde una perspectiva completamente diferente a la que estamos acostumbrados; la antítesis de esa ciudad colorida y soleada. Una urbe bajo un permanente cielo cubierto de nubarrones que dejan caer una suerte de infausta lluvia sobre sus habitantes, además de cernir sobre toda la población una siniestra oscuridad. Y otros signos de mal agüero, como el alucinante zumbido de insectos y fugaces apariciones espectrales de seres monstruosos, que van intensificándose a medida que Luis se va acercando a la verdad sobre el Necronomicón, y éste se halla más próximo y expuesto a inadecuadas manos, inexpertas mentes Y dudosas intenciones.

En conjunto, se crea un set que muestra una metrópolis siniestra, gris, triste, abandonada y el peligro de perder todo su antiguo esplendor. Un escenario típico de películas de cine fantástico y aventuras, como por ejemplo las de la saga “Batman” (1990 – actualidad), o “Sin City” (2005). Lo cual no deja de constituir una proyección alegórica de un estado de ánimo colectivo, de los miedos y temores más profundos de una sociedad entera.

En este aspecto, “Necronomicón”(2018) se puede descubrir a manos de los creadores del diseño de arte, un magnífico lienzo que le da muchos enteros a la película. Pero esta belleza poco común, primorosamente elaborada y con talento creativo, se viene abajo con la calamitosa chapuza perpetrada por el equipo de los efectos especiales, especialmente Los efectos digitales creados por ordenador con los que se da forma a las criaturas ultra mundanas que acechan, y amenazan con apoderarse del mundo de los vivos, a través del portal que representa el codiciado libro.

Los equipos de Franca Gallo y de Omar Kivschinosky dan al traste con el imponente resultado de los escenógrafos, llenándolo de pegotes y churros, como si alguien le hubiese dado varios brochazos gordos a unas “Meninas”, u otra obra pictórica de valor incalculable que pudiera preciarse. Un completo desastre, no solo por la mala calidad de dichos efectos, sino también por el hecho de que la pretendida figuración de lo que el terror “lovecraftiano” pueda inspirar a cada cual, es puramente subjetiva y se limita a cosificar el “numen”, reduciéndolo a la categoría de ídolo. Despojándolo de su tremendidad, de su capacidad de causar horror y pánico hasta la locura. Tal derroche de tentáculos llega a ser risible, aparte de darle a uno ganas de tomarse una rica tapa de pulpo a la gallega.

Los mismos execrables efectos visuales con los que, sin ningún tipo de miramiento, deshonran a la figura del gran Federico Luppi, quien falleció en pleno rodaje, y a quien reconstruyen el rostro de una forma indigna y chabacana. Más les hubiera valido encontrar un doble lo más parecido posible, y hacer alguna que otra virguería con el maquillaje.
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Jordirozsa
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18 de marzo de 2020
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trama de la película en si comienza de cierta manera interesante, pero sobre la parte final un sin fin de despropósitos a mi gusto arruinan la construcción general del film. El terror nunca llega mostrarse y el desenlace se queda corto de ideas a mi parecer. En síntesis el final arruinó todo, floja película.
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Bruno Lopez Jurado
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10 de agosto de 2020
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El terror fantástico no es para cualquiera, por eso la mayoría de las películas del género terminan siendo malas, porque si no se sabe contar como corresponde terminan queda algo fallido y pretencioso, lleno de grandilocuencia como esta.
Muy mal encarada, intenta ser intelectual y queda intelectualoide, pero lo peor es cuando se mete de lleno al fantástico, con sus efectos de quinta que en vez de terror da risa.
Los actores, exceptuando Fanego, que es el único que le da cierta profundidad a su personaje, están pésimos, recitando sus diálogos sentenciosos.
Es lenta, aburrida, ridícula, otra muestra más de lo que le cuesta a los cineastas argentinos hacer algo de terror decente, sobre todo cuando es fantástico.
Manuel
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3 de febrero de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Necronomicón es una película de Marcelo Schapces. Este thriller forma parte de la nueva ola de cine de terror argentino que comenzó hacia 2010.
La trama de esta película sigue los pasos de Luis Abramovich, un restaurador de libros que trabaja en la biblioteca nacional Mariano Moreno, de Buenos Aires. Un extraño pedido de su jefa enviará a Luis a los subsuelos semi abandonados de la biblioteca. Allí, el protagonista encontrará una serie de libros sobre lo oculto que lo pondrán sobre la pista de un tomo cuyo valor sobrepasa el de pieza de colección, un libro dueño de un poder terrible, el Necronomicón.
Desafortunadamente, esta producción sufre del mismo mal que muchos otros thrillers: su primer acto es muy bueno. La música, los decorados y los primeros compases del guión se conjugan para crear una deliciosa atmósfera de misterio que me atrapó por completo. En estos momentos iniciales, la falta de información y la incertidumbre sobre lo que nos depara la trama se viven como aspectos positivos. Sin embargo, a medida que se suceden los minutos y las escenas, va quedando claro que los guionistas saben tanto como nosotros a cerca de cómo va a concluir la película.
Un aspecto que vale la pena elogiar del guion es la manera en que logra fundir el mundo de Lovecraft con la ambientación porteña de la trama de forma que no resulte forzada. Al abordar géneros como la acción o el terror, un problema con el que se suelen encontrar los directores y guionistas argentinos es el de tener que traducir convenciones narrativas y toneladas de inspiración proveniente del cine norteamericano a un contexto más criollo. En este sentido, el acercamiento que hace esta película al "eldritch horror" a través del mundo de los libros es más que apto. Si bien la inclusión de figuras como Jorge Luis Borges puede resultar fantasiosa en exceso, el escenario de la biblioteca nacional, los edificios de departamentos decrépitos y las pequeñas librerías de usados combinan a la perfección con la temática a la vez que resultan profundamente argentinas.
Desacomplejado: este es quizá el adjetivo más apto para definir al apartado técnico de esta producción. Los efectos especiales por computadora abundan, y lo único más chocante que su paupérrima calidad es el desparpajo con el que son utilizados. En última instancia, estos no son malos por su baja calidad sino por lo gratuito de su inclusión; me hubiese gustado ver alternativas más sutiles y creativas para mostrar lo sobrenatural.
Por último, las actuaciones son más que dignas. Pese a estar conformado por actores de escaso renombre, todos ellos son capaces de interpretar satisfactoriamente a sus personajes. En especial me gustaría destacar la actuación de Daniel Fanego y un cameo de último momento por parte de Juan Sasturain.
En conclusión, Necronomicón es un thriller interesante pero completamente incapaz de desarrollar su trama más allá del primer acto. Los fanáticos de las atmósferas misteriosas pueden llegar a ganar algo viendo esta película, para el resto quizá sea mejor idea abstenerse.
German
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3 de septiembre de 2023
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Película de terror argentina que coge la mitología del célebre escritor H. P. Lovecraft, y que está dirigida por el responsable de títulos como La Velocidad Funda el Olvido (2007), y protagonizada por Diego Velázquez (Inmortal, 2020), y María Laura Cali (La Segunda Muerte, 2012).

Dieter, un hombre sin edad, es el eterno protector de Necronomicón, el libro de los muertos. Pero existe un ejemplar del libro que descansa, oculto, en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. La misteriosa muerte de Dieter lleva a Luis, un simple bibliotecario, a enfrentarse con las fuerzas que lo acechan mientras la ciudad parece corroída en un clima apocalíptico.(FilmAffinity)

Si bien la historia que se nos presenta parte de una premisa más que interesante, donde se coge la mitología de Lovecraft para crear un relato nuevo, un tono excesivamente solemne que hace que su escueto metraje se haga algo largo, junto unos efectos digitales bastante malos que hacen imposible no sacar al espectador de la experiencia, hacen de Necronomicón una propuesta fallida. Las actuaciones cumplen su cometido sin destacar, con una inquietante María Laura Cali que protagoniza algunas de las escenas más efectivas, y la dirección demasiado conservadora junto un tono en el que se echa en falta un poco más de gamberrismo resta enteros al conjunto.

Necronomicón es una película de serie B, que sobre que no consigue escapar de la mediocridad, tiene algunos elementos decentes e interesantes que hacen que valga la pena su visionado.

Nota personal 4/10
ElChicoDeLosHorrores
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