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El amor en su lugar

Drama. Romance. Musical Enero de 1942, 400.000 judíos de toda Polonia llevan más de un año confinados por los nazis en un estrecho gueto en mitad de la ciudad. Fuera del muro, la vida sigue adelante. Dentro, sus habitantes luchan por sobrevivir. Sin embargo, el alto muro de ladrillos no consigue parar la creación de un grupo de actores judíos que, en una helada noche invernal, interpreta una comedia musical en el teatro Fémina. Los espectadores ríen y se ... [+]
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Críticas 48
Críticas ordenadas por utilidad
16 de diciembre de 2021
64 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nadie es por sí solo alto o bajo, gordo o delgado. Tampoco un edificio o un objeto es por sí mismo grande o pequeño, armonioso o desproporcionado. Se es alto, delgado, grande, pequeño, armonioso o desproporcionado siempre respecto de algo o de alguien. En definitiva, es en el contraste entre elementos opuestos cuando realmente somos capaces de apreciar las condiciones de una persona, de hacernos una idea cabal sobre sus atributos, de aquilatar las características o reconocer la sustancia de una cosa.

Y es aquí precisamente donde radica la principal falla de "El amor en su lugar". Sumergir al espectador desde el comienzo mismo de la película en una suerte de sucesión ininterrumpida de peripecias sin solución de continuidad (rodadas con evidente pericia técnica), no contribuye necesariamente a dotar a la obra de lo que algunos críticos denominan "un ritmo endiablado". Al menos, no para mí. Faltan los necesarios elementos de pausa que dan sentido a la acción y permiten al espectador hacerse cargo del dramatismo de las situaciones, de empatizar con los personajes.

Tampoco el dominio evidente de la técnica garantiza la armonía del conjunto cuando se abusa de ella. El manejo de la cámara es encomiable pero excesivo en el uso de planos secuencia, de vueltas imposibles, de entradas y salidas que, lejos de añadir ritmo al metraje sólo le dotan de precipitación. Un gran violinista podrá dar muestras de su virtuosismo mediante la ejecución perfecta de complejos ejercicios musicales, pero no dejará de ser eso: complicados alardes que, a modo de ejercicio de dedos, llevará a cabo para mantener a tono su destreza. Será precisamente en la contención de su habilidad, reservándola para los momentos oportunos en que la pieza musical así lo requiera, cuando su pericia técnica contribuya a dotar al conjunto de equilibrio y belleza.

La técnica al servicio del Arte y no al revés.
JLB
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17 de noviembre de 2021
27 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen drama histórico de supervivencia nos plantea Rodrigo Cortes en su última película que pudo verse en el pasado Festival de Sevilla donde asistió para presentarla.

Enero de 1942, 400.000 judíos de toda Polonia llevan más de un año confinados por los nazis en un  gueto en mitad de la ciudad separada por un gran muro. Fuera la vida sigue adelante y Alemania sigue de lleno en la segunda guerra mundial. La película cuenta la historia real de un grupo de actores judíos que intentando evitar las penurias por las que están pasando, dan un poco de ilusión y esperanza a sus compatriotas organizando obras de teatro. 

El guion está escrito por Rodrigo Cortes junto a David Safier, basándose en la obra de Milosc Szuka Mieszkania que estuvo representada en el teatro Fémina de Varsovia durante el invierno de 1942.

La puesta en escena es brillante y Rodrigo Cortes nos deleita con algunos planos secuencia muy buenos, quizá detrás de los escenarios la película resulta algo oscura, pero hay que comprender que la falta de energía eléctrica en la época era evidente. 

La obra resulta ser una comedia musical con enredos de parejas, algo que también está sucediendo a los propios actores. Los protagonistas a pesar de no ser muy conocidos cumplen muy bien con sus respectivos papeles trasmitiendo muy bien lo que está sucediendo sin buscar la lágrima fácil o recrearse con violencia gratuita.

Una buena película que trasmite buenos valores y que tendrá su estreno en cines el 3 de diciembre de 2021.
Destino Arrakis.com
videorecord
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6 de enero de 2022
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando salí de ver la película, me sentía sobre todo sorprendido, ¿una película española, de un director español, ambientada en el gueto de Varsovia en 1942?

Tiene una producción magnífica, con decorados, vestuarios y ambientación muy cuidados: vale, puedes documentarte, ver fotografías, hay montones de estudios y material gráfico de la época y el lugar. Sin embargo, tenía que haber algo mas: el guión, la historia, los personajes, están permeados de cultura Yiddish y de las dramáticas circunstancias del gueto de una forma y con unos matices que sólo alguien que lo haya conocido muy, muy bien, podría escribir.

Buscando una explicación, he averiguado en la wiki que el co-guionista David Safier, un escritor de gran éxito (es el autor del superventas “Maldito Karma”), es también el autor de “28 Tage lang” (“durante 28 días”) una obra que recrea la vida diaria de una joven judía en el Gueto de Varsovia, escrita en homenaje a sus abuela, fallecida en el Gueto de Lodz. Todo encaja.

Dicho esto, me sumo a los elogios a la película, a la producción, el guión, y la dirección y las actuaciones de los actores y actrices, y la he puntuado con un 7. Pero no más y casi la dejo en 6, sobre todo por dos cosas:

Una, el ritmo, demasiado acelerado y frenético, sin encontrar esa alternancia, esa modulación en el tempo que caracteriza a los buenos guiones y que tanto ayuda a meternos en la historia y no quedarnos en simples espectadores de cómo los personajes corren de un lado a otro de la escena, en este caso, del teatro.

Y la otra, el personaje del soldado alemán: no entiendo porqué lo ponen en uniforme de soldado raso, no cuadra con el papel que le hacen desempeñar, con un discurso tan elaborado y bien construido… de un oficial, y de cierto rango, me lo hubiera creído un poco más, aunque seguiría siendo inconsistente con la ralea que asignaba el ejército alemán a las tareas de represión, que solía ser lo peor de lo peor.

Y para terminar, ¿es que no va a acabar nunca la inveterada costumbre de los distribuidores españoles por poner su granito de arena de creatividad superflua, y la mayoría de las veces, inapropiada y ramplona, en los títulos de las películas (y que me disculpen los distribuidores si no son ellos los culpables)? El título original de la obra de teatro sobre la que se construye el guión es en Polaco “Miłość szuka mieszkania”, que se traduce por “El amor busca un apartamento”. El título que le han puesto en inglés es “Love Gets a Room”, vale, ya no se busca sino que se consigue, y cambiamos “apartamento” por “habitación”. Pero en el título español ni se busca ni se encuentra, se está, y ni habitación ni apartamento, “Lugar”, y no cualquier lugar, sino “Su Lugar”... incomprensible, y además desvirtúa bastante la conexión con el argumento de la obra de teatro…

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Arponero Sánchez
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6 de diciembre de 2021
25 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Amar o ser amado, si es que acaso se puede elegir”.

Oda a la expresión artística como una herramienta necesaria vital, y a la utilización de esta como medio de autenticidad.
A su vez, a la necesidad del espectador de consumirla, funcionando ambas como una relación amorosa recíproca.

La utilización del plano secuencia como recurso predominante apoya el cambio frenético que sucede en un espacio y tiempo continuado (en tiempo real) con el fin de acrecentarlo.
Para mi punto de vista encaja perfectamente este recurso, teniendo en cuenta que el modo de vida del gueto es impredecible hasta tal punto que no sabes cuando puede ser tu último momento con vida;
Y en el caso de los escenarios de bambalinas teatrales, las posibilidades de tomar cierta decisión, y los dilemas sentimentales en los que varios personajes están involucrados, también estarán presentes como elemento perturbador de la quietud emocional.
Entornos cambiantes, para sentimientos cambiantes/inestables.

La oscuridad de los guetos y de las bambalinas predomina, hasta el momento que empieza la función. La pantalla se ilumina por primera vez, cuando empiezan a representar. Y en ese punto, donde el escenario teatral ocupa toda la importancia visual, es donde entendemos el lugar que ocupamos como espectador, tanto para la obra como para la industria artística.
En la sala en la que nos encontramos sentados, adoptamos el mismo punto de vista que los judíos del gueto. Ambos públicos necesitamos ver la película o la obra de teatro.

Otra decisión llamativa es la no utilización del recurso de la elipsis. De esta manera veremos prácticamente las representaciones teatrales al completo, y ¿por qué esto es bueno?
Esta decisión favorece el aprovechamiento de las representaciones teatrales como medio de autenticidad de las expresiones de los personajes: En determinados momentos, la interacción de texto y movimiento parece que habla más de ellos y es más sincera que las que suceden entre bambalinas, donde la indecisión e inseguridad predomina.
Concluyendo así que la veracidad implícita en la expresión artística funciona como única herramienta de “éxito”.
Los actores tienen la necesidad de representar, para poder expresarse: Tanto público como artista se necesitan mutuamente para escapar de la oscuridad. Como a su vez ciertos personajes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Cristian Ximenes
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12 de septiembre de 2022
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esperanzas que se evaporan en la espesura del mutilado sentimental. Soluciones que apaciguan el dolor con más dolor. Lágrimas de la impotente escena de la fuga. Temores afrontados con la dignidad del héroe y la miseria impuesta del entorno.

Una cruel historia de amor que Rodrigo Cortés elabora a partir de la obra teatral de Jerzy Jurandot. Apabullante en lo técnico y hermosa en lo artístico. Una sucesión de planos secuencia que se encadenan hasta el final. Tensiones conseguidas y bañadas por una atmósfera opresiva que va creciendo sin descanso.

Podrá gustar más o menos, pero es innegable su calidad en prácticamente todos sus apartados.
La puerta de Tannhäuser
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