Aparecidos

Este es un film lastrado por varias cosas, una de ellas es su inapropiada pareja protagonista, la nula capacidad de Javier Pereira para construir un personaje medianamente convincente y en menor medida algo parecido con Ruth Díaz pero sobre todo es una película de esas que tienen buenas ideas de fondo, un apreciable intento de búsqueda de originalidad en el género pero un machacante despropósito en el guión, sobre todo en lo que concierne a los pequeños detalles, esas conductas imposibles, esas reacciones de muy baja coherencia. Cabezas sin dudas es mejor director que guionista y tal vez por eso debería delegar en esas funciones porque su parte de puesta en escena y realización es apreciable pero el ritmo y progreso de la trama en cuanto a la historia termina siendo plomizo cuando se ve a la legua que maneja material interesante. Y así como conclusión "Aparecidos" queda como una película semiapreciable que no han sabido rematar con holgura, sin afinar, una lástima.

Cuando hablamos del cine español en muchas ocasiones se lo relaciona con la Guerra Civil, cuando hablamos del cine argentino no se puede dejar de pensar en la época del proceso militar.
Bueno, aquí Paco Cabezas se adentra en el terreno escabroso de la dictadura militar en clave de cine fantástico combinado con terror fantasmagórico.
En realidad no deja de ser interesante el planteo que rompe con la monotonía en la forma de llevar a la pantalla la cruda etapa que le tocara vivir a la Argentina a mediados de la década del setenta y principios de la del ochenta.
Obvio que el argumento tiene baches y desprolijidades que a veces no cierran desde la lógica. Pero como la cinta está codificada con la impronta del cine de fantasía, y con el agregado especial de tocar el tema del tiempo donde presente y pasado se funden conformando un complejo entramado… entonces desde esa perspectiva se le perdonan muchas situaciones alejadas del sentido común, pues en código fantasioso muchas de las leyes físicas se rompen sin que podamos achacarlas como puntos negativos.
Estamos en presencia de una cinta española que rompe los esquemas para criticar la dictadura militar argentina que demoliera en su tiempo muchos de los derechos humanos existentes. Ya desde esa mirada la cinta es más que interesante desde la manera en que está presentada, además hay que agregarle que el filme está muy bien aclimatado desde su atmósfera intrigante y que posee pocos pero logrados efectos visuales para dar vida al elemento sobrenatural que se manifiesta en el relato.
Los protagónicos son al uso, sin destacarse pero tampoco hacen el ridículo. Lo que sí es verdaderamente ininteligible son algunos de los diálogos del filme por la mala modulación de los actores principales.
En fin, es una opción que distinta por dos razones:
* Porque plantea de fondo cine social crítico y reflexivo con el perfil propio del cine de terror con subgénero de fantasmas.
* Porque no abusa del convencionalismo tan usado donde los fantasmas se manifiestan para resolver un pasado, aquí el tema de que pasado y presente acontecen paralelamente es sumamente original, aunque en determinadas ocasiones se arme tan embrollo que sea incomprensible desde la razón.
Le doy un seis por la singularidad de exponer y mezclar cine de terror semi-trillado con cine de denuncia. La propuesta es un híbrido que deja buen sabor de boca.

Cuando se junta uno de los peores conjuntos de actores con una historia que es mitad patochada y mitad aburrimiento, el resultado no puede ser otro que un truño. Si a todo eso le sumamos uno de los peores doblajes de la historia (con minúscula) del cine… el nivel sube hasta Truño (con mayúscula) hemorróidico, una cosa a ratos cómica y a ratos dolorosa. Lo curioso del doblaje es que la película es española y, aunque a algunos personajes les doblan por aquello de se catalanes, se ve que a otros les doblan porque son malos de solemnidad… pero resulta que el doblaje es tan ininteligible o más que Bebe cantando con la boca llena.

Como su propio nombre indica, la película pretende ser de miedo (o dar miedo) utilizando todos de manera masiva y sin criterio todos los recursos tópicos de esta clase de cine: puertas que chirrían, silencios palpables que se rompen de pronto con música estridente, recepcionistas de hotel con mirada aviesa…. Y, sobre todo, niños y voces fantasmales que (haciendo honor al nombre de la película) aparecen y desaparecen cuando les sale de los cojones. O, para ser más concretos, cada vez que un protagonista mira hacia otro lado, la cámara sigue su mirada dejando de enfocar al niño y cuando regresa, el niño ya no está. Lo nunca visto señores.

En fin. Lo que es la película en sí carece del más mínimo sentido y queda claro desde el primer momento que no hay ganas o talento para hacer algo coherente. La historia da saltos de un lado a otro dejando cabos sueltos a propósito (el más fácil de los recursos para provocar intriga) pero lo único que consigue es, en el mejor de los casos, desconcertar y, para ser honestos, aburrir a las ovejas. No hay una filosofía de acción-reacción o de algo ocurre como consecuencia de algo previo; no, en absoluto, ahora pasa pongo una escena de persecución porque yo lo digo, luego monto una paranoia tipo “El sexto sentido” porque yo lo valgo y al final meto una secuencia sangrienta porque sí. Y mientras, los protagonistas haciendo lo que les dicen y poniendo caras erráticamente raras sólo superadas por la de algunos secundarios.

Mala como la carne del pescuezo, cuesta verla hasta el final y, para ser serios, ni la película tampoco da motivos para ello ni el final es la gran traca. Admirable la valentía del director de (cito textualmente) “fx especiales”, un tal Juanma Nogales, que firma los créditos con su verdadero nombre.

Me he llevado una grata sorpresa con esta película española. El género del terror y espíritus me atrae muchísimo y esta película me ha dado lo que yo andaba buscando, ni más ni menos. Me ha gustado su técnica, me ha gusta muchísimo su música y su fotografía y las actuaciones me han convencido. Javier Pereira no lo hace nada mal, aporta una frescura y sencillez a la hora de actuar que van bien con su personaje. Pero mucho más me ha gustado la desconocida hasta la fecha Ruth Díaz, una verdadera grata sorpresa y una actriz a la que hay que seguirle la pista muy de cerca. Sus expresiones de terror y angustian son totalmente creíbles y tiene una buena química con Pereira. Al que quiera buscarle tres pies al gato, decirle que simplemente se trata de una película de terror fantástico, que no hay que exigirle una explicación a todo y que para nada se está humillando a los familiares de los desaparecidos de la dictadura argentina, más bien al contrario, el director parece querer brindarles un pequeño homenaje incluyéndoles en la trama, pero esto no es cine político ni histórico, y como cine de terror que es, a mí me ha gustado bastante. La recomiendo para pasar un pequeño mal rato.

Hola:
Les comento que soy ferviente admiradora del género del terror/suspenso y por tal, siendo Argentina, me interesó mucho la trama de la película.
Si bien no es una master piece pero me gustó el argumento. Teniendo en cuenta que existe en Master of Horror un episodio que justamente trata de los ex veteranos de Vietnam que volvían a la vida para ejercer su voto. No es que sea una similitud pero son realidades.
Aparte me gustaron las tomas hechas en la Patagonia Argentina.
Muy conforme con la película. Aunque es cierto que si bien hablo español pero a veces se hablaba tan rápido y cerrado que no se entendía. Por supuesto que cada uno tiene su acento.
El nombre de la película también me gustó, Aparecidos vs. Desaparecidos. Creo que el final es de lo mejor.