Chevalier

Todo es por un juego, detalle que servirá además para un giro final que inmiscuye en el ludo a dos personajes misteriosos que parecían ejercer de meros observadores y árbitros pero nunca participantes. La de veces que se usa la frase hecha ”X is a playground” en la vida contemporánea para justificar lo que sea, desde la cosa más trivial a hundir un país de PIB pequeño con una maniobra especulativa en bolsa o a explicar en una junta de accionistas una fusión a priori bastante sospechosa con otra empresa del mismo ámbito empresarial. Se habla de los mMercados, o más bien de El Mercado, así como abstracción. El Mercado del ahora. Los participantes toman constantemente datos unos de otros en sus libretas; cualquier acción, hasta no responder trempando ante el despelote de una mujer, queda sujeta a peritaje y éste tiene su traducción inmediata bien en un valor numérico bien en otra escala gradativa sujeta a considerarse dato. Dato por aquí, dato por allá, datos a espuertas de todo, lo que define a los mercados contemporáneos, quizá siendo las libretas de cada uno la parametrización de la infinidad de información recogida, esos metadatos conocidos como el nombre de Juan Luis Guerra. No, es broma; se llama Big Data esa movida.

Ellos, además, que se conocen, en el manejo de los secretos que comparten o que ocultan con los demás respectos a cómo les van evaluando o según qué actividades ilícitas no vienen a hacer algo diferente de lo que es intercambiar información privilegiada, algo muy feo hasta para algo tan horrible como pueda ser el Libremercado No Regulado tcc Anarcoliberalismo. Uno de los personajes parece ejercer como Estado Regulador garantizando unos mínimos en el cumplimiento de las reglas del juego y demás, lo que vendría a ser el mantenimiento de la garantía jurídica que da validez a las penas por incumplir según qué cláusulas. Y al final se producen fusiones y una empresa vieja que se cree joven a lo El Corte Inglés va con la polla fuera por el barco y qué peli tan guay, que hasta se cuida el detalle de siendo marcadamente homosexual suenen dos temas de Don Patrick Cowley, máxima figura del Hi-NRG y responsable de la mejor remezcla de la historia, la que hizo al I Feel Love de Donna Summer. Respect.

La historia se mete en la vida de seis hombres, amigos entre ellos y algunos familiares, que viajan por el Egeo en un lujoso yate para disfrutar de una aventura marítima y despuntar el vicio de la pesca subacuática.
Cuando la nave sufre problemas eléctricos y antes de poder llegar a la costa para efectuar las reparaciones, deciden iniciar un juego que les permita hacer pasar el tiempo muerto de la espera. Arrancan identificándose con los animales que se imaginan en el los otros y terminan comenzando una competencia por ver cuál de todos es el mejor, incluyendo todos los aspectos de sus vidas, desde lo físico hasta sus más variados comportamientos.
Lo que comienza como un juego casi sin importancia se convierte en una disputa insostenible por ser el más macho, el mejor de todos; pero todos tienen debilidades y fragilidades, todos saben que no alcanzará con lo que pueden mostrarle a los demás, sino que necesitarán ir inclinando las decisiones para poder ganar el ansiado anillo que espera al meñique del más elevado exponente masculino a bordo del barco.