La Batalla del Río de la Plata

Y al viejo estilo porque parece que las antiguas películas bélicas, más que un reflejo de lo que se convirtió en la mayor salvajada sin razón de la historia, sean una partida de ajedrez entre caballeros, narraciones en las que se exponen los hechos sin emoción y todos se comportan de una forma inesperada e increíblemente elegante y en ocasiones hasta se hace propaganda del orgullo patrio, aunque por fortuna en esta ocasión no se da el caso.

Aún así, aunque fuera de tono las interpretaciones y mostrando una tranquilidad que de ninguna forma tendrían en realidad los marinos del Graf Spee y los perseguidores ingleses, la cinta no carece del todo de interés al ser junto a "Hundid al Bismarck" y "La batalla de Midway" entre otras, una de las pocas cintas de postguerra que narran las aventuras de los corsarios marinos de superfície que surcaban la mar, narrándonos desapasionadamente, eso si, en esta ocasión las peripecias del acorazado de bolsillo alemán Graf Spee.

Cuenta almenos con una correcta ambientación, contando para su rodaje con el buque USS Salem (emulando al Graf Spee), físicamente parecido al navío alemán, y con algunos cruceros de la época para los ingleses y si bien las lógicas limitaciones de la época limitan la espectacularidad de la batalla, todo es narrado con estricto rigor histórico y presenta bastante objetivamente a los dos bandos sin caer en maniqueísmos fáciles, pues al fin y al cabo era en realidad, en este campo de batalla, donde más caballerosidad se mostraba.

Recomendada para entusiastas aficionados a la historia y admiradores de los últimos gigantes artilleros acorazados que surcaron los mares.

Film inglés recomendable por ser fiel a la historia y también porque, dentro de los límites técnicos de la época en que fue filmada, tiene su mérito. Al visionarla se detecta rápidamente los viejos trucos de las transparencias, lo cual en aquella época era mucho más pasable porque no se habían conocido otras técnicas visibles hoy en día y por lo tanto hasta casi ni se detectaban. Pero a pesar de esta observación, el conjunto de la película funciona, interesando al espectador y disfrutando de muchas imágenes auténticas filmadas en el mar.
Esta producción fue rodada en el magnífico sistema de VistaVisión, el cual tenía la enorme ventaja de una mayor nitidez en la imagen y de poder ser ampliada durante la proyección en grandes pantallas con formato 1.85, de tal manera que junto a lo novedoso de este sistema en aquellos años producía una sensación de realismo superior a lo conocido hasta entonces, junto con el sistema panorámico CinemaScope lanzado también en los años cincuenta.
Por otro lado, las interpretaciones, la dirección y el guión son adecuadas a este hecho histórico, dando por resultado un film recomendable dentro del género bélico.
De ser posible, es preferible su visionado en versión original en inglés, pues la versión española (doblaje) no es de buena calidad.

Estupenda cinta bélica, totalmente infravalorada en mi opinión, que narra la historia de un acorazado alemán que recibe órdenes de capturar a todos los buques mercantes que se dirigen a Inglaterra, para así cortar los suministros a dicho país.
Este acorazado, cumple eficazmente con su misión y se dirige luego al Río de la Plata, donde sabe que se encuentran tres cruceros británicos y decide enfrentarse a ellos, pues armamentísticamente son inferiores al acorazado. Ahí comienza una batalla estupenda.
He de decir que para los ignorantes en estas cuestiones como yo, está magníficamente narrada. No soy aficionado al género bélico y sin embargo está película hizo que generara en mí un gran interés por todo lo que me estaban contando. Las estrategias que utilizaban, los excelentes desarrollos psicológicos de los personajes y naturalmente el estilo.
Y es que todo lo que hacen estos dos directores, tiene una impronta especial, visualmente deliciosa.
Ignoro totalmente si en esta película hay algo de verdad o no. Pero no me importa en absoluto. Me lo he pasado estupendamente y además, para variar, no hay buenos y malos. MUY BUENA.

Pormenorizada (quizás demasiado) película bélica, que narra un acontecimiento real, y que Michael Powell y Emeric Pressburger han dirigido de forma que resulte creíble aunque poco emocionante.
Y es que ya se sabe cómo es el cine de este par de estupendos realizadores, precioso desde el punto de vista plástico, y algo frío desde el puramente emotivo.
Aquí hay de todo, no obstante. No, no hay nada que ponga los pelos como escarpias, pero sí que su primera media hora es muy grata al aparecer dos de los personajes principales de la historia, el capitán Langsdorff, marinero alemán valiente, decidido y sobre todo honorable, y un capitán británico que ha sido hecho prisionero. Una relación basada en el respeto e incluso admiración, donde el honor entre enemigos prima sobre el odio y el rencor.
Más tarde, cuando se suceden las primera embestidas entre las tres fragatas y el acorazado alemán, surgen excelentes escenas de acción. El estallido de los disparos en las proas e incluso en el puente de mando, están maravillosamente filmadas.
Sin embargo, una vez llegan a Montevideo la cosa cambia... creo que a peor. Todo se ralentiza aunque el interés sobre cómo finalizará todo no decaiga. Pero sí su ritmo.
El final, inesperado si no se sabe de antemano la verdad del asunto, sorprende.
Buenos intérpretes para un film que creo no ha resistido demasiado bien el paso del tiempo, pero sigue siendo un ejemplo de buen cine británico.

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Algo confusa a veces en los detalles, pero la idea y detalles generales están bastante claros. Se supone que esta peripecia está basada en un hecho real del principio de la IIGM, y llama la atención ese detalle continuo de la "caballerosidad" entre militares enemigos, que ciertamente debía existir hasta cierto punto, algo como en el deporte: tú de ese equipo y yo de éste, pero, en realidad, somos colegas, y te felicito por tu "deportividad" y buen hacer, aunque vayan en contra mía... Pero si se mira objetivamente, que alguien me explique qué respeto ni consideración merecen unos marinos que, aunque sea obedeciendo órdenes, se dedican a hundir barcos mercantes civiles. Y aunque aquí, según cuenta la película, salvan a las tripulaciones civiles, se sabe que casi nunca era así, y la mayoría, civiles o lo que sea, morían con su barco.

Lamentablemente, a los que, gracias al Cielo, no nos ha tocado pasar por la prueba de ir o de vivir una guerra, nos resultan más fáciles de creer escenas como las de "Salvar al soldado Ryan", de Spielberg, incluso con toda su brutalidad: "¡Aquí se viene a morir!", y "¡¡No disparéis, dejad que se abrasen!!... Y se ve que Spielberg se documentó a fondo para esa secuencia del desembarco, para mí la secuencia bélica mejor filmada de la historia del cine, y que coincide en todo con los testimonios de supervivientes, aunque en los documentales censuren, sin duda, lo más crudo.

Volviendo a la comentada, hay que señalar en esta película también la impresionante producción. Debió ser una película muy cara.