Stag (Miniserie de TV)

Sólo por eso merece la pena, pero dejando claro de entrada, que no está entre sus mejores logros. Intenta combinar humor negro con thriller, pero aunque tiene sus momentos es muy irregular. Me ha recordado mucho a otro producto británico reciente y similar: "Mad dogs"
Seis jóvenes, pertenecientes al mundo de la banca, celebran en Escocia la despedida de soltero de uno de ellos. Esa misma noche se incorpora por sorpresa el hermano de la novia, Ian, profesor de geografía. (doy los datos de sus profesiones porque tienen su importancia final)
En plan loco, deciden cruzar nadando un riachuelo que el taxista se niega a cruzar porque está desbordado. A partir de ahí, los siete se verán en una pesadilla cuando descubran que los han conducido a un bosque lleno de trampas mortales y que un siniestro francotirador comienza a darlos caza uno a uno. A medida que van cayendo, empiezan a desconfiar y a enfrentarse unos a otros.

Lo mejor son los puntuales momentos cómicos, el trabajo de los actores y la hermosa fotografía de los bosques escoceses.
Lo peor es su irregularidad y un final algo tramposo.

Tiene muchas limitaciones, el primer episodio es bastante bueno, los dos siguientes no estan a la altura del primero.
Quizás sea por querer alargarlo en demasía, el segundo y tercero aunque entretenidos son demasiado inconsistentes, cosas poco creíbles y risibles, exageradas en muchos casos.
De todas formas es recomendable, para echar unas risas y entretenerse un rato, para ver sin espectativas es mas que suficientemente disfrutable. Un placer.

Miniserie de solo tres capítulos de la BBC mezclando dos géneros muy consolidados, el thriller y la comedia negra, al estilo inglés.

Despedida de soltero de un banquero, y con él van varios más, y un contable que les lleva las cuentas a todos. En vez de irse de chicas y de borrachera, prefieren irse de caza a los Altos Montes de Escocia, y en vez de cazadores, se convierten en presas.

Pronto nos quedamos sin argumentos para descubrir al cazador que los asesina, y ni tan siquiera sabemos el porqué, qué motivación tiene.

Simplemente entre cazador y presa, se suceden escenas de un humor inteligente y muy negro, mezclado con estupideces varias que te arrancan una sonrisa cuando no una sonora carcajada ante la maraña de situaciones absurdas que se suceden.

Y como ahora se dice en España tras la crisis bancaria que nos ha arrastrado a todos, que las peores profesiones son las de banqueros y contables, y las gentes de mal vivir.

Suspenso, 4.

Me lo he pasado en grande viendo la serie Stag. Un serie que no es para todo el mundo, mi mujer aguantó 20 minutos. Humor negro británico, pero muy negro y muy británico. Un grupo de amigos celebran la despedida de soltero de uno de ellos y se lanzan al bosque en una noche de tormenta para hacer una cacería, pero los cazados son ellos. Mezclando las historias de terror de cabañas en el bosque, con pocas cabañas y mucho bosque, viene esta serie británica de solo 3 capítulos de 50 minutos. Ojo, que es solo para ciertos espectadores, como he dicho. Porque las reacciones de los personajes ante lo que les ocurre es demasiado extraña y no resulta para nada real. Por eso, o entras en el juego, o te va a parecer una basura supina. Es que desaparece el primero y parece no importarle mucho a nadie. Se lo toman con una vena británica incomprensible para nosotros. Al empezar a verla me dije, es que estos tíos no han visto "Deliverance". Lo dicho, una serie de comedia negra, que mezcla el género cabañas en el bosque, con el de despedidas de soltero, en una chorrada muy british.

Primer capítulo: interesante y, por atisbos, simpática introducción de esta miniserie británica. La premisa inicial te mantiene, con alguna que otra duda, entretenido y esperanzado en su devenir.
Segundo capítulo: el intermedio se empieza a hacer aburrido, absurdo y sin pizca de gracia. Ese humor británico ya no asoma por ninguna arista.
Tercer y último capítulo: la decadencia asoma sin verguenza. Sus personajes muestran el ocaso de un guión tan deslabazado como incongruente.

En definitiva, una cagada impropia dentro de la extensa y maravillosa filmografía británica.