Mandrill

La última entrega de las colaboraciones entre Ernesto Díaz Espinoza y Marko Zaror (tras Kiltro y Mirageman) es lejos la más “profesionalizada” en el sentido de que se nota una fotografía, una cámara, un rodaje, etc mucho menos austero, evidentemente cuenta con más recursos y mayor producción. Pero no es la mejor, de hecho, la considero varios peldaños atrás de Mirageman.

La película carece de magia, ese juego de relato como si fuese un comic (revista de ilustraciones), mitad en serio, mitad caricaturesco, donde las acciones nunca son realmente dramáticas, sino que son parte de una caricatura, nunca toma mística y nunca convence del todo. Es como una versión híper barata de Kill Bill. La historia es realmente sencilla, demasiado, excesivamente, el guion no va más allá de lo que podría ser un capítulo de dibujos animados para niños de cualquier héroe de caricaturas.

La actuación de Marko Zaror, como siempre, es realmente mala, pero horrible. No cabe otro calificativo. Todo lo que es ser inexpresivo, y hacer imposible de creer la seducción del galán a la damisela. Las frases de galantería en boca de Marko Zaror son repulsivas, realmente imposible de creer que la sedujo.

Lo más rescatable de la película es Celine Reymond, quien está en su mejor momento.
Las actuaciones de los consagrados Alejandro Castillo y Luis Alarcón quedan 100% al debe, al parecer ni los actores se la tomaron en serio ante tan pobre argumento.

Cada película debe ser comentada de acuerdo a su género, en el caso de esta, nos encontramos ante una mezcla bastante no convencional de Artes Marciales, Acción y Romance. Zaror hace un despliegue de alto nivel y complejidad, en lo que mejor sabe hacer, que es dar golpes a diestra y siniestra, la calidad visual de las escenas de combates es tremenda, ausentes de ellas están los cables o efectos mañosos que tanto abundan en el cine Hollywoodense actual y en demasiados exponentes del cine Oriental. La música muy variada y adecuada, actuaciones creíbles y anti-tópicos por doquier. Zaror se vuelve a superar con este trabajo, superando la elegancia de algunos de los referentes del género, obsequiando nuevas secuencias y golpes nunca realizados por exponente alguno.

No puedo ocultar algo de decepción tras ver "Mandrill" (2010), una de las últimas aventuras marciales autogestionadas de Marko Zaror en la pantalla grande y que pese a durar apenas hora y media, se me hizo bastante eterna.

Además de Notables (con "N" mayúscula) diferencias entre las apariciones de actores de trayectoria y los livianos personajes que asumen los protagónicos, al parecer la vara que había sorprendido con "Mirage man" (2007) se cayó y pese a las oportunidades que presenta, el público no mostró la misma simpatía con esta obra.

No cabe duda que dentro de lo más logrado que se puede apreciar aparece su musicalización, evocando melodías de otros años que al menos en este ítem consiguen algo de aire kitsh que el resto de la película deja a medias y termina por convertir escenas de homenaje en una afrenta a los tiempos idos.

Zaror en lo suyo, despliegue y rudeza pero al debe en lo actoral. Raymond, quizá demasiada liviana para el carácter que ameritaba su personaje. La dupla es constantemente sobrepasada por uno que otro secundario llamativo y el montaje en general es entrecortado, similando más a sketchs unidos a la fuerza que a una cinta con un hilo conductor claro.

El diagnóstico de este pseudo thriller es complicado. Tiene virtudes, pero muy escasas. De hecho, corre por lejos más riesgo de ser encasillada como película de género "Wtf" que de ser rotulada dignamente como film de acción.

Los pasos adelante que se venían mostrando, a mucho pulso y trabajo con las anteriores películas, aquí dan marcha atrás.

Recomendación:
Débil. En resumen, todo lo que propone cae por su propio peso y pese a que lo intenta, además, sin mucho estilo.

=Cité de Lord Buyinski= www.buyinski.wordpress.com

La dupla del actor y experto en artes marciales y el director ERNESTO DIAZ llegan con una nueva cinta chilena de acción.

MANDRILL narra la historia de un caza recompensas que busca vengarse del asesino de sus padres. Entre balazos y artes marciales, el protagonista se encuentra con Dominik (CELINE RAYMOND) una bella mujer de quien se enamora.

Filmada entre Chile y Perú, en la cinta también actúan Alejandro Castillo, Luis Alarcón y Augusto Schuster (el joven actor de la serie “Amango”). ESTRENO: 2 de septiembre.

Daniel Olave.

La dupla Zaror-Díaz Espinoza vuelve a hacerlo de nuevo, si en Mirageman homenajeaban-parodiaban (a menudo al mismo tiempo) las películas y los tópicos sobre los superhéroes, aquí hacen lo mismo con las películas de agentes secretos a lo James Bond, con mas homenaje que parodia.

Aquí tenemos a Mandrill, un caza recompensas (aunque el prefiere considerarse una especie de agente secreto) cuya personalidad y forma de vida han sido moldeadas tanto por el brutal asesinato de sus padres, que el presencio cuando niño, como por su fanatismo por las películas de John Colt, un agente secreto de ficción dentro del universo de ficción de la propia película, la vida imitando a la ficción imitando al arte de las películas que imitan… bah.

Tiene de todo acción, romance, humor –aunque menos que en Mirageman-, glamour, chicas bellas y a Mirageman, el superhéroe chileno cuya identidad secreta es Marko Zaror (no, no es al revés) repartiendo patadas y golpes de puño por doquier, y ocasionalmente, solo si no hay otra opción, utilizando una pistola.

El guion es mejor y mas ordenado que en sus películas anteriores, no hay esas incoherencias tan flagrantes de Mirageman, y sobre todo es sencillo y muy eficaz, además de excelentes coreografías de peleas, hay momentos de suspenso y tensión muy bien logrados, algo raro de encontrar en el cine chileno. Les gustara sobre todo a:

-Quienes les gusten las películas de acción y/o artes marciales.

-Quienes les gusten las películas de James Bond

-Los admiradores de Marko Zaror.

No les gustara a:

-Quienes odien las películas de acción y/o artes marciales.

-Quienes odien las películas de James Bond

-Los que odien a Marko Zaror.