Gangs of London (Serie de TV)

Cuando me enteré de que Gareth Evans (padre la bilogía indonesia “Redada Asesina”, el equivalente a “El Padrino” en el género de acción y dos de las mejores pelis de la década que se cierra, para quien no lo conozca) también se pasaba a la tele, sabía que inmediatamente la serie resultante se iba a convertir en un must para mí. El poco imaginativo título de “Gangs of London” debió hacerme sospechar, y en efecto, el resultado ha sido una ligera decepción. Otra serie más sobre crimen organizado, con todos los tópicos que hemos visto en cientos de ocasiones tanto en la pantalla grande como en la pequeña: las luchas de poder intestinas, las tensiones entre quienes ascienden al mundo de los negocios legítimos y los que quieren seguir siendo vulgares gangsters, los conflictos generacionales, la vulgaridad del interés propio apenas cubierto por la invocación a grandes principios y nobles valores, polis infiltrados que acaban dudando de sí mismos… Lo que aporta de relativamente nuevo (los muchos grupos de orígenes étnicos diferentes con presencia en los bajos fondos de Londres, lo intrincado de los vínculos entre el mundo criminal y los grandes capitales, el grado de sofisticación tecnológica y militar al que han llegado las mafias, y que sospecho es bastante real) no compensa lo suficiente. Hablando en plata, la trama central no engancha.

Otro de los grandes problemas de la serie es el casting. Una muestra de la decadencia de Gran Bretaña es la alarmante caída de su cantera de actores. Hace tiempo que ser actor británico ha dejado de ser garantía de calidad. Ninguno de los actores jóvenes me ha convencido lo más mínimo. Paapa Essiedu habrá estado en la Royal Shakespeare, pero aquí no hay dios que se lo trague. Lo mismo me ha pasado con Joe Cole y Sope Dirisu. Todos sobreactuados, muy hollywoodienses, y sin embargo poco creíbles en sus roles de tipos duros. No me han hecho preocuparme por los personajes en ningún momento.

¿Y porqué le he puesto un 7 a “Gangs of London” si tiene tantos defectos? Pues porque Gareth Evans es DIOS como director de escenas de acción. Tiene un talento descomunal, en el que parecen anudarse lo mejor de distintas tradiciones cinematográficas, tanto europeas como asiáticas y norteamericanas. Esos ritmos sincopados, en los que se alternan desarrollos pausados o cámaras lentas con súbitos arranques de violencia desbocada; esas peleas tan espectaculares y a la vez realistas hasta el punto de que puedes sentir el dolor y el miedo de los contendiente; esa crudeza a la hora de mostrar las consecuencias de los golpes y los disparos; esa forma de usar la música y el sonido para realzar la imagen... Merece la pena ver “Gangs of London” solo por cosas como el asalto a la casa del capítulo 5 o el final del capítulo 8, auténticos prodigios que hacen que se te caigan los huevos al suelo. A pesar de lo poco que me ha interesado el contenido, las formas son tan potentes que justifican hasta una segunda temporada si la hacen.

Terminado el quinto capítulo de la primer temporada de esta serie, no puedo más que declarar que tengo la cara llena de moretones y el cuerpo agotado. La intensidad, ritmo, vértigo y locura visual de estos 5 episodios me ha dejado mas cansado que un par de personajes, esos que se llevan a la rastra a una Londres multiétnica y marginal en pos de la supremacía de un negocio tan letal como supremo. La tan mentada lucha por la legitimidad social escalando desde la marginalidad (desde Scarface o El Padrino, hasta la misma Peaky Blinders sirven como medida de este traje) se apersona esta vez a través de un imperio inmobiliario inesperadamente en jaque y familias con lealtades al borde del quiebre total ante la mera posibilidad de que la teta deje de dar.
Padrinos de guante blanco y no tanto ( Finn, el tío Ed, ), la reconversión del poder gracias a los nuevos oficios que lavan la mugre ( Alex, quien consigue transparentar hasta la sangre) y abren puertas impensadas, personajes sacados de una licuadora mortal entre Sin City y Snatch ( el patriarca gitano es un héroe moderno sin más), díscolos herederos, ambiciones desmedidas, falta de escrúpulos a toda hora, historias desangrantes barridas bajo la alfombra, el este europeo como el nuevo enemigo bárbaro que amenaza al establishment civilizado y acomodado, y todo el cóctel que tanto nos gusta ver, aparecen en este acorazado que arrasa con tu mejor sillón y te estampa contra la pared ya con el primer capítulo. Gratísima sorpresa y hambre de más....como debe ser.
Importante: No es para críticas con champagne. Es para ver con protector bucal.

Tremenda e implacable serie sobre el crimen organizado en Gran Bretaña que tiene como baza la llegada a la televisión del galés Gareth Evans, cuya carrera como director de películas de acción en Indonesia con las dos partes de "The Raid" (Redada asesina) con Iko Uwais, marcaron un antes y un después en la forma de ver la violencia extrema en el cine, con unas coreografías impecables y una brutalidad fuera de lo común. Algo que ha inspirado a otros films como "John Wick" o "Atómica" a seguir sus pasos.

A parte de ser el creador y director de varios episodios, ha contado con otros dos directores de reconocido prestigio como son el francés Xavier Gens (La piel fría, The crucifixion, Frontieres) y Corin Hardy (La monja, The Hallow) muy conocidos en el cine fantástico y de terror. Entre los tres dirigen los nueve capítulos con los que cuenta la serie.

Finn Wallace, el mafioso más poderoso de Londres ha sido asesinado, nadie sabe quién ha ordenado matarlo. Con esta simple premisa arranca un primer capítulo dirigido por el propio Evans, que con sus 90 minutos de duración podría ser perfectamente un largometraje. El asesinato de Finn desencadenará una guerra de bandas de muchas nacionalidades por asumir el control. El hijo del mafioso comienza a llevar la organización con mano dura, aprovechando el revuelo un policía logra infiltrase dentro del grupo criminal.

El submundo de la mafia británica la componen, asiáticos, irlandeses, gitanos, pakistaníes, albaneses o incluso africanos, abarcan y controlan muchas partes de la sociedad incluida la política. Un guion sólido acompaña a las escenas encarnizadas, brutales y sangrientas que te van a dejar sin respiración. La maestría con la que se maneja la cámara, así como la fotografía y la puesta en escena hacen que esta historia con un nervio adrenalínico tremendo, sea una de las mejores series del año.
Destino Arrakis.com

Creo que ni de lejos será la mejor serie del año, hace excesivo uso de la violencia, a veces gratuita, de hecho no pasan 5 minutos sin una escena de violencia salvaje, de las más brutales en TV de los últimos tiempos. Aparte de eso la serie es tediosa por momentos, la historia es típica de bandas de gansgters y no aporta demasiado al género, tampoco hay actuaciones potentes ni el guión es fabuloso.

Para aquellos que les guste la violencia la serie irá genial, para el resto que busca algo más en una serie, se quedará corta.

Con 4 episodios ya vistos, creo que puede ser una de las grandes series del presente año. En cada episodio tiene/n su/s momento/s álgido/s de crudeza visual. Todos los que hayan seguido la trayectoria del director Gareth Evans (The Raid 1 y 2) saben de su excelso en la materia de las coreografías de las escenas de acción. Seguramente al mismo tiempo con ello puede generar controversia, con críticas divididas, entre aquellos a los que les puede parecer excesivo y más llevado todo ello al formato televisivo o de serie.

Buenas actuaciones, tanto de Joe Cole (que estuvo relegado a un plano más secundario en Peaky Blinders) aunque destacaría también al actor Sope Dirisu, sobre el que recae más el peso de los momentos de la acción, así como del resto de integrantes del reparto.

Sin ánimo de hacer spoilers de lo que servidor ha podido ya ver hasta ahora, sí digo que es una serie completamente recomendable, que lo lógico es que consiga unificar más opiniones a favor que en contra de la misma y puede merecer desde ya tener una continuidad de más temporadas siempre que Gareth Evans siguiese estando detrás de la misma.