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Harry Dedos Largos

Thriller. Comedia El film describe las diversas peripecias de una banda de pequeños carteristas y de sus inocentes víctimas. (FILMAFFINITY
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
29 de marzo de 2008
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Harry dedos largos” es una de esas películas de perdedores que tan bien interpretó el actor James Coburn en la década de los setenta, no al nivel de “El luchador” de Walter Hill, pero sí lo suficientemente atractiva e interesante como para recomendarla a los amantes del cine norteamericano minoritario de la década mencionada.

La película es una especie de tragicomedia del pequeño mundo del crimen más de calle, en este caso de carteristas, que deben trabajar muchas horas para lograr una suma que les permita vivir más holgadamente.

Lo más atrayente es sin lugar a dudas la relación triangular que se monta entre los protagonistas, donde una guapa Trish Van Devere consigue que la historia sea creíble y funcione, aunque no cabe duda que lo mejor de este tipo de filmes es la fuerza de los personajes que imprime James Coburn, al que como ya he dicho en más de una ocasión, me parece que está en mi top ten de actores estadounidenses y hasta en las películas más flojos consigue transmitir una veracidad y profundidad con sólo mirar a cámara.

La película está dirigida por Bruce Geller, que aunque no dirigió casi nada más, sí que fue un guionista importante y escribió entre otras cosas la famosa serie “Misión imposible” que posteriormente se llevó al cine. Geller, al igual que los personajes de esta Harry dedos largos, no tuvo mucha en la vida y murió en un accidente de avión.

Una rareza, que aún siendo discreta aporta entretenimiento con gusto y adulto.

Nota: 6,3
vircenguetorix
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19 de septiembre de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El único largometraje de cine dirigido por Bruce Geller destaca por su mezcla de géneros y tonos - hay comedia, drama, viaje- y por la minuciosidad con la que se describen los métodos, modos, y trucos que usan los carteristas profesionales que protagonizan este film, y que realizan sus robos a plena luz del día, en plena calle, y a la vista de todos. Estos ladrones son criminales ocultos, elegantes, a la manera del elegante Harry (James Coburn), el jefe de la banda. Geller convierte en sorprendentes, intrigantes y asombrosos los pasos, gestos y movimientos más cotidianos o desprovistos de interés. Los carteristas pasan a ser unos prestidigitadores del robo, y los robos mismos, en auténticos ballets en los que nada es casual, y cada movimiento tiene un sentido en la pantomima que se representa ante nuestros ojos. La asombrosa escena en la que Trish Van Devere, vestida de jugadora de tenis, trata de recoger unas pelotas que se le han escapado, y que vemos a cámara lenta, es muy reveladora al respecto.

Pero también nos adentramos en la naturaleza humana, en las dificultades del aprendizaje, en la vida como supervivencia, en el crimen entendido como libre empresa, en las dificultades de la vida en pareja, en la dualidad entre fracaso y éxito, en la diferencia entre aficionados y profesionales, en el grupo de profesionales como familia vicaria, y en las tristezas de la vejez, a través de un Walter Pidgeon otoñal y cocainómano. Todo el reparto lo hace muy bien, pero James Coburn, un actor muy interesante, despliega su habitual magnetismo, y centra la atención del espectador hasta el sorprendente final.

Para mí es un film muy considerable, que, por no ser muy conocido, debe ser recuperado y reivindicado.
Pedro Triguero_Lizana
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29 de marzo de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aquí tenemos una película de ladrones pero no de los que atracan bancos o van pistola en mano sino carteristas o descuideros, como se les conoce en ese mundillo. Claro que para trabajar bien hace falta un equipo de cuatro personas: la que informa sobre la víctima y dónde guarda el dinero; la que distrae, a ser posible una chica mona; la que choca o provoca algún tipo de contacto físico; y la que pica, es decir, la que mete la mano para llevarse la cartera, que es lo más difícil. Todo esto es ingenioso, se agradece que no recurran a la violencia y al verlo por la pantalla hasta parece un juego pero maldita la gracia que te pase a ti. Así que amigos, cuidado con las carteras.

Dicho esto, hay poco más que añadir de "Harry Dedos Largos" porque la película se limita a seguir las andanzas de esta cuadrilla sin ir más allá. Es cierto que Bruce Geller trata de darle cierto trasfondo a sus personajes aunque nos quedamos con ganas de saber más cosas de Harry (James Coburn), al que veo un pelín desaprovechado. O bien jugando con una historia romántica, que me parece demasiado apresurada, pero se echa en falta una trama más compleja que nos lleve a ver algo más, que no lo hay (ver SPOILER). Por lo demás, estamos a finales de 1972, Trish Van Devere lleva varias veces botas, aunque son feíllas, y al final la cosa se pone emocionante. Pasable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Reaccionario
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5 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un entretenido nudo argumental bien desarrollado en todas sus fases hace que goces de una deliciosa intriga.
Magníficamente fotografiada y filmada con esmero, te lleva por diferentes ciudades y países, hasta el Canadá, ni más ni menos.
Los cuatro actores destacan, especialmente James Coburn, con su sola presencia irradia ese magnetismo que pocos tienen o Walter Pidgeon muy convicente en su papel de viejo carterista cocainómano, con sus reglas y códigos de trabajo que comparte con Harry.
La joven y atractiva Trish van Devere está rutilante en su papel de jovencita buscavidas, la que fuera esposa de Georce.C. Scott y por el nombre parece holandesa pero no, era norteamericana, mantuvo el apellido de su primer matrimonio, como nombre artístico.
Hasta Michael Sarrazin está convincente aquí.
El director tuvo una carrera efímera, aunque desde luego aquí demuestra que sabía dirigir actores y mantener un ritmo narrativo, así como filmar una historia.
Se hace muy amena de ver y sin ser una gran película, está muy bien contada.
Zappianin
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17 de octubre de 2021
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Es esta una película dedicada a los chorizos que roban carteras.

Dirigida por el creador de la serie de T.V Misión Imposible, plantea
la formación de un grupo dispar de personas, que recorren ciudades
de los E.E.U.U metiendo la mano en los bolsillos ajenos y viviendo
a lo grande del cuento.

Su dios es un experto y veterano carterista que los explota en su
provecho, en connivencia con otro distinguido y venerable 'manguis'.

He observado que muchas películas de los inicios de los años 70
han envejecido mal, esta es una de ellas. Sin embargo, la trama
poco habitual es bastante emocionante, llegando el espectador
a simpatizar con todos los delincuentes al ver su curioso
modus operandi.

Dos pobres diablos sin blanca, la canija y aniñada Trish Van Devere
con pantalones campana, y el ojiplático Michael Sarrazin caerán
facilmente en la red de delincuentes descuideros, y serán espoleados
convenientemente en superarse, mientras viven alojados en hoteles de
paredes enmoquetadas y viajan en aquellos enormes Lincoln Continental
de costa a costa.

La codicia y los coqueteos de la protagonista aparecerán para aguarles
la fiesta. Creo poder decir que les gustará, siempre y cuando no la
vieran anteriormente, y no sientan aversión por la estética de los 70.

Atención a su exquisita y poco conocida banda sonora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vanden Plas
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