Los ángeles del infierno

Comenzaré diciendo que “Los ángeles del infierno” de Roger Corman es mucho mejor película de lo que la nota media de FA indica. El motivo de ello es doble, primero es una obra muy minoritaria que apenas se conoce, y en segundo lugar y más importante es que precisamente los que buscan verla son los que se sienten agraviados por su contenido. Comprendo que a ciertos moteros les resulta la película dañina, pero ni mucho menos es una fabulación de Corman y Peter Bogdanovich lo que aquí se cuenta.

Los fundadores de la Hermandad a finales de los años 40, fueron esencialmente un grupo de veteranos norteamericanos de la SGM que habían vuelto bastante tocados, y no era fácil acostumbrarse a matar y que un día para otro te digan que eso se terminó. Desde entonces hasta nuestros días, no se han caracterizado precisamente por su contribución a la democracia ni al desarrollo cultural en los países donde se han propagado.

En Estados Unidos en los años sesenta tuvieron su apogeo, y entre sus seguidores hubo miembros del Ku Klux Klan, neonazis, satanistas o simplemente partidarios de una ultraviolencia –como aquel concierto de los Rolling- que llevó a muchos de ellos con sus huesos a la cárcel.

En España también los sufrimos, sobre todo en Cataluña, su madriguera, en fechas recientes fueron detenidos más de veinte miembros acusados de todo tipo de delitos, incluso alguno por asesinato. La vida de estos paramilitares motorizados es de todo menos entrañable.

Pero es que ni siquiera Corman les crítica, tan solo describe sus usos y maneras, como puede ser las fiestas destroyer que siguen realizando cuando uno de sus miembros fallece.

Hay que valorar una película como esta, que se adelantó en el tiempo a “Easy Rider”, y que estuvo cerca de ganar el León de oro en el Festival de Venecia.

Recomendable.

Nota: 6,4.

Heavenly Blues, líder de la banda motorizada Los Ángeles del Infierno, trata de recuperar la moto robada a uno de los suyos.

El título más taquillero de Roger Corman, deudor de "Salvaje" y precursor de "Easy Rider", con un reparto encabezado por dos hijos de papá: Peter Fonda y Nancy Sinatra. La AIP exponiendo el modo de vida del mítico club motero, caracterizado por la búsqueda de libertad sin barreras. El cartel promocional del film ya lo decía todo: "Su credo es la violencia, su Dios es el odio..."



"No somos hijos de Dios, sino ángeles del infierno."

Roger Corman es un capítulo aparte del cine, que nadie lo dude, no se trata de alguien que circunstancialmente tuvo que luchar con producciones low cost en sus inicios, él se dedicaba a esto con los medios que disponía una película tras otra y lo hizo así durante el tiempo que hizo falta. Famosa es su afirmación de no haber perdido ni un dólar en ninguna película producida por él mismo, y no me extraña, "Los ángeles del infierno" por ejemplo, es un largometraje muy limitado, seguramente realizado en cuatro días y ajustado a un desembolso monetario mínimo.

¿Qué tiene realmente esta película?; una historia ínfima con muy pocas opciones de colarte desde estas líneas y soltar algún spoiler porque apenas hay más que la sinopsis: esos moteros malotes que todos conocemos se meten en una bronca porque a uno de ellos le roban su moto (aunque ese episodio no lo vemos ni siquiera)... Y ante un guión tan reducido lo que queda es la exhibición plástica de una estética que por momentos asusta, especialmente en su parte final con una cantidad de esvásticas que no se ven en la actualidad ni en una película de la IIªGM. Aguiluchos, esvásticas por todos lados, insignias de la SS, banderas nazis... El desfile es como poco inquietante, y evidentemente, los únicos que llevan casco conduciendo su moto lo hacen con uno del ejército alemán.

Ellos quieren sentirse vivos, conducir sus motos, meterse sus juergas y hacer lo que quieran cuando quieran, ser libres por encima de todo. El hierático Fonda añade que les apetece intoxicarse sin más. Y lo hacen, pero con una violencia que va más allá de los límites de su propio grupo, así que no hay manera de defender su actitud: no son hippies, son unos bichos malos de verdad. Sin embargo la película funciona, es un latigazo, es un rayo, algunos años antes de "Easy rider" ya estaba aquí Corman ofreciendo un nuevo caramelo. Si la película no tiene mucho es porque no hace falta tener más para que funcione. Sus limitaciones la hacen especial y única.

Película del prolífico Roger Corman autor de obras de culto, principalmente películas de terror. Aquí en cambio nos encontramos con una historia de motoristas protagonizada por Peter Fonda que años más tarde rodaría junto a Dennis Hopper "Easy Rider" (1969). Anteriormente la célebre "Salvaje" (1953) de Laszlo Benedek protagonizada por Marlon Brando ya había entrado en la temática de los motoristas pandilleros. Posteriormente aparecerían otra películas menores como "Ángeles del Infierno sobre ruedas" (1967) de Richard Rush.

Después de la II Guerra Mundial los jóvenes norteamericanos en una época de bonanza económica con trabajo, casa disfrutaban de un nuevo renacer del "Sueño americano". Una parte rechazo este modelo de vida fácil, es entonces cuando surgen clubes de moteros favorecidos por los precios bajos de las motocicletas fruto de los excedentes de la Guerra. Poco a poco una parte de ellos se irán introduciendo en el mundo de la violencia. (Hollister Riot, 1947).

Aquí el protagonista (Peter Fonda) lidera una banda de moteros siendo lo más destacable de la película. Aparte de peleas, alguna persecución y fiestas desenfrenadas con drogas poco más hay en la película. Quizás lo más destacable es la escena del funeral con todos los miembros de la banda.

No es la mejor película de Corman.

A pesar de lo infravalorada que está esta pelicula se me ocurren pocos títulos que muestren mejor esa tensión entre la libertad del indivuduo (entiendase libertad en un sentido muy muy amplio) y la ética que permite vivir en sociedad de manera sosegada, la ética que se encarga de amortiguar la ruda ley del más fuerte. Es muy significativo cuando el protagonista y el predicador discuten sobre el bien y el mal, pues en esa esacena cada uno de los personajes es la representación de una de las posturas ante la vida. Lo mejor es que la profundidad encubierta del protagonista puede hacernos reflexionar acerca del valor real de un sistema ético y social, frente a la libertad que se nos presenta la pelicula: más auténtica y despiadada que la vida conformista.

En cuanto a la forma como ya han mencionado en otras críticas, no es una película que se mida por el peso de la narración tanto como por la intensidad de los hechos. Lleno de escenas vívidas esperpénticas, aunque a mi parecer de valor artístico y de las que te arrancan una reflexión

Nota: 7'5