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Los ángeles del infierno

Acción La banda de moteros "Los Angeles del infierno" acude a una localidad en busca de una moto que les había sido robada por una banda rival. Perseguidos por la policía, uno de sus miembros es herido y cuando muere, su funeral se convierte en una orgía de drogas, alcohol, violaciones y todo tipo de tropelías. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
12 de septiembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre que no perdió ni un centavo en más de cien producciones, Roger Corman, se adentra en el corazón de la América sesentera antes que la icónica Easy Rider (Buscando mi destino) (Dennis Hopper, 1969), protagonizada también por el motero de la gran pantalla: Peter Fonda. Un símbolo contracultural que tiende a buscar la rebeldía en una sociedad aburrida que cuyo prototipo de sueño americano se basa en la aburrida rutina, donde la libertad y libertinaje queda en manos de los forajidos del s. XX, representados por el mayor club motero de todos los tiempos: Los Ángeles del Infierno, de los cuales cuenta el director para colaborar en esta película serie B directos desde la sede de Venice, California. Al igual que Los ángeles, Corman fue siempre a contracorriente de Hollywood, produciendo sus propias (y poco convencionales) filmes, a día de hoy muchos de culto, e instruyendo a las generaciones posteriores al igual que el club protagonista a las siguientes generaciones de moteros, de forajidos, de rebeldes. Los ángeles del infierno son las andanzas de Celestial Blues (Peter Fonda) y sus chicos, del barbarismo confundido con insumisión, de la violencia confundida con insurrección, del libertinaje confundido con libertad… de recorrer con la moto la carretera al infierno, admirando las desoladoras vistas y disfrutando del viaje.

Poniéndonos en antecedentes, Los ángeles del infierno es un club motero considerado una organización criminal, nacido en 1948 por excombatientes y expandido por todo el mundo. Pero no fue hasta la década de los sesenta cuando su exhalación de fraternidad y libertad embaucaron a los representantes de la contracultura emergente basada en la rebeldía, donde estandartes como Mick Jagger o The Beatles los empujaron a la popularidad. Basados en una filosofía nihilista, Roger Corman representa la delgada línea entre ideales y hechos que convirtieron a Los ángeles en un grupo que inspira terror desde la violencia a través de su personaje Blues, forjando la crisis de identidad que sufría el club y el equívoco rotundo de las ideas que les dieron alas para volar libres, como águilas, por los cielos americanos.

La estética sucia de la película más la escenografía desértica acompañan el viaje de Blues en su búsqueda del yo, en la que lo acompañamos experimentando los episodios que, poco a poco, lo hacen ver la realidad que padece, las decisiones que lo conducen a la violencia excusada en la hermandad, la mala interpretación de la libertad, haciendo que cada vez se pueda ver más nítida la cara de La Muerte mirándolo a él y a sus hermanos atentamente, aunque siendo ignorada incluso cuando esta se presenta. La elección del casting es llamativa, siendo en sí misma una crítica tanto para Los ángeles como para la misma pareja de actores que motoriza la película. Nancy Sinatra (Mike) y Peter Fonda, hijos de dos leyendas como Frank Sinatra o Henry Fonda respectivamente, jugando a ser chicos malos en la gran pantalla aprovechando la posición de poder de sus progenitores, aspecto que se puede ver incluso a día de hoy y que es una paradoja frente a los intereses del club de motos.

Recibida de manera ingrata en su nación, Corman consiguió una nominación para el León de Oro de Venecia con esta pequeña y provocadora producción de cine independiente. Sigue las pautas clásicas de una road movie, adentrándose durante el viaje en la evolución psicológica de su personaje haciendo visible las dudas que planteaba antes, funcionando a modo de autoconocimiento gradual, de coming-of-age en el que Blues va despegándose incidente a incidente de la injustificada rebeldía de la adolescencia para terminar convirtiéndose en un hombre, aceptando la realidad de sus circunstancias, representado de forma figurada con esa secuencia final donde rechaza, por así decirlo, sus sueños, dándole la bienvenida de una forma triste a una nueva vida, al rutinario sueño americano, en un paisaje tan desolador y lúgubre como un cementerio. La road movie no deja de tener sus bases en el wéstern, presentando personajes fuera de la ley que emprenden una ruta hacia su destino, donde La diligencia (John Ford, 1939) sería el padre de todas, relevando una narración episódica al espacio fulgurante, a la vida que pasa rápida ante los ojos de los protagonistas, en un viaje del héroe o un viaje de muerte, siempre con un carácter épico arraigado a las obras grecolatinas como La Odisea de Homero. La banda sonora es indispensable para comprender este tipo de cintas con dichas temáticas, ya que utiliza el rock n’ roll, género musical emergente junto la road movie, cuyo espíritu estaba impregnado de la ruptura con las convenciones sociales con claras ínfulas de contumacia, identificación con un grupo social, liberación y provocación, tomados por los pioneros del género como el rey Elvis Presley, y ofreciendo de forma recíproca la estética ruda característica de ambos grupos. Por ello, la música de Mike Curb, aunque no tenga tanta fuerza respecto al argumento, consigue guiar el credo de la violencia por las áridas carreteras de California.

La evolución del lenguaje y técnica cinematográfica gracias a la época de declive del clasicismo de Hollywood ayudaron a crear elementos insignias para este tipo de cine, donde Corman lo queda patentado con el excelente uso de la camera car con grandes panorámicas horizontales que nos meten de lleno en el viaje de Blues y sus colegas. Una excelente obra en la que el director más pesetero se juega el pellejo para dar la visión emergente que tanto americanos como el resto del mundo necesitaban para comprender el drástico cambio cultural, presentado por el blanco, el negro y el rojo en forma de calavera sobre las espaldas de los cowboys modernos, de Los ángeles del infierno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Tiggy
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7 de enero de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No todo tenía que ser adaptaciones de Edgar Allan Poe o historias baratas sobre seres venidos del espacio exterior con intenciones poco amistosas en la filmografía de Roger Corman. El padre del genuino género de Serie B, abogaba por rodar a partir de guiones más ambiciosos y lo demostró claramente en algunas de sus mejores películas alejadas del terreno del horror y la Ciencia-Ficción. Como así quedaría probado en “La Matanza del Día de San Valentín ” (1967) acerca de una serie de asesinatos relacionados directamente con Al Capone en la mejor tradición del cine de gángsters, como ese retrato de Ma Baker que tan bien interpretó Shelley Winters en “Mamá Sangrienta” (Bloody Mama, 1970).

En cambio “The Wild Angels” es el punto de partida de una serie de películas que se pusieron muy en boga en los años sesenta y que culminaron con la más celebre “Easy Rider”(1967), mostrando la cara contracultural y rebelde de una juventud estadounidense a punto de implosionar por los diferentes acontecimientos que sucedían o iban a ocurrir.

Corman dirige sobre la marcha, sin importarle mucho el argumento pero sí los hechos. El esfuerzo, afortunadamente,de los actores no llega a la sobreactuación limitada simplemente a divertirse salvo algunas secuencias que cito en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Natxo Borràs
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1 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante largometraje dirigido por el gran Roger Corman y protagonizado por Peter Fonda, Nancy Sinatra y Bruce Dern.

El mismo se centra en la historia de un grupo de motoqueros denominados "Los ángeles del infierno" que intentan recuperar la motocicleta de uno de sus miembros, en la ciudad de Mecca, ubicada al sur de California (EEUU). Antes, durante y después, no se privan de sus más bajos instintos, cometiendo estragos y gamberradas por donde vayan.

Soy partidario de juzgar a las películas en sus respectivos contextos, y poniendo como ejemplos otros filmes de época, o anteriores a la época, para que la crítica sea justa. Aquí y ahora haré la excepción. Confieso haber visto este largometraje estableciendo un paralelismo con otras dos películas que vinieron después, pero que miré con anterioridad a ésta. Las mismas son "Easy Rider" (1969, Dennis Hopper) y "The Warriors" (1979, Walter Hill).

- Peter Fonda con la campera de cuero, fumando cannabis, andando en motocicleta: Easy Rider.
- "Los ángeles del infierno" (grupo motero que efectivamente existe desde 1948 y que son calificados por el Departamento de Justicia de los EEUU como una 'organización criminal con delitos relacionados con el tráfico de drogas, asesinatos, conspiraciones y extorsión') realizando escabechina por donde van, como si fuesen seres incivilizados: The Warriors.

Lo último para mencionar es que posee planos realmente sugestivos, atractivos, adelantados para lo que era mediados de la década de 1960. El ingreso y egreso del grupo, en los pueblos, con sus notables Harley-Davidson, se transforma en éxtasis para los sentidos de cualquier aventurero rutero.
Toro y Pampa
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2 de septiembre de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bàsica, sencilla, directa, irregular, absurda, violenta, polémica, chapucera, pobre, mediocre y salvaje producción que recoge y plasma el estilo de vida de un grupo de motoristas que celebran un funeral en honor a uno de sus compañeros en una orgía salvaje y desmesurada.
Los Ángeles del infierno, queda cono un producto absurdo e ilógico de baja calidad que pudo tener éxito en otro tiempo, pero que no sobrevive bien al paso del tiempo.
Jon
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23 de junio de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wild Angels (Ángeles del Infierno, 1966) se trate, nos guste o no, de una película mítica, especialmente en Estados Unidos, donde su estreno conllevó el boom de un subgénero cinematográfico conocido como Biker, donde los motoristas de diversos clanes son los protagonistas. Tampoco es que ninguna de las siguientes producciones del subgénero fueran realmente geniales, pero si tuvieron un impacto popular notable. Ángeles del infierno se trata de una película dirigida por el mítico cineasta Roger Corman, uno de los reyes de la serie B, y que con esta película lograría una de sus cumbres.

La película es claramente uno de los orígenes de Easy Rider (Easy Rider, 1969), el actor principal de la película es Peter Fonda, que sería protagonista en las dos obras y que obviamente recogería inspiración para la película siguiente. La fama se la ha llevado sin duda la película de Hopper, pero esto no quita que la obra de Corman merezca un visionado, porque aunque no llega a la calidad artística de la otra, si tiene algunas escenas realmente bien conseguidas.

El guión tuvo sus devenires, porque se cuenta que la notable figura de Peter Bogdanovich intervino, aunque asqueado con Corman, se bajo del proyecto a última hora, a pesar de que según cuenta él mismo, el ochenta por ciento del guión es fruto de su trabajo. Lo cierto es que el acierto de la trama no se encuentra en la complejidad de la trama, porque en realidad esta misma no tiene nada de especial: SPOILER . En realidad, el acierto del filme está, por una parte, en la naturalidad con la que describe la vida de los Ángeles del infierno, con sus costumbres y su forma de vida, así como en la naturalidad como se describe todo, sin recatar en la transgresión necesaria. No hay violencia o sexo gratuito, sino el que se ajusta simplemente a la trama y al modo de vida del clan. La conclusión es que en ocasiones la película parece más una obra documental que no una ficción.

La película es claramente hija de su época. La era del acuario, o la época Hippie en palabras que todos entendemos, fue un momento de convulsión y agitamiento total, y eso puede comprobarse muy fácilmente en el metraje. El eje tradicional de izquierda y derecha política se desfigura totalmente, mezclándose en el grupo de los Ángeles del infierno. Por una parte, la evidente simbología nazi de la que continuamente hacen gala, desde las esvásticas hasta las cruces de hierro, pero a la vez, también nos encontramos con un discurso aparentemente progresista, como por ejemplo, cuando en el funeral el personaje de Peter Fonda realiza un discurso donde acusa a la sociedad (no sólo al cura presenta, sino que también alude a la policía) de denegarles la ansiada libertad que tanto desean. Corman refleja bastante bien estos momentos de desequilibrio político, y consigue que el espectador se haga constantes preguntas sobre los Ángeles del Infierno, y el porqué de sus inquietudes. Corman no se decanta ni por la justicia ni por sus protagonistas, sino que simplemente se dedica a mostrar.

Sin duda, Ángeles del Infierno es una de las películas que hay que verla no en conjunto, sino con la fuerza de algunas de sus escenas. Porque sin duda, Corman es capaz de crear algunas imágenes muy potentes y por cierto, pictóricas, pues el color de la fotografía juega un papel clave. El inicio del filme, con las imágenes de Peter Fonda a lomos de su motocicleta y que serían copiadas posteriormente en Easy Rider son ya icónicas y ya desde un primer momento nos dan esa imagen de libertad que están buscando. Las peleas entre la banda de los Ángeles del infierno y una banda mexicano están coreografiadas de una manera muy estilizada, con un uso de la violencia muy particular, que incluso parece anticipar la violencia entre bandas de A Clockwork orange (La naranja mecánica, 1971). Aunque en otros momentos de la película la violencia es algo cotidiano, en estas secuencias de pelea nos encontramos con una violencia estética. Por último, podríamos citar la imagen del funeral con la bandera nazi, en una secuencia que ya ha pasado a la historia.

El problema principal es que la película por momentos parece que no tiene demasiado que contar, y no ayudan los numerosos minutos musicales en los que vemos a los motoristas ir de un lado a otro, y que sin duda parecen hechas con la única intención de rellenar metraje. Y a pesar de que hay algunas escenas inquietantes, en su conjunto el filme tiene bastantes problemas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kyrios
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