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Cuestión de justicia

Drama Cuenta la historia real del joven abogado Bryan Stevenson (Jordan) y de su histórica batalla por la justicia. Después de licenciarse en Harvard, Bryan recibe ofertas de trabajo muy lucrativas. Pero él prefiere poner rumbo a Alabama para defender a personas que han sido condenadas erróneamente o que carecían de recursos para tener una representación legal adecuada, y lo hace con el apoyo de la activista local Eva Ansley (Larson). Uno de ... [+]
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Críticas 46
Críticas ordenadas por utilidad
4 de marzo de 2020
41 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se equivocan de persona, afirma el personaje interpretado por Jamie Foxx cuando es injustamente detenido. A lo que el policía le replica: "se exactamente qué clase de persona eres". Soy inocente afirma otro condenado, recibiendo por toda contestación: "es igual, si no eres tú, el culpable será otro negro igual que tú". Y la respuesta con la que lidia un tercer procesado es igual de rotunda: "sólo con mirarte tengo la certeza de que eres culpable".

El sistema judicial acaba refrendando esas espontáneas y profundas convicciones policiales porque el racismo trasciende la balanza de la justicia, su principio de que todos son iguales ante la ley. Los despoja (en este caso a los negros o afroamericanos) de su consustancial condición de personas dejándolos sin derechos y situándolos al margen del sistema judicial. A los negros se les aplica otra principio de igualdad muy distinto (no todos los principios de igualdad son iguales), letal para ellos: todos los negros son iguales, distintos e inferiores a los blancos. Así opera el racismo, distorsionando una realidad desde su raíz más profunda. Se les condena por ser negros y la única manera de la que pueden salir airosos es demostrar que son blancos, algo del todo imposible.

Sobre reflexiones parecidas se extiende este contenido y comedido alegato judicial contra el racismo y, en menor medida, también contra la pena de muerte, más centrado en la repercusión a todos los niveles de quienes lo padecen que en los racistas. Estos últimos, por más que se demuestre su absoluta falta de moralidad, su corrupción retorciendo y utilizando a su antojo el sistema judicial para condenar a personas que saben inocentes, apenas son juzgados, su culpabilidad siempre aparece difuminada.

Tiene un punto en común, quizá no suficientemente tratado (spoilers), y más de una referencia a la icónica y excepcional "Matar a un ruiseñor" (Robert Mulligan,1962), ya que se desarrolla en el mismo lugar, en Alabama, aunque unos 50-60 años después, con lo que se pone de manifiesto la gran resistencia del racismo a desaparecer.

Es notable en todos los sentidos, manteniendo el interés y describiendo ordenada y desapasionadamente los hechos en los que se inspira, sin exceso de sentimentalismo, con una excepción, que lejos de perjudicarle le beneficia. Eso sí, es previsible y algo monótona, le falta chispa, especialmente en la construcción de su pareja protagonista, unos abogados presentados con demasiada sobriedad, sin matices cinematográficamente hablando, aunque los siempre excelentes Michael B.Jordan y Brie Larson lo compensen con su particular carisma, Lo que contrasta con los papeles secundarios, algunos de lo más minimalista, mejor construidos y excelentemente interpretados, lo que constituye un gran acierto del director y de los responsables del casting.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
East
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5 de marzo de 2020
28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Transcurrido un razonable periodo de cuarentena autoimpuesta y recuperado ya de los estragos soporíferos causados por el multi-oscarizado “Parásito” que me dejó para el arrastre, acudo nuevamente a las salas para ver “Cuestión de justicia”, una película que he disfrutado mucho.

Que un joven renuncie a un próspero -y lucrativo- futuro como abogado por ayudar a los más desfavorecidos del sistema legal estadounidense es ya digno de mención; pero si además añadimos unas buenas interpretaciones, diálogos inteligentes y un mensaje esperanzador, contamos con todo lo necesario para disfrutar de un espectáculo francamente entretenido.

El argumento no puede ser más sencillo y la temática ha sido tratada en el cine en múltiples ocasiones, con lo que se vuelve a demostrar que con pocos –pero buenos- ingredientes puede aún cocinarse un magnífico cocido.
JLB
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27 de febrero de 2020
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buscando Justicia nos cuenta la historia de un abogado que hizo historia en cuanto a su lucha por la verdadera justicia. Con una duración de 136 minutos, desde el principio hasta casi el final veremos un verdadero drama con todas las letras, gracias a las excelentes actuaciones y un manejo de historia que va de menos a más. Just Mercy aprueba, y por mucho.

La película de Cretton logra que, como espectadores, podamos sentirnos bastante identificados con los personajes principales, sobre todo con los que interpretan Michael B Jordan y Jamie Foxx. Y no estoy hablando exclusivamente de ser un abogado o ser alguien acusado falsamente y próximo a morir en la silla eléctrica. sino de las sensaciones que estos dos personajes van experimentando a lo largo de la trama: decepción, ira, tristeza y venganza, por nombrar algunos. Si bien la película se puede llegar a sentir lenta por momentos, personalmente logra enganchar desde el primer momento.

Tal como decía arriba, las actuaciones de todos los personajes son buenas (no muchos deslumbran), pero más las de Foxx y Jordan, al ser los más principales dentro de la narrativa y, a su vez, los que más importancia tienen y más van a estar desarrollados. La química entre ellos además es muy buena, logrando que uno verdaderamente sienta que se apoyan mutuamente frente a todas las adversidades que se les presentan. 

El director logró contar correctamente una historia conmovedora, que está bastante bien acompañada por las actuaciones. También quiero destacar el contexto que hay detrás, que termina siendo bastante más profundo de lo que parece. La música también me pareció bastante correcta y bien utilizada en los momentos de mayor conmoción, sobre todo en algunos personajes determinados (que no mencionaré por spoilers). 
ConPochoclos
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22 de febrero de 2020
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cuestión de justicia merece una oportunidad

Aunque en los vídeos promocionales pueda parecer una pastelada importante, Cuestión de justicia es una obra que merece una oportunidad. Se trata de un film de corte narrativo clásico, donde puedes apreciar los tres actos del guion sin mucho esfuerzo. Catalogada como drama judicial, Cuestión de justicia es un film de esos que condensan varios géneros a la vez.

En el primer acto, con la presentación de los personajes protagonistas y del contexto, podrías pensar que es un thriller psicológico. A partir del segundo acto, el film se torna en un oscuro western al estilo de Sam Peckinpah. Te compadeces del rechazo que el abogado Bryan provoca al llegar al condado de Monroe. Primero con los prisioneros en el corredor de la muerte, escépticos con su idea de concederles esperanza. Después, tratar de convencer al orgulloso Fiscal del Distrito Tony Chapman de que las instituciones sureñas deben cambiar.

Luego la familia de uno de sus clientes, Walter McMillian. Un buen padre de familia que tuvo la mala suerte de nacer en el sur de los EE.UU. Donde los afroamericanos son tratados como presuntos culpables de cualquier crimen juzgado. No es fácil convencer a los tuyos cuando sabes que partes con desventaja. De modo que el letrado Bryan Steven tiene la difícil tarea de enmendar justicia a tiempo. Con la ayuda de Evan Ansley, compañera abogada, Bryan consigue establecerse en el lugar y preparar la defensa. El último acto se centra en los juicios que dirimen la inocencia de McMillian tras recurrir en apelación. Al final, por Cuestión de justicia, toda una suerte de géneros se sucede.

*Conmueve la actuación de Michael B. Jordan

Hubo un tiempo en que Hollywood se sentía libre moralmente para condenar situaciones de injusticia en la sociedad norteamericana. Las instituciones son cómplices en muchas ocasiones de mantener un sistema legal injusto. En Cuestión de justicia se recupera este planteamiento sobre el funcionamiento perverso del sistema. Porque Bryan realmente no defiende a su cliente McMillian contra el razonamiento de personas, sino contra un ente mayor. La manera de proceder en la justicia estadounidense, sobre todo en los estados del sur, pone los pelos de punta. El racismo, la condena perpetua o la pena de muerte son temas muy sensibles que por desgracia siguen denunciándose. Y este film aborda todo esto desde una mirada humana, pero con el enfoque de un profesional.

Porque la labor de Bryan aquí es dar un equilibrio entre los sentimientos más puros y el valor de libertad. Conmueve la actuación de Michael B. Jordan, descubriéndose en él su faceta más íntegra. Su control del ritmo e intensidad en sus frases. La verdad es que la toga le sienta muy bien. Ya no es solo un buen actor de cine de acción. Ejercer la abogacía en la gran pantalla siempre es un reto para cualquier actor dramático. En el caso de Jamie Foxx, su mimetismo para representar cualquier rol haciéndolo suyo es infalible. Si bien no tuvo mucho reparo en poner el acento sureño; es de origen texano. Igualmente, Brie Larson actúa con mucha naturalidad pese a tener menos protagonismo. Las intervenciones de O’Shea Jackson Jr. o Tim Blake Nelson son destacables. En general, el reparto es de lo mejor de la cinta.

*Cuestión de justicia es una película que emociona

El director Destin Cretton y Andrew Lanham adaptan la novela del abogado Bryan Stevenson con un guion sólido y ameno. No es fácil tratar asuntos tan manidos como el racismo sin caer en pomposidades ni maniqueísmos. A estas alturas, la originalidad para contar historias que conmuevan igualmente que Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962) escasea. Y Hollywood ha hecho de esto un género propio sin hacer autocrítica dentro del star system. Precisamente, Cuestión de justicia sucede en el estado donde Harper Lee escribió la novela sobre el abogado Attichus Finch. De hecho, la película hace un guiño a este clásico de la literatura norteamericana.

Pese a no ser correspondida en la temporada de premios del gremio, Cuestión de justicia es una película que emociona. Eso sí, de forma contenida. Porque no hace falta utilizar recursos dramáticos que generen el efecto pañuelo para llegar a la verdad. Una de las secuencias más brillantes del film es cuando Bryan acude a la prisión para ver la ejecución de un cliente preso. El silencio puede decir mucho más que las palabras cuando las circunstancias te afectan profundamente.

La música del compositor Joel P. West acompaña, aunque no brilla. Se trata más bien de un apoyo para enfatizar el drama, muy común en este cine. En cuanto a la dirección de fotografía, Brett Pawlak apenas arriesga. Su uso de la cámara es riguroso, limpio y correcto; sin emplear planos recurso. Lo apuesta todo al plano americano; será por aquello de reflejar un estado conservador.

*Conclusión

En la mayoría de dramas judiciales se repite la fórmula del débil contra el poderoso. En esta ocasión, Cuestión de justicia trata más bien del individuo frente al sistema. Esta película nos recuerda que el tiempo pasa, pero en algunos lugares todo sigue igual. Cualquier lucha individual sirve para ganar derechos colectivos. Es cierto que es un tema muy manido, pero la historia de Bryan Stevenson merecía contarse en cine, porque contiene épica. Y verdad. No hay truco final ni eslóganes vacíos. Dar a conocer organizaciones como la que dirige Bryan es una obligación, sobre todo en EE.UU.

Y la película, pese a tener un estilo muy conservador, entretiene bastante. La diferencia con otras del género es que aquí no hay maldad personificada. Son las personas quienes se dejan llevar por sus costumbres, creando problemas y cometiendo errores humanos. El drama es que estos errores van demasiado lejos y hacen mucho daño. A veces, por suerte, pueden enmendarse. Cuestión de justicia deja un poso de esperanza para seguir creyendo que las personas están por encima de cualquier sistema.

Escrito por Carlos Vera Tordera
Cinemagavia
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23 de enero de 2020
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nada más empezar la película hay uno de los presos que canta, le tratan con brutalidad, pero él canta. Canta para huir de toda la injusticia, canta para sentirse libre, canta para estar con sus seres queridos, canta para estar lo más lejos posible de ese lugar. Canta porque no hay justicia para él.

Duro drama que me recuerda algo al caso de Steven Avery. Y aunque uno es blanco y el protagonista es negro, los casos se parecen a excepción de que uno es motivado por temas raciales y el otro por estatus social. Falsificación de pruebas y testimonios forzados, lo que haga falta con tal de pillar y hacer pagar a alguien. Y si además es el paleto o el negro del pueblo, mejor.
¿Cuántos casos habrá habido más de gente erróneamente condenada a base de manipulación por parte de aquellos que se supone que juraron proteger y servir? Cargos policiales que abusan de su poder impunemente.

No nos olvidemos de aquellos que murieron en la cárcel de manera injusta, ya que fácilmente podríamos experimentar este tipo de "justicia" en nuestras carnes. Tampoco hay que olvidar a aquellos que hacen todo lo posible para poner remedio a estas atrocidades.

Le he dado un 6/10.

Saludos.
Minimalist
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