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Sólo para hombres

Comedia Finales del siglo XIX. El hecho de que una bella joven empiece a trabajar en un ministerio haciendo el trabajo de un hombre provoca un gran escándalo. Además, muy pronto demuestra que es muchísimo más eficiente que la mayoría del personal masculino de la oficina. El hecho no deja a nadie indiferente y provoca infinidad de reacciones que van de la envidia a la admiración. Los cimientos de la sociedad machista comienzan a resquebrajarse ... [+]
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
6 de enero de 2008
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo para hombres

De nuevo Fernando Fernán Gómez, que hace del teatro "su lira". Miguel Mihura ataca con su "Sublime Decisión", y nuestro Gómez la disecciona (entre paréntesis), le impone un reparto de castañuelas, refuerza la técnica del proscenio aprovechando la autoridad que le ofrece la cámara, y como mandan los cánones de la genialidad Fernandiana (es irrefutable el monumento que este gran hombre habrá de merecer en el futuro) se ríe de los noviazgos "balconiles", batidos por el cierzo, del tremebundismo de las chulerías ministeriales madrileñas, de la precisión, a veces certera, a veces inconexa, de las palabras, de los retintines y dobles sentidos, del mundo macho y de las limitaciones femeninas, con una reconstrucción de época decimonónica donde los hombres baten records irresistiblemente cómicos y rayanos en la estulticia, y el bello sexo le sigue el juego en sus connotaciones tontas (que formaban la quintaesencia de lo varonil), dialogan como cotorras y perdonan sus vicios, con tal de que, más allá, se alce el altar que habrá de sanearles sus matriarcados absurdos. Tan sólo una de sus hijas no se somete, y dará lugar a la tan cacareada "Sublime decisión". ¡Ah, pero las politiquerías, que suben y bajan como la espuma del tiempo, no perdonan! Se necesita saber mucha historia para comprender los mil detalles graciosos del film. Fernando Fernán Gómez y Analía Gade (valga la redundancia) ¡SUBLIMES!... Pablo García del Pino
pablo garcia del pino
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29 de septiembre de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
237/10(22/09/10) El gran Fernando Fernán Gómez adapta maravillosamente una obra teatral de Miguel Mihura, ‘Sublime decisión’. Es una entrañable sátira social que pone de vuelta y media el costumbrismo de finales de Siglo IXX y por ende al tiempo en que se hizo, principios de los 60, se burla del machismo imperante, se jacta de las buscanovios de balcón, se ríe de una moral hipócrita, de la demagogia reinante, arremete ferozmente contra los funcionarios de ventanilla y a su absurda burocracia, ataca a lo poco que `curran’, hace bufonada de la inestabilidad en el gobierno de la época, donde una mañana gobernaban unos y a la tarde otros, lo cual no era problema para que a la mañana siguiente volvieran los de la oposición, y es que las cosas que se dicen en broma son las que se dicen más en serio. Fernán Gómez instala en la historia un aire optimista y de alegría de vivir, donde los diálogos son divertidísimos, llenos de ingenio y marcados por una deliciosa mala leche, donde un pobre padre de familia anhela poder casar a sus dos hijas, pero una de ellas es una rebelde y tiene la osadía de querer trabajar, pero por Dios hasta donde vamos a llegar!!! Este es el genial punto de arranque de esta magnífica comedia, donde sus 85 minutos se te pasaran en un suspiro, donde te enamoraras de una Analia Gadé dando vida a una encantadora Flora, está para ‘comersela’, excelente. Los secundarios rayan a un gran nivel dotando al teatral relato de una gran solidez. Si algo cabe achacarle es su puesta en escena, peca de muy teatral, deja la impresión de ser teatro grabado, esto condiciona el resultado, así como que su ritmo hacia su último tramo se ancla un poco, no estando a la altura del resto del film. Recomendable a los que gusten de muy buenas comedias. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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29 de febrero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Sólo para hombres" es la primera adaptación cinematográfica de la obra teatral de Miguel Mihura "¡Sublime decisión!", estrenada en 1955, y que trata el tema de la emancipación de la mujer a fines del siglo XIX. La película es una divertida sátira social que pone en solfa diversas costumbres y convenciones sociales españolas, confrontando el cambio social de la España de fines del siglo XIX con el cambio social de la fecha de producción del film, 1960. Es una película que se ríe de cosas que en principio no tienen ninguna gracia, como la triste situación de marginación de la mujer, la inestabilidad de la política española a fines del siglo XIX, las dificultades económicas de la mayoría de la sociedad, ciertas convenciones sociales, el mal funcionamiento de la administración pública -esos ministerios de los que directa o indirectamente vivían muchos madrileños- e incluso los duelos entre caballeros, o el terrorismo anarquista. Exponer las miserias económicas, morales y sociales de 1895 era además una manera de hablar de las propias miserias económicas, morales y sociales de 1960.

Dentro de la filmografía como director de Fernando Fernán Gómez, es una película muy coherente, y también lo es dentro de la filmografía de José Luis Dibidos como productor, quien, a través de la productora Ágata Films, intentó dar, desde los años 50, una visión más renovada y moderna de España, a menudo con Pedro Lazaga como director. A través de una sátira a veces hiriente, se habla de una sociedad muy dura, de perfiles muy negros; frente a este contexto tan poco favorable es donde se resalta mejor el gran tema del film, la libertad del individuo, sea éste mujer u hombre.
Pedro Triguero_Lizana
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20 de febrero de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta divertida comedia tiene más atractivos de lo que puede parecer a priori. Basada en una obra del gran Miguel Mihura, toda una garantía, dirigida por Fernán Gómez y protagonizada por él mismo y una estelar Analía Gadé, el producto es bastante redondo, aunque al estar la historia ambientada hace más de un siglo, ahora nos pueda parecer un tanto rancia y naftalínica.

Situaciones divertidas, interpretaciones muy conseguidas de los ya citados y de Manuel Alexandre, secundarios que cumplen correctamente.

La recomiendo, sin ser ni mucho menos una gran película, merece la pena conocerla.
Sir Lancelot
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13 de marzo de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cineasta Fernán Gómez adapta la obra teatral “Sublime decisión” del gran Miguel Miura. La historia de una señorita que a finales del siglo XIX, decide hacer algo que para todas las demás estaba prohibido: trabajar como empleada de obras públicas en la administración. Una mujer que decide abandonar el papel pasivo que la sociedad le otorga para revelarse contra el machismo imperante. Satirizando la actitud de los hombres que asumen un cierto mercadeo donde se elige la mercancía femenina de la forma más denigrante. Una comedia costumbrista con una mujer moderna, atrevida y muy adelantada a su época. La incorporación de la mujer al trabajo es el motor del film, en clave de comedia satírica pero tratando a los personajes con cariño y ternura.

Pero es que además de lo expuesto, que incluye un brillante monólogo inicial, el film esconde una soterrada y diabólica crítica a ese tipo de funcionario, desagradable y altivo, que olvida con frecuencia que está prestando un servicio al ciudadano y por el cual se le remunera. Que en más de una ocasión, hemos tenido que sufrirlo quejándose o siendo insolente a la hora de tramitar algún asunto burocrático, quien no ha sufrido el irritante: “vuelva usted mañana”. Esa mala uva que aquí encarna magistralmente el actor Erasmo Pascual. La espléndida Analía Gadé realiza un estupendo papel, dándole cumplida réplica al siempre soberbio Fernán Gómez como un lechuguino chupatintas venido a pobre pero honrado, que retratan las relaciones laborales y también amorosas entre hombres y mujeres en una sociedad hipócrita regida por el dinero y la posición social.

Por otro lado asistimos a una mordaz diatriba sobre la política y su inestabilidad, la forma de noviazgo de la época, la conquista femenina desde el balcón, de cómo las mujeres debían exhibirse para seducir al caballero más apuesto. Los diálogos son divertidos e ingeniosos en esta desenfadada obra, como era habitual si habían salido de tan prestigiosa pluma. Folios de caricaturas se intercambian entre las escenas del film, separando los distintos actos como capítulos de una novela por entregas y resaltando la perfecta propiedad de los actores en las curiosas modas de la época: cuellos duros, chalecos, manguitos, leontinas, sin olvidar sus mostachos, patillas y perillas.

En ese mundo jerárquico de pompa creciente, del pelotillero descarado, peleas mezquinas y pormenorizada inutilidad es donde busca auxilio, la bella Florita. Entre el hogar y el trabajo está la calle, llena de peligros para las señoritas que se aventuran solas, lugar donde pueden volverse “tunantas”, según dice la protagonista, haciendo gala de una inocencia ñoña que nos sitúa en el léxico de una España hipócrita. Deliciosa obra que recomiendo a pesar de los años, parece que felizmente superado, ¿O quizás no del todo?
Antonio Morales
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