El papel de sus vidas

Película aparentemente simple, pero bastante entretenida. La recomiendo para amenizar una tarde aburrida.

Realmente no hay mucho que analizar en ella, pero me gusta comentar algo de las pelis que me aportan un rato agradable, aunque sea una pequeña moraleja.

Por ello, viendo "El papel de sus vidas" saco la conclusión de que a veces las personas necesitan un mínimo detalle, un empujoncito o un golpe de suerte para cambiar su rutina, y a veces hasta para cambiar su vida.

La nueva comedia de Anne Giafferi muestra la situación a la que se enfrentan muchas actrices cuando empiezan a envejecer. Debido a la reacción alérgica que provoca un retoque estético de la protagonista –al que se ve obligada a someterse para relanzar su carrera–, el inicio del film resulta sugestivo y cargado de humor.

No obstante, poco a poco, la cinta empieza a ralentizarse y la trama se vuelve cada vez más predecible. La premisa de la película fuerza a recurrir al típico relato de intercambio de roles entre personas con cierto parecido. Así, la historia adolescente de cambio de personalidades (que se ha explotado con anterioridad en la gran pantalla), interpretada por personajes de mediana edad, acaba por cansar a la audiencia, que no se ve sorprendida en ningún punto del guion.

Mathilde Seigner está muy correcta en el papel principal y, gracias a ella y a sus diálogos, El papel de sus vidas funciona a ratos, especialmente en la primera parte. Aparte de eso, poco más puede destacarse en este largometraje que está bien como producto meramente de entretenimiento.

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Matilde Seigner es un rostro habitual en el cine francés y lo mismo se mete en la comedia más socarrona, que se pasa al drama puro y duro. En cuanto a este film no sabría en qué categoria colocarlo.
La presentación de los personajes es correcta, pero a medida que avanza el metraje vas viendo por dónde van los tiros y eso no es bueno. Cuanto más cerca está del clímax final ves que no existe o que es casi nulo, ya que no existe emoción alguna al llegar a este.
Sin duda lo mejor de todo es la protagonista en este doble papel y es la única que saca adelante este proyecto, que creo yo que si hubiera estado más afinado, quizás el resultado hubiera sido superior.

Veía esta película, sin demasiada gracia pero entretenida, pensando que la protagonista era Emmanuelle Seigner, ya se sabe, esa inexpresiva actriz de eterno gesto de asco que aparece en casi todas las películas de su marido, Roman Polansky.

Estaba francamente sorprendida de que fuera capaz de interpretar un personaje que fuera humilde, simpático, relajado... en definitiva, alguien que te pudiera caer bien.

Y pensaba que demostraba un gran sentido del humor al encarnar a una actriz envarada e incapaz para la comedia.

Acaba la película y resulta que la protagonista no es ella, sino su hermana Mathilde, de gran parecido físico a ella.

Espera, esto sí que es gracioso.