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Y llegó el día de la venganza

Thriller Una vez terminada la guerra civil española (1936-1939), Manuel Artíguez (Gregory Peck), un popular miembro del maquis, abandona España y se refugia en Francia. Veinte años más tarde, el hijo de su mejor amigo, atraviesa la frontera para pedirle que vuelva a España y mate a Viñolas (Anthony Quinn), un capitán de la Guardia Civil responsable de la muerte de su padre. Pero Artíguez, hastiado de todo, no atiende la petición del chico. Sin ... [+]
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
27 de agosto de 2016
16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Considerado por los medios españoles como, “El enemigo público número uno del régimen”, El Quico fue el máximo exponente de la guerrilla urbana antifranquista en Cataluña, habiendo luchado junto a, Josep Lluís Facerías (1920-1957), durante la Guerra Civil y con posterioridad a ésta. Nacido en Barcelona, el 30 de marzo de 1915, y bautizado con el nombre, Francesc Sabaté Llopart, El Quico luchó con La Columna de los Aguiluchos de la FAI en el frente de Aragón… y tras haber perdido la guerra tuvo que marchar a Francia, donde vivió como refugiado, pero, sin dejar de hacer sucesivas incursiones en España, en su propósito de seguir luchando contra el régimen. Mientras seguía exiliado en Francia, en 1959, Quico Sabaté recibió una carta de un compañero de lucha donde le informaba que fue detenido y condenado a 30 años de prisión, y fiel a la amistad como siempre lo fue, junto a su grupo de maquis (guerrilla antifranquista), planeó una incursión de rescate… que lo llevaría a la muerte, el 5 de enero de 1960, muy cerca de cumplir los 45 años.

Sobre la vida de éste guerrillero, el prestigioso realizador, guionista, productor y novelista húngaro, Emeric Pressburger, quien, junto al inglés Michael Powell, nos legara títulos cinematográficos tan valiosos como, “49th Parallel”, “The Life and Death of Colonel Blimp” o “Black Narcissus”, publicó, en 1961, una novela titulada, “Killing a Mouse on Sunday”, que, convertida a guion por J.P. Miller, fue llevada al cine bajo la dirección de Fred Zinnemann, logrando otro efectivo trabajo donde la lucha por la justicia y la dignidad, es la razón de ser de su personaje central.

En versión libre, con modificación sustancial de algunos hechos y fechas; cambiando nombres y evitando la mención de otros para eludir el asedio de la censura (lo que no se logró, pues, la película estuvo prohibida en España, hasta 1979), Zinnemann recrea una historia de odio (el que siente el coronel, José Viñolas, por el revolucionario, pues, 20 años después de la guerra, no consigue eliminarlo ¡para cerrar con ‘broche de oro’ su historial!); también es una historia de venganza (para castigar a un traidor y para tratar de eliminar al militar que asesinó a un fiel camarada); y de amor (el que siente una madre enferma por su hijo y el hijo por su madre, quienes no han podido verse por la certeza de que, la muerte ronda por donde quiera que éste se mueva)… Quizás, por aquí se halle la respuesta a la pregunta que se hace Viñolas en algún momento: “¿Por qué volvió?”

Gregory Peck (como Manuel Artíguez), vuelve a demostrar que es uno de los actores más equilibrados y versátiles que haya podido darnos el cine hollywoodense, y de nuevo se luce con un rol mesurado y muy bien matizado, recreando un destino trágico que, por muchas razones, dejaría una honda huella. Anthony Quinn, es el capitán Viñolas, infiel y obsesivo, mostrado, quizás, con más benignidad de la que podía merecer; y Omar Sharif, es el cura Francisco, la oveja descarriada para algunos -edificante para otros-, que saca la cara por una institución que, durante el oscuro régimen, jugó un papel bastante vergonzoso.

<<Y LLEGÓ EL DÍA DE LA VENGANZA>>, mantiene el interés de principio a fin, y desde todo punto de vista, es un filme muy digno de verse.

Título para Latinoamérica: LA SANGRE LLAMA
Luis Guillermo Cardona
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11 de septiembre de 2012
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como casi siempre que el cine norteamerizano se acerca a un tema estrictamente español hay que visualizar la película con altas dosis de indulgencia. No estamos ante una película que incurra en los graves excesos de "Misión imposible 2" o "Noche y día" pero es cierto que la visión de los enfrentamientos de los maquis con la Guardía civil y la actitud del guardia civil interpretado por Anthony Quinn no nos deja bien parados. Por otra parte si la película se visualiza como una película más de acción podemos llegar a disfrutar de las andanzas de Gregory Peck en su papel de maquis, jugando al ratón y al gato con el ya mencionado Quinn. A mi juicio el papel que menos peso específico tiene para la trama es el sacerdote interpretado por Omar Sharif que, literalmente deambula por la película, si bien tiene en sus manos la clave de la trama. Desde el punto de vista técnico se agradece la elección del blanco y negro lo cual favorece la narración y además esta película cuenta con el aliciente de haber sido prohibida durante varios años lo cual permite que se visione intentando adivinar cual era la razón para ello, ya que, a mi juicio, más que una negativa visión de la política franquista lo que da es una versión distorsinada de los clichés que habitualmente debemos soportar respecto de España. A pesar de todo creo que estamos ante una interesante película que puede ser disfrutada si no pretendemos rigor en lo que vamos a ver.
Juanjix
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16 de junio de 2020
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y llegó el día de la venganza pertenece al espíritu de varios de los títulos de Fred Zinnemann, desde Solo ante el peligro a Chacal, pasando por Un hombre para la eternidad. En todos ellos un hombre se queda solo ante una comunidad, sea un sheriff, un santo, un maquis o un asesino a sueldo. Este hecho agiganta al personaje, lo convierte en una especie de héroe, por malvado que sea, por la simple razón de desafiar a la mayoría y tener pocas o ninguna posibilidad de ganar.
Salvo en Sólo ante el peligro, todos los protagonistas de esos films acaban autoinmolándose. Pero en Y llegó el día de la venganza no se trata ya de defender ninguna causa justa o injusta, sino de suicidarse vengándose, pues el guerrillero comunista ha perdido toda ilusión en su ideal y arrastra una vida frustrada, sin esperanza ya de que la lucha sirva para nada.
El guión no pretende narrar una biografía concreta, aunque se inspire en la realidad, sino contarnos el apasionante drama de un duelo inútil entre el maquis Manuel Artiguez (Gregory Peck) y el capitán de la guardia civil Viñolas (Anthony Quinn), así como el también inútil intento de un buen sacerdote (Omar Sharif) por ayudar a quien le odia por el solo hecho de ser cura. Es un trabajo de gran calidad que muestra la desesperación de los exiliados ante el triunfo definitivo del franquismo y que expresa el canto del cisne de la guerrilla política, hacia principios de los sesenta.
El actor que tiene el papel más complejo y difícil es Gregory Peck. Consigue una interpretación magistral de un fanático idealista que sufre la contradicción de tener que agradecer a su enemigo ideológico, un sacerdote, el intento de salvarle la vida, mientras se ve obligado a reconocer que un compañero político es un despreciable traidor.
El film es muy bello, muy emotivo y humano. Nos habla del odio que provoca el radicalismo político, de la falta de escrúpulos morales de la policía y del fracaso de la bondad en semejante ambiente. No es una película que critique un régimen o a su oposición, sino que evidencia la crueldad en que acaban los sentimientos de venganza.
Añadiré respecto a lo que he leído en alguna otra crítica de Y llegó el día de la venganza que Hollywood ha hecho más películas que dan una imagen idealizada y positiva de España que las que ofrecen alguna nota peyorativa, sea El capitán de Castilla, Las siete ciudades de oro, Orgullo y pasión, Apuesta por un jinete, El ángel vestido de rojo, El Cid, En busca del amor o El hombre de la Mancha. Y que considero que el film de Zinnemann sigue igualmente esa línea, pues invita a firmar la paz de cualquier guerra civil.
Y recuerdo eso para subrayar el complejo de inferioridad injustificado que se percibe hoy en no pocos españoles, incluidos los cinéfilos.
Luis
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18 de enero de 2010
17 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Técnicamente es una buena película, con un reparto soberbio y una buena dirección, no refleja la realidad de la lucha guerrillera, el personaje interpretado por Gregory Peck (basado en Francisco Sabaté Llopart) vive cómodamente en su casa de Francia comiendo chorizos mientras los auténticos maquis tenían que alimentarse de lo que encontraban por el monte.

Además existe una crítica velada al anti-clericalismo y al atéismo característico del periodo republicano español, personificada en el personaje de Omar Sharif, un cura "bueno" que se juega la vida por ayudar a Peck, imagen que no se corresponde en absoluto con la realidad.

Mención aparte la escena de Anthony Quinn toreando a caballo, simplemente ridícula.
GEORGE TAYLOR
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4 de septiembre de 2015
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver a Anthony Quinn vestido de Guardia Civil no tiene precio.
La realización y la fotografía, excelentes.
El guión irregular.
Película muy interesante.
MrLombreeze
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