Haz click aquí para copiar la URL

De óxido y hueso

Romance. Drama De repente, Alí tiene que hacerse cargo de su hijo Sam, un niño de cinco años al que apenas conoce. Como no tiene casa, ni dinero, ni amigos, se refugia en Antibes, en casa de su hermana, que los acoge cariñosamente. Tras conseguir trabajo como portero en una discoteca, Alí conoce a Stéphanie, una domadora de orcas en el acuario Marineland. (FILMAFFINITY)
1 2 3 4 10 20 21 >>
Críticas 104
Críticas ordenadas por utilidad
10 de julio de 2013
79 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ocasiones te cruzas en esta vida con esa clase de gente que ha sufrido graves pérdidas o experimentado un enorme sufrimiento y en lugar de hundirse en la depresión o desmotivación, encuentran un nuevo camino y asombran por su saber estar, saber hacer y sobre todo, su saber vivir. Son gente con una fuerza particular, quizás la fuerza de haberlo perdido todo y por tanto, haber ganado la libertad personal a la que todos aspiraríamos si no fuese porque estamos muertos de miedo.

"De óxido y hueso" trata de un personaje, el de Marion Cotillard, que, como la sirenita, sacrifica al mar sus piernas; pero como ésta es la vida real, no obtiene un príncipe, sino un hombre de hojalata. Y este hombre de hojalata que no tiene un corazón, se redime de su incapacidad emocional ejerciendo de peculiar ángel de la guarda de la chica sin piernas.

La historia de ambos y entre ambos es emotiva porque es un relato seco y poco sentimental; no hay idealizaciones, nada augura un gran futuro feliz para Alí y Stephánie, que tendrán siempre que lidiar con limitaciones y dificultades. Su amor es el amor áspero entre veteranos de la guerra del existir. Pero es un amor auténtico y es la autenticidad lo que en realidad acaba conmoviendo en "De óxido y hueso". Alí y Stephanie empiezan como esclavos y terminan como amos, pero eso sí, pagando un altísimo precio (¿quién dijo que ser libre era fácil?).

La sensualidad de Audiard al rodar el sol, esa frescura del agua de mar que casi se siente conforma una de las dos mejores escenas de la película; la otra, el momento en que una ojerosa Cotillard irrumpe en el combate de boxeo y mira con furia a un caído Schoenaerts como dicendo "¿yo me he quedado sin piernas y aquí estoy y tú te dejas tumbar?".

Impresionan las interpretaciones de ambos, cada uno perfectamente creíble en su drama personal; logran la empatía no por sufrir mucho, sino por las capacidades que muestran para superarlo.

En algunos lugares de Asia, se ciega a los canarios para que aprendan a cantar...aquí, son dos personajes los que la historia mutila...para que aprendan a vivir. Lección aprendida.
Neathara
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de junio de 2012
67 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jaques Audiard nos premia, porque no hay mejor palabra en este caso, con un drama llevado de la mano de unos actores que, ante todo, están a la altura en todo momento y dejan que sus personajes invadan cada uno de sus rincones.

"De rouille et d'os" no tiene el sabor amargo de "Un prophète", ni la calma de "De battre mon coeur s'arreté", pero tiene mucha fuerza, mucha pasión y sobre todo, desborda energía y positivismo aunque sea en la más pura miseria. Una mujer que lucha contra su "nueva" minusvalía, ante la cual, cualquier otra persona se hubiera rendido; un hombre que se ve con un hijo de 5 años con el que no sabe qué hacer ni cómo cuidar, y un entorno que aunque les es familiar, les pone trabas allá por donde pisan.

Unos primeros planos que te hacen meterte en la cabeza del personaje, unas escenas acompañadas de una banda sonora del todo acertada que hace que se te erice la piel cuando sabes lo que está ocurriendo; si a todo ello añadimos una historia verosímil y las vidas de unos personajes que se sienten perdidos, pero no desesperanzados, hace que merezca la pena pasar dos horas sentado ante la gran pantalla.
nöâk
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6 de agosto de 2012
48 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película dramática, cuenta una historia realista desde un punto de vista realista, para ello se apoya en el gran trabajo de dos estupendos actores, un creíble Matthias Schoenaerts, que puede resultar a la vez tierno y odioso y una magnífica Marion Cotillard que dota de credibilidad su complicado papel.

La película posee dos partes diferenciadas, una primera estupenda y una segunda que naufraga un tanto al buscar el realismo y no contar una historia con nudo y desenlace propiamente dichos, así hay muchas cosas que no conducen a nada, mucha escena sobrante y no existe un clímax. Además de que la película se dirige hacía derroteros menos interesantes, solamente hacía su final, con una secuencia ajena a lo anterior, consigue reavivar el interés.

Entre sus mayores defectos podemos citar un montaje excesivamente rápido, al estilo del cine de hoy en día, en las que los planos y las secuencias tienen que durar muy poco, para dar sensación de velocidad, eso provoca que se malogre una secuencia magnífica, la del baño en el mar, escena que se debiera realizar sin cortes, por la importancia que tiene en la vida de ella, y menos sin meter elipsis como hace la película, de todas formas una excelente escena que justifica el film.
A destacar sus sorprendentemente excelentes efectos especiales, y es que no se notan en absoluto pese a estar muy presentes, realizados con una gran naturalidad.

Una película recomendable, amarga y realista, que por desgracia va perdiendo el interés a medida que avanza, pero que ofrece algún gran momento.
Meinster
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de diciembre de 2012
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Audiard lo ha vuelto a conseguir. Ha colocado un nudo en la garganta de un servidor durante la mayor parte del metraje y días después de su visionado, sigue ahí. Porque hay películas bochornosas que encuentran en la discapacidad su mayor estandarte y no tenemos que ir muy lejos para identificarlas. Y luego está "De óxido y hueso", una historia que va más allá de la manida superación. Un relato lúcido, de sufrimiento, sí, pero también de esperanza, de redención, del amor surgido en un campo de minas. Ese al que agarrarse cual chaleco salvavidas. Ese que parece haber sido desahuciado de la cara menos amable de la sociedad. Ese que llega tarde pero a tiempo.

El protagonista de "De óxido y hueso" desconoce de su existencia. Para Ali (Matthias Schoenaerts) la implicación y el compromiso son valores por descubrir. Apenas siente afecto por su hijo, al que a la primera de cambio endosa a una hermana con la que sólo comparte sangre. Siendo el objetivo de apuestas en peleas callejeras consigue desprender la adrenalina precisa para mantenerse vivo. Quien también necesita el contacto con otro tipo de animal es Stepanhie (Marion Cotillard), una domadora de orcas, que verá mermar su seguridad tras sufrir un accidente. Tras un fortuito encuentro, la joven decide aliarse con el destino e introducir a Ali en su vida.

Audiard, con una exquisita dirección, logra que el espectador no se hunda en la tragedia de sus personajes. Nos muestra el barranco pero nunca nos suelta y lejos de regodearse en el sufrimiento invita al espectador a aprender a vivir con límites pero sin generar piedad. Esmerándose por ver la botella medio llena. Es aquí precisamente donde merece el mayor de los aplausos. Por ello, no son aleatorios los cegadores destellos de luz que se suceden a lo largo de la cinta. Funcionan como una conseguida metáfora. El empleo de la luz es mimado por su director y muy necesario en una cinta de tal calibre. Podíamos estar en el fondo del pozo, ahogarnos en la desgracia, bajar al infierno que supone una rehabilitación. Pero no. Audiard golpea fuerte, sin miramientos, y luego deja que la herida vaya sanando de forma natural, sin ningún vendaje.

El poder de la técnica adquiere en "De óxido y hueso" un matiz relevante. Cada plano está estudiado al milímetro y no por ello pierde frescura. Como tampoco la pierde la actriz principal de este tenebroso relato. Cotillard es sinónimo de credibilidad. Una robaplanos en potencia. Aporta una interpretación contenida, dura, real, portando todo el dolor que le cabe y vaciándolo en el espectador que irremediablemente lo siente en carne viva. Y si a la francesa no se le puede reprochar absolutamente nada, no menos a Schoenaerts. El actor mimetiza con su personaje. La rudeza que se requiere la consigue desde la primera secuencia logrando una evolución natural hasta el último plano.

"De óxido y hueso" nos acerca a un Audiard más intimista pero sin bajar el listón de la dureza a la que nos tiene acostumbrados. El cineasta francés demuestra aquí de forma verosímil que los sentimiento pueden suponer una barrera mas complicada de superar que la física.

Lo mejor: contemplar como el óxido de Ali se convierte en hueso y el hueso de Stephanie en óxido.
Lo peor: su forzado tramo final.
Ulher
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7 de noviembre de 2012
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
De óxido y hueso se disfruta por su sensibilidad, por su exquisita fotografía, por su habilidad a la hora de extraer lo mejor de sus actores trabajando según la escena desde la contención y desde la rabia desatada. De óxido y hueso es una historia bella y a la vez triste. Se articula sobre la colisión de dos mundos, dos personajes con magulladuras, con su mochila, con su pasado. Interrogantes que nunca son desvelados: Audiard respeta la intimidad de sus personajes, pero esa no invasión no se traduce en ningún caso en una mirada complaciente. La película es una grieta y al mismo tiempo el cataplasma que sana la herida. La historia de una cuidadora de orcas que ha perdido sus dos piernas tras un grave accidente y la de un boxeador perdido que pone en juego todas sus extremidades con cada combate. En este juego de dualidades, de objetos frente a sus reflejos distorsionados, también puede dividirse la película en dos partes: la primera es misteriosa, tiene atmósfera, retiene algunas estampas para el recuerdo, deja poso y está recorrida por una melancolía y angustia brillantes; la segunda en cambio cede al tono conclusivo, dibuja un final un tanto forzado y deja al espectador desalentado pero con los asideros suficientes como para causar impacto y provocar la reflexión de la audiencia. Como fábula simbólica y al mismo tiempo desnuda de retórica se sitúa muchos peldaños por encima de las películas falsamente románticas, por edulcoradas y prefabricadas, que pueblan constantemente la cartelera. También tiene mucha más alma que la mayoría de obras que copan la atención y los palmarés de los principales festivales. Datos que hablan por sí solos, que reafirman a Audiard como uno de los grandes autores de la actualidad y que consolidan De óxido y hueso como una obra estimulante incluso en sus partes más discutibles. No se la pierdan.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 10 20 21 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow