Luciérnagas

Varados en Veracruz

Se nota que la directora Bani Khoshnoudi tira de su propia experiencia personal para enriquecer el realismo de Luciérnagas. Es una película pequeña, intimista, con menos de 90 minutos. No pasan grandes cosas, ni hay giros de guion espectaculares. La historia se centra en tres personajes en un momento de su vida en el que se sienten desubicados en el mundo. Tanto física como emocionalmente.

Son tres personajes que huyen de su pasado, pero que son incapaces de echar lastre para deshacerse de él. Eso les impide avanzar. La ciudad de Veracruz se convierte entonces en una especie de purgatorio. Un puerto donde quedan varados. La necesidad del otro, de comunicarse con los demás, les lleva a encontrarse. Son breves instantes en los que se sienten con fuerzas para aprender, ya sea un idioma nuevo o la forma de afrontar unos sentimientos reprimidos.

Metáforas y certezas

Luciérnagas son seres que emiten una luz propia. Puede parecer tenue, pero brillan en la oscuridad. De meros insectos a la belleza de su luminiscencia. El título de la película podría ser una metáfora que equipararía a sus personajes con esos seres. De todas formas, según parece, el título se inspira en un texto del poeta y cineasta italiano Pier Paolo Pasolini. Ahí se utilizaba a estos bichos de luz como una alegoría política sobre la supervivencia ante el neofascismo.

Eso nos descubre una capa más profunda de la película que también se muestra con la misma sutileza que el resto. La persecución que sufren los homosexuales en algunos países de Oriente Medio. Un vistazo a las cicatrices que tiene en la espalda el protagonista es suficiente. Sabremos que ha pasado un tiempo en la cárcel en una breve conversación, no le hace falta nada más a Bani Khoshnoudi para exponer la situación y que el espectador comprenda todo el sufrimiento que le ha obligado a emigrar.

*La belleza de lo sutil

Luciérnagas está realizada con mucho mimo y delicadeza. Se la puede catalogar casi de minimalista por su planteamiento naturalista de la acción. Sus imágenes nos muestran el día a día de unos personajes, nada más. No hay un hilo argumental que busque contenido dramático gratuito. Incluso la resolución carece de un clímax como tal. No es lo que busca la película.

Luciérnagas es bella. Tal vez, demasiado fugaz para transcender. Una historia humana donde lo que importa es la psicología del trío protagonista, excelentemente interpretado por Arash Marandi, Flor Eduarda Gurrola y Luis Alberti. No necesita mucho más para alcanzar al espectador paciente. Sí, tiene un ritmo lento y contemplativo, es lo que requiere para explicar la rutina del migrante errante. Alguien que no pertenece al país donde vive, ni tampoco se siente parte del país del que huye.

Conclusión

Luciérnagas es un drama bello y evocador sobre la inmigración. También plantea cuestiones políticas como es la persecución que sufren los homosexuales en algunos países de Oriente Medio como es Irán. De allí es precisamente la directora Bani Khoshnoudi que ubica su película en Veracruz (México).

Sencilla e intimista, Luciérnagas tiene su mayor virtud en la naturalidad que transmiten sus imágenes y en el realista trabajo que ofrece el trío protagonista formado por Arash Marandi, Flor Eduarda Gurrola y Luis Alberti. Es una película para ver sin prisas y sin expectativas. Desde la sutileza, transmite sus reflexiones y éstas llegan al corazón del espectador.

Escrito por Daniel Farriol

Viernes 27 de septiembre, 6:00 pm, Cinéteca Nacional. La iraní Bani Khoshnoudi trae bajo la manga una historia poco convencional sobre migrantes compaginada con discriminación en cuestiones de preferencia sexual y la tierra desconocida con la oportunidad brindada hacia quienes llegan, transitan y la cohabitan Veracruz. «Luciernagas» coproducción multinacional focaliza su trama en un joven de origen iraní que ha llegado en buque al puerto, donde el trabajo no es fijo y las jornadas laborales son rudas, situación que no le convence y desea emprender a un país que le resulte más familiar con respecto a su cultura como Grecia o Turquía.

Aquí conocerá a Leti, una mexicana encargada de un hostal quien también vive incidentalmente la migración como fenómeno y desde el punto de vista de una mujer que nunca tuvo noticias de su prometido. El tercer encuentro se da con Guillermo, otro inmigrante salvadoreño que huye de las bandas de su país, con quien irá formando un lazo amistoso que podría vulnerarse al mínimo intento por expresarlo.

Con un pausado desarrollo, la película nos muestra un puerto y sus diferentes ámbitos, desde el parsimonioso que ofrecen las playas posterior a las duras jornadas laborales, hasta aquel en donde la algarabía del famoso y alegre carnaval les permite mostrar su esencia como individuos y que por cuestiones de prejuicio se ocultan. Pero no sólo Veracruz ha resultado ideal para llevar a cabo el rodaje, también es un acierto la participación del protagonista, quien ajeno a la realidad mexicana da con lo necesario al mostrarnos un hombre extraviado, tímido, en proceso de adaptación que se reprime así mismo antes de permitirse movimientos en falso.

Aunque la trama se mantiene sin cambios repentinos, la autora da indicios de un título muy personal, el cual se nutre de actualidades tanto locales, como de los sitios que indirectamente referencia.

La directora iraní Bani Khoshnoudi se atreve a rodar una película en México y hablada prácticamente en Español para mostrarnos muy sutilmente el infierno que pueden vivir en su país las personas homosexuales.

La amargura del protagonista que estuvo en cárceles por su condición sexual donde fue torturado y que tuvo que huir de polizón en un barco, acabando en el puerto de Veracuz, queda muy bien reflejada en la interpretacion del joven Arash Marandi (Bajo la sombra, una chica vuelve a casa sola de noche) que nos sumerge muy bien en su desolación al no hablar ni pizca de español y encontrase en un país tan diferente culturalmente al suyo.

Sus intentos por volver a Europa y acercase a Grecia o Turquía no le auguran un futuro muy esperanzador, por lo que busca trabajos en la construcción con la esperanza de poder salir de allí sobornando a algún patrón de barco. Es cuando conoce a  Guillermo (luis Alberti) que junto a Leti (Edwarda Gurrola) la chica de la pensión donde duerme forjaran una amistad.

Un retrato muy conmovedor de este refugiado que curiosamente también está rodeado de personas que quieren huir de su propio país México y buscar un futuro más prometedor en Estados Unidos.
Destino Arrakis.com

Uno de los títulos que tenía pendiente de ver era el tercer trabajo escrito y dirigido por Bani Khoshnoudi y a raíz del día del Orgullo LGTB he tenido la oportunidad de verlo. Cuenta la historia de Ramin, un joven gay de unos treinta años que huyó de la represión en Irán y llegó a Veracruz por error después de viajar clandestinamente en un barco. Mientras lidia con la distancia que ha tomado con sus seres queridos, en especial con un chico, comienza a descubrir una vida más libre en México, lejos de Irán, donde conoce a Leti, que regenta un hostal y a Guillermo, un compañero de trabajo.
Esta coproducción mexicana es un estimable drama con un alto componente social, de inmigración. La película no ofrece una mirada turística de Veracruz, sino como un lugar de paso en que los personajes está anclados y esperan su ocasión para marcharse a un destino mejor. Sin saber apenas nada antes de verla, creía que estaría ante una cinta de temática gay al uso pero no es el caso, ya que apenas hay tres escenas de este tipo, aunque habla del maltrato sufrido del protagonista en Irán y, en comparación con su país, el joven puede vivir su condición sexual mejor en México. Rodada en la misma Veracruz, con un ritmo pausado, cuenta con acertadas interpretaciones de los actores principales: Arash Marandi (“Under the shadow”), Flor Eduarda Gurrola (“Cefalópodo”) y Luis Alberti (“Mano de obra”), intérpretes que no conocía pero con interesante experiencia previa.
El film de 2018 se presentó en varios festivales como el de Rotterdam, Morelia y el año pasado en el certamen D’A de cine de autor de Barcelona y la Muestra de cine latinoamericano de Cataluña (en Lleida), y está previsto que se estrene pronto en España.

Valoración: 7

Lo mejor: el retrato poco amable de Veracruz y las actuaciones del trío principal.
Lo peor: un final quizás inesperado.

Película mexicana que cuenta con un trio de actores muy bueno, en especial la buena, dulce y sensible actuación de Arash Marandi y la potente y bien lograda Flor Eduarda Gurrola, mostrando el lado más visceral de la inmigración en un pueblo costero y las luces y sombras que viven sus personajes día tras día.

Existe un buen guión, una dirección y fotografía aceptable, pero lo que hace más enriquecedora la historia es como dos de sus personajes nos adentran a lo profundo de sus sentimientos y nos hacen participes de sus dolores, sueños, amor y sufrimiento. También el director nos quiere mostrar como muchos pueblos Latinoamericanos viven a la sombra del gigante yanky y nos muestra la cruda realidad de muchas personas que quieren cruzar la frontera y cumplir él tan famoso y anhelado sueño americano para ellos.

Además nos enseña que si ya es difícil ser homosexual en Latinoamérica, lo es y mucho más a nivel político, judicial y social en muchos países del oriente medio, donde en muchos casos es penado por carcel, castigos en público o hasta la muerte. Y nos enseña una comparación que no es muy distinta a la que viven muchos hispanos y siguen viviendo muchas personas homosexuales en muchos países y situaciones.

Película muy recomendable, por su historia, actores y en especial por qué no dejaras de sentir, soñar y sufrir con dos de sus personajes y nos ofrece un fiel retrato de vida de un pueblo costero en un país latinoamericano.