Los peores años de nuestra vida

Hay momentos duros en la vida de toda persona, especialmente en la adolescencia, sobre todo si no eres el guaperas de turno y necesitas respuestas a la vida. De repente y casi por sorpresa, encuentras un islote en ese mar de angustia y dudas existenciales, algo tan tonto como una película que no te da respuestas pero que al menos te hace ver que no estás solo en ese mundo de incomprensión que te rodea.

Así pues siendo no especialmente guapo, tímido y un loser completo es inevitable sentir una devoción absoluta por este film. Ver que hay alguien que consigue retratar tu vida te reconforta. Es verdad que mal de muchos es consuelo de tontos, pero me sentía como Gabino Diego, ese tío era mi dios, ver sus fracasos amorosos era sentir los tuyos, ver que ir salido no era incompatible con cantar canciones y escribir poesía, que odiar al guaperas no te convierte en mala persona sino que es un instinto de supervivencia.

Quién no ha odiado a las mujeres porque sólo eres "simpático" o "mono"? Quién no ha deseado matar a esa chica de la que estás enamorado porque siempre acaba llorando en tu hombro, se lamenta de lo malos que son los hombres pero siempre acaba con el chulito de turno?

Por eso este film me pareció magistral, porque combina la épica del perdedor con un humor amargo, porque es realista y no recurre al almibaramiento facilón, porque cada uno de sus actores y actrices están magníficos y sobre todo, porque no estás viendo un film, estás viendo un documental sobre tu vida.

13 años después.......(sigue en spoiler)

“Los peores años de nuestra vida” es una comedia original, divertida y con el sello inconfundible de David Trueba en el guión. Gabino Diego lleva todo el peso de la película, dejando al resto del triángulo amoroso que se forma –con Ariadna Gil y Jorge Sanz– prácticamente en fuera de juego.
Lo que más destaco de la cinta son los detalles de comedia delirante que nos conceden, no de forma gratuita, sino de una manera muy ingeniosa. Es el caso de los monólogos de Gabino Diego, las gallinas de Agustín González en el piso o el cameo en un cine del propio Trueba al más puro “Annie Hall”. Porque esta película es muy Woody Allen y también posee un toque francés.
Una lástima que lo peor sea ese “ménage à trois”, al que parece faltarle salero. Y su transcurso parece más bien forzado para sacar la historia central a flote.
Aún así, es una película con gracia y buen gusto, que ya quisieran hacer muchos.

Confieso que lo he pasado bastante bien en muchos ratos, entre ese protagonista total Gabino Diego y el siempre brillante Agustín González reconozco que he encontrado la manera de pasar por alto muchas cosas que otros usuarios no perdonan. Creo que no está nada mal. Acostumbrados a ver tanta estupidez en el cine español no es mala idea recurrir a una fuente que se sabe que da resultados de garantía, hablo de Woody Allen por supuesto. Eso sí, quisiera destacar que aunque hay mucho Manhattan detrás de esta película también es cierto que hay que saber hacer las cosas medianamente bien, y para mí este es el caso. El guión es bueno y el tono se ajusta al ritmo adecuado para no perder el interés por el paso de los minutos. Es verdad que todo es muy previsible, a mí me ha dado igual.

Gabino Diego acapara unos diálogos brillantes a menudo, empalagosos en otros momentos pero siempre a una altura considerable, al menos al lado de un Jorge Sanz que sólo sirve para poner su carita de guapo, a lo Ben Affleck, no hay el desarrollo de un personaje como su hermanito feo. Y como Jorge Sanz la guapísima Ariadna Gil, simplemente una cara bonita en la que el superhombre Gabino se fija y pese a su consciencia de fracasado no puede dejar de caer alrededor de su órbita. Lo cierto es que Gabino lo hace todo y se sobra, tanto que puede llegar a caer mal por su autocompasión, por sus extravancias y su desbordamiento verbal, estoy convencido que al que le caiga mal su personaje no le entrará bien los personajes típicos de Allen. Es que es un superhombre, lo tiene todo, hasta es feo y consciente de sus defectos...

Suelo ser muy malo con las pelis españolas, me cuesta ponerme delante y lo hago muy de tanto en tanto porque suelo quedar decepcionado, seguramente por cuestiones de prejuicios personales apriorísticos... Y menos películas españolas de los 90!!! Qué he hecho!!! Y sin embargo, no sólo no es mala sino que, confieso que es buena...

Notable comedia romántica a cargo de los creadores de "el otro lado de la cama", con muchos elementos comunes con ésta, con toques de musical. Casi todo el peso de la película recae sobre los frágiles hombros de Gabino Diego, actor que "cae bien" (siempre resulta bastante creíble, quizás porque el subconsciente de todo el mundo piensa que Gabino_persona es idéntico al Gabino_personaje), y resulta simpático, a la vez que protagoniza todos los gags.
Los cortes en los que Gabino se dirige a la cámara, o simplemente se centra en sus paranoias, le dan un toque original. Pero no es, ni mucho menos un peliculón. Lo mejor es ir a verla sin muchas expectativas, quizás por eso la he puesto un 7.

Pero fallido.

David Trueba, voy a decirte una cosa. Tú no eres Woody Allen. Y Gabino Diego tampoco. A feos sí, estáis muy a la par, pero no por ser igual de feo que Allen se tiene que tener el mismo talento.

Hacer recitar a Gabino todas esas soplapolleces continuamente hasta la extenuación no le convierte automáticamente en el personaje alleniano al que suele interpretar el propio Woody. Esas cansinas charlas consigo mismo, esas visiones fantasiosas del futuro, esos diálogos en el cine con los personajes de la pantalla, tienen su gracia si las hace alguien con cierto carisma, pero la pierden por completo cuando se hacen tan repetitivas y el que las interpreta las suelta como quien está soltando la tabla de multiplicar.

El personaje de Gabino Diego es pelmazo a más no poder. No es que sea un pagafantas, como dicen algunos en sus críticas; es que a ver quién es la bonita que aguanta dos horas seguidas a semejante tostón, todo el tiempo soltando chorradas o, todavía peor, calibrando qué comentario "ingenioso" va a decir a continuación. No es que tenga que pagar las fantas, es que ni pagando las fantas, los vinos, las tapitas, el puro y la copa hay cristo que lo aguante.

Mis 3 puntos van por Agustín González, siempre fantástico aunque sea en un bodrio como éste. Sus escenas con las gallinas sin duda son lo mejor de la peli. Sólo él fue capaz de hacerme reir. A los demás un contundente tomatazo en to la jeta. Petardos.