La ley de Yuma (TV)

Como bien nos indican junto al título, esta película es un telefilm, no concebida para su exhibición en cines sino para entretenimiento y disfrute de los espectadores en el salón de sus casas y como tal, no podremos dejar de percibirlo tanto en la escasez de medios y de presupuesto, como en el tempo narrativo que se nota diseñada para tener en cuenta incluso la inserción de los anuncios publicitarios, ya que la trama se encuentra salpicada de numerosos momentos climáticos concebidos para dejar en pausa al espectador y que se retoman al momento siguiente para continuar con la intriga.
Es más, todo hace suponer que esta película fue ideada para dar comienzo a una serie, al estilo de tantas de su época que los más mayores recordarán con nostalgia, " Wagon train", "Bonanza", "La ley del revólver"..., ya que en la presentación del protagonista ( un marshall forastero recién incorporado a una ciudad sin ley ni orden), nos dan a conocer su trágico pasado y nos apuntan la posible búsqueda de una venganza que podría ser la causa de su desarraigo y su nómada vida por diferentes poblaciones.
Pero como la película no tiene continuación nos quedaremos sin saber si este hombre encuentra lo que busca mientras imparte justicia allí por donde va.
En este primer y único episodio, Clint Walker, un chicarrón alto y cuadrado hasta decir basta, apenas llega a la ciudad a hacerse cargo de la placa y ya se ve envuelto en una trama podrida hasta los cimientos de una población sometida al poder caciquil de un único hombre del cual depende la prosperidad de la mísera ciudad, negocios sucios que implican una red de corrupción de transporte de mercancías, en la que se ven implicados los indios de la reserva que sufren expolio y el ejército allí destinado que no se sabe bien si cumple con sus obligaciones o no.
La trama está concebida como si fuera un policial, es decir, esta es una peli de misterio con el western sólo como telón de fondo. Hay una investigación, hay sospechosos, un detective (el marshall) y una intriga, pero pocas escenas de acción o exteriores, una concesión, sin duda, al público de la época cuyas demandas se estaban trasladando hacia otros géneros y en la que el western estaba dando ya sus últimas bocanadas.
Veremos rostros conocidos del género, aunque las interpretaciones no todas son muy buenas. Aún así, la trama está muy bien construida, el misterio atrapa, necesitaremos conocer el desenlace porque la intriga se conduce muy bien y Clint Walker me parece muy apropiado para encabezar este misterio, con su imponente presencia al pie del cartel.
Una cinta por encima del promedio de las de su estilo y género, siempre teniendo en cuenta que es un telefilm, siento estar en desacuerdo con el usuario que me precede, (que sé que conoce mucho este género) y que le otorga una calificación muy pobre, pero yo creo que cumple sobradamente la función a la que estaba destinada y a la que no le debemos pedir más. Resulta muy entretenida e intrigante y no aburre en ningún momento. Un telefilm por encima de la media ya lo creo.

En la frontera entre Arizona y México, la ciudad de Yuma fue famosa por su cárcel que abrió sus puertas en julio de 1875. Siempre estuvo en construcción, pues la mano de obra que se usaba era la de los mismos presos.
En la cinta se olvidan de esta prisión federal para centrarse en la falta de autoridad y de respeto por la ley que allí se vivía, "Aquí la gente se limita a esperar y a ver que pasa".
Los asesinatos se suceden y la dueña del hotel quiere cobrar por adelantado al nuevo sheriff que llega a la ciudad, Dave (Walker), 10 dólares por semana, aunque él es optimista y paga un mes, "Me llamo Harmon y he venido a traer la ley".
Trama rutinaria complicada con la presencia de administradores sin escrúpulos que matan de hambre a los indios, de oficiales del Ejército que les siguen el juego y de una vieja venganza.
Temas muy manidos tratados con un guion ramplón y una dirección rutinaria que apenas penetra en los personajes, dejando una obra lenta y sin tensión dramática.
Tampoco las interpretaciones dan mucho juego.
El remate son las pésimas imágenes del formato televisivo que ofrecen.
Es impropio que las actuales cadenas de televisión pasen en estas condiciones las películas. Desenfocadas hasta en los créditos y con un pésimo colorido.
Cinta floja que no recomendamos.

Es una pena que de la reunión entre un director de cine interesante como Ted Post y un actor interesante como Clint Walker saliera un telefilme como éste, correcto pero más bien soso, teniendo en cuenta además que tanto el director como el actor principal habían transitado previamente por los senderos del "western". La culpa de eso estaba tal vez en el productor, un Aaron Spelling que seguramente estaba más preocupado en fabricar un entretenimiento para toda la familia, sin aristas, que en otra cosa. Al menos, aparecen buenos actores veteranos como Edgar Buchanan o Barry Sullivan en el reparto.

La trama gira en torno a una red corrupta que le quita la comida a los indios de Arizona: el "marshal" que encarna Clint Walker se encargará de investigarlo. El triángulo semifamiliar que van formando los personajes de Walker, Kathryn Hays (como la atractiva dueña del hotel en el que se aloja el protagonista) y Miguel Alejandro (como un pilluelo mexicano al que da trabajo el "marshal"), da fe de que estamos ante un producto familiar y también ante un relato un tanto tramposo, en tanto que devuelve al rudo pero inteligente personaje protagonista lo que éste perdió en el pasado, su familia.

Según IMDb, este telefilme es el episodio piloto de una serie de TV que no se llegó a hacer.