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Ambición rota

Drama En un Nueva York dominado por el crimen y la corrupción, el gángster John Martin se ha hecho con el control del mercado de los muelles y obliga a los transportistas a pagarle un canon por su "protección". Denny Jordan es un camionero que se niega a pagar dicho impuesto, a pesar de los problemas que ello puede ocasionarle tanto a él como a su joven esposa embarazada. Un abogado le ayudará en su lucha contra Martin, a fin de llevar a éste ... [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
17 de septiembre de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película cruda que hace gala de una magnífica capacidad de fabulación y una enorme dosis de sentido cinematográfico desarrollada en clave de crónica contada con gran solvencia e intensidad narrativa.
La pantalla parece un escaparate en el que se muestran escenas de la vida real y el espectador asiste atónito a la función porque tiene la impresión de que le han trasladado al mismo núcleo de cada situación.
Claridad expositiva, interpretación excelente -H. Bogart, G. Brent y los demás-, dinamismo en la acción y ambientación sobresaliente conforman los factores de una película inolvidable.
ABSENTA
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23 de abril de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo criminal decide extorsionar a una asociación de camioneros aparentemente crédulos y palurdos, mientras el fiscal puesto a dedo intenta por todos los medios ganar puntos delante del ejecutivo del gobernador a base de decretazos, ignorando la necesidad del pueblo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Betawatcher
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28 de noviembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lloyd Bacon es como James Cagney y E.G.Robinson. No tiene película mala. O sea, un fenómeno. Tampoco el genial Bogart se queda atrás. Es este último el que, desde el inicio de la cinta, espeta invectivas contra todo lo que se mueve, o lo que es lo mismo, contra lo que no baila al son de sus despóticos intereses.
El excelso director norteamericano aborda sin complejos el intrincado mundo de los sindicatos neoyorquinos y el advenimiento a dicho entorno de un siniestro gánster cuya banda de malhechores se dedica a extorsionar a trabajadores y a destrozar negocios, mercancías, familias y, sobre todo, cualquier atisbo de honradez. Este maquiavélico plan delictivo es expuesto de manera magistral por el mago Bacon en una antológica secuencia de apenas un minuto de duración. El gánster Martin camina junto a su troupe de matones por el mercado callejero de New York. Mientras les explica cómo se debe dominar y aterrorizar a una ciudad, los trabajadores, cada uno con su mercancía, van desfilando delante de la cámara inmersos en una coreografía digna del más primoroso de los ballets. La secuencia es continua, sólo un corte al final. Una obra maestra de cincuenta segundos.
Y, por supuesto, Bacon sigue extendiendo su talento durante toda la película. Imparte una soberana lección de manejo del ritmo, del uso memorable de las elipsis, de una brillante puesta en escena y de la dirección de actores. Hablando de ellos, el trío Bogart, Brent y Jenkins, realiza un trabajo memorable.
Por cierto, la duración de la cinta es de una hora y diez minutos. Hay de todo: acción, procesos judiciales, romances, maquinaria legislativa a todo trapo, ampulosos discursos sindicales. ¿A qué parecen dos horas una vez finalizado el visionado? Es un milagro. Es Bacon, Lloyd Bacon.
el chulucu
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21 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué lado están los responsables de esta película?.
Eso es lo que no me ha quedado nada claro a mí.
Bacon realiza, en un ejercicio de concisión admirable de sólo 70 minutos, un sólido drama que expone la situación de las instituciones secuestradas y corruptas de los años 30, relatando la manera en que las mafias operaban apoderándose de los sindicatos obreros, en este caso del de los camioneros, utilizando métodos violentos como el chantaje y la extorsión, la intimidación y la violencia para así controlar el transporte de la ciudad de Nueva York y sus mercados de abastecimiento.
Hay aspectos en el argumento de este film, que a mí me han recordado mucho a otra película del propio Bacon rodada unos años antes, "La mujer marcada", curiosamente con el mismo Bogart aunque asumiendo en esta última el papel del fiscal que lucha contra la mafia, esta vez inscrita en las redes de la prostitución.
Porque aquí hay aspectos que se le parecen mucho.
Un abogado (Walter Abel) es nombrado fiscal del Estado para hacerse cargo del asunto y acabar con la red de sindicatos corruptos de la ciudad, controlados por el hampón Martin (Bogart) y sus secuaces..
Pero no lo va a tener nada fácil. Los camioneros amenazados se niegan a testificar, al estar sometidos bajo la presión de las amenazas.
Uno de ellos (George Brent), parece ser un hombre de gran influencia entre sus compañeros que no se deja amilanar por los métodos violentos de los hampones pero su feroz individualismo le va a hacer resistirse a liderar ninguna campaña eficaz contra ellos ni a colaborar con la justicia.
No tardará en darse cuenta que esa pasividad le pone en manos de Martin, que empleará sus métodos contra él, logrando someterle tras un acto de sabotaje y luego mediante el soborno, convirtiéndole en traidor a los ojos de sus compañeros.
Por otra parte al fiscal no se le ocurre una mejor manera de conseguir que las víctimas testifiquen y colaboren con la justicia que promulgar una ley mediante decreto, donde se verán penadas con cárcel todas aquellas personas que se nieguen a revelar información, da igual que estas personas estén siendo golpeadas, asesinadas o sometidas a robos y palizas. Una bonita manera de colgarse medallas. Pisotear, en vez de proteger, a quien está siendo amenazado.
Es por esta razón por la que, en este film, los espectadores difícilmente podemos volcar nuestras simpatías hacia ningún lado.
No vamos a comulgar con la manera egoísta de actuar del personaje de Brent que, hasta casi su final, sólo mirará por su bien y por sus intereses.
Tampoco nos va a caer en gracia el fiscal estrella, que más parece querer ganar puntos en su carrera de ascenso que en luchar y proteger activamente a los ciudadanos secuestrados.
Y, por supuesto, tampoco vamos a tolerar al chulesco extorsionador Bogart, haciendo y deshaciendo a su antojo desde su mesa camilla de masajes, los destinos y las vidas de cientos de personas en la ciudad.
¿Quiénes nos quedan?.
Los ciudadanos anónimos como siempre (Allen Jenkins, Oscar O'Shea...). Los pocos que se atreven a dar la cara y terminan muertos. Ellos son los que se van a llevar nuestras simpatías en este film. Si esa era la intención que los ejecutores de la película tenían al realizarla, lo han plasmado muy bien y merecen el mayor de los reconocimientos. No sé por qué me da que, en la vida real, las cosas son muy parecidas a como nos lo cuentan aquí.
Izeta
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14 de febrero de 2021
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Película que aborda el tema de cómo el gangsterismo copaba los sindicatos y asociaciones profesionales, extorsionando a la peña y sirviéndose además de ella (los camioneros, por ejemplo) para extorsionar a otros a su vez. La película es corta y concisa, narrando los hechos de una forma simple, clara y directa. La verdad es que no hay nada muy novedoso ni destacable especialmente en la peli, es una buena historia bien contada, con buenas dosis de violencia, aunque nos suena bastante a todos, porque hemos visto muchas parecidas. Además es una película un tanto propagandística y con moralina, y eso le resta profundidad. Eso sí, sale Humphrey haciendo de malo, lo que también está bien.
Troglo
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