Aquel ritmillo (C)

Curioso cortometraje en que un anciano hace un repaso a su supuesta vida de joven como investigador de una empresa de electrodomésticos. Toda la historia lleva un ritmo de comedia y parece sacada de una mente senil pero feliz. Es como un cuento especial que no tiene desperdicio. Ahora, un consejo, cuidado con comprar electrodomésticos Prim.

Es un bicho raro, una espécimen que escasea, un corto que atrae al tiempo que tras el visionado no sabes si otorgarle una nota baja por, diremos, rozar la nadería. Sin embargo una nadería con gracia, puede convertirse en un imprevisto acierto. Yo calificaría el cortometraje de Fesser, como simpático ya que el humor es atrayente y aunque no podamos decir que el cinéfilo manifieste mientras lo visiona mucho interés por el rumbo de la historia, la cual escasea, cierto es que se pone a pensar que detrás de ese mundo anormal, diferente o extravagante se esconde una verdad: el tiempo pasa para todo el mundo.
Así, podemos subrayar que el cortometraje es un acierto en el sentido de que se añora el ritmo del pasado de un anciano, que en su día personificó el estilo clásico de ser alegre, dinámico y dicharachero.
No solo el ritmo es una constante en las máquinas, sino también en las personas y en un ocurrente e ingenioso juego de movimientos, el ritmo del cortometraje lo considero acertado . Pese a ello, no se trata de un corto memorable, ni tan siquiera me atrevería a decir que bueno. Quizás de fondo esa constante de: persona mayor que atrae la atención al narrarnos su "juventud", siempre suele repercutir con agrado en el espectador de edad más "joven". La añoranza de aquellos tiempos.
Destaco, el tono agradable, y ese ambiente de época "antigua", refiriéndome a varias décadas atrás, aunque no se especifique cual es la época en que acontece la acción.
Actuaciones, notables, dirección acertada, peca de dejar al espectador un tanto frío al ver como en el fondo ha visto un corto simpático pero nada más. Así creo que un 7 bajo está bien, al dibujar la sonrisa en el espectador durante la extensión de su metraje.

Corto muy del estilo de Fesser que toma la fórmula de fábula satírica con crítica moral. En este caso, no juzgues a los demás sin antes mirar tus propios zapatos.
Aceptable, aunque con una calidad de sonido mejorable que al mezclar música, voz y ritmo se hace difícil de entender al narrador en ocasiones.

Aspecto de apariencia. El rey del mambo. Salsa rosa.
El reparador, detective y bailaor Ciges (siempre el MVP multiusos que para todo sirve) escucha y se mueve al son que marca la música de las esferas, el ritmo del universo; por su sangre española fluye el compás infinito, su corazón es el tambor de las galaxias que se abren y cierran en un suspiro de nada, sístole-diástole. Fred Astaire y Ginger Rogers.
Musical, cine negro, Delicatessen, costumbrismo y surrealismo. Tintoretto.
Electrodomésticos, cachivaches, engendros y muchos muertos. Todo está mezclado y es siempre nuevo. Música negra de alma ibérica, el mundo en una caracola.

391/05(04/12/22) Jubiloso debut en un film de ficción hace 27 años del singular creador Javier Fesser (hasta entonces dedicado al mundo d ellos spots publicitarios), dueño de un estilo propio reconocible, que aquí dirige, guioniza y edita. Siendo un cortometraje de apenas 15 minutos, que ya es un reflejo festivo de su universo particular en la profusión de escenarios vintage (gracias al estupendo Cesas macarrón en la dirección artística, poblando sus relatos de personajes pintorescos muy cañís, en este caso tirando de su actor fetiche con el gran Luis Ciges como protagonista. Un argumento bastante escaso, incluso para ser run corto, donde se mezclan todo tipo de subtramas. Un divertimento pasajero que sobre todo sirve para ir viendo los inicios del peculiar modo de exponer cine de Fesser, que luego ha explayado en largometrajes como “El milagro de P. Tinto”, “La gran aventura de Mortadelo y Filemón ” o “Historias mínimas”, inundando el relato de señas de identidad que ha manejado el madrileño, con la voz en off persistente, con el humor naturalista, con los lares retro, con una fotografía muy luminosa y cromática (en este caso del gran Javier Aguirresarobe: “Los Otros”, “Mar Adentro” o “La Carretera”), con repertorio de temas musicales vintage, con mucho espíritu cartoon que tiene su máxima expresión en caídas, golpes, porrazos, y todo con el buen manejo de los efectos visuales en la función de provocar sonrisas. Ah, y también están los nombres decimonónicos como lo son aquí Temeroso, Torcuato, o Tintoretto.

Temeroso (Luis Ciges), inmóvil en una silla de ruedas en sus últimos momentos de vida en un geriátrico, recuerda sus días gloriosos cuando era detective jefe de la marca registrada de electrodomestic "Prim" y un bailarín consumido lleno de ritmo. Se lleva a la memoria su mejor caso: la recuperación de la "centrífuga 2000" y por qué su baile no fue el mismo después de este caso. Siendo el epicentro de la acción apartamento cochambroso donde el ‘moroso’ Torcuato (Victoriano Romera) bate unos huevos mientras se cree ‘protegido’ por un sistema de alarma última generación. Pero Temeroso es mucho Temeroso. Siendo el clímax la aparición de Tintoretto (Alberto Fesser), la orma del zapato de Temeroso.

Con estos mimbres da para unos minutos de comedia agradable, para toda la familia, con inventos Rube Goldberg graciosos, con aparatos para matar rimbombantes, con bailes swing con música de Louis Armstrong por la calle. Todo en una visión nostálgica de mirada al pasado, de cuando éramos más joviales y enérgicos, y con buen ritmo para el ritmillo. Un relato que va saltando de un sitio a otro, caótica, surrealista, absurda, pero que entretiene en su desbarajuste, en sus ganas de agradar, dejándote un buen sabor de boca cinéfilo en su conclusión.

Obtuvo el Premio Goya al mejor cortometraje de ficción.

Entusiasta comienzo de Javier Fesser. Gloria Ucrania!!!

PD. En los créditos aparece que el diseñador de vestuario nada menos que el hermano del director, Guillermo Fesser, el eterno Gomaespuma (junto a Juan Luis Cano); Pablo Pinedo hace aparición travestido de enfermera que lleva a Temeroso en su silla de ruedas y lo deja frente a un televisor de monedas. Pinedo luego es otro de los actores fetiche del realizador que aparece con más protagonismo en el corto de este mismo año 1995 con “El secdleto de la tlompeta”, está en su primer largometraje “El Milagro de P. Tinto”, y también “La gran aventura de Mortadelo y Filemón”; Alberto Fesser que hace de Tintoretto, es el padre del director.