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Asesino invisible

Terror. Thriller El Sheriff Wade Parent (James Brolin) debe encontrar el modo de detener un enorme coche negro, aparentemente indestructible, que tiene aterrorizados a los habitantes de un pequeño pueblo de Nuevo México. Nadie conoce el origen del coche, quién lo conduce o cómo pararlo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
18 de julio de 2011
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
«¡Oh Grandes Hermanos de la Noche, que hacen mi lugar de descanso, que cabalgan sobre los ardientes vientos del infierno, que habitan en la morada del Diablo; Muévanse y aparezcan!»

Iniciar una película con una cita de Anton LaVey, fundador de la Iglesia Satánica y autoproclamado Papa Oscuro, deja claras señales sobre el origen de ese coche funesto e indestructible parido del desierto con capacidad asesina.

“Asesino Invisible” o “The car” en su versión original remite al “Diablo sobre ruedas” aunque sus imágenes podrían ser recuperadas en una sesión doble con “Death Proof” de Quentin Tarantino o incluso convivir con el Jacques Tourneur de “La noche del demonio”. En el filme de Elliot Silverstein conviven imágenes muy sugerentes con otras tópicas y blandas del género. Ese choque de fortaleza y debilidad se plasma en el mismo que acometa a los desprotegidos protagonistas frente una amenaza que visualizan y etiquetan pero que desconocen. Ese enemigo desconocido es un coche que mata… pero ¿y si no hubiera conductor… qué es un coche que mata? Las partituras de Leonard Rosenman crean el clímax apropiado y nos remiten al universo terrorífico de Spielberg.

Esos grandes planos generales en paisajes naturales con el polvo que emerge de esa oscuridad o la profundidad de campo mediante brillos soleados de las lunas del vehículo homicida en la distancia son grandes señas impropias de la Serie B. El suspense es el viento, los animales y el desequilibrio. El polvo ciega y el metal mata. El pánico por algo conocido contrasta con el terror. No hay bestia ni animal… pero si algo cercano a nuestras vidas. Tal vez “Asesino Invisible” sea lo más parecido que se ha rodado a “Los pájaros” de Hitchcock. Aquella película con la que soñó M. Night Shyamalan en “El incidente” y que otros también intentaron dar forma en otros demonios con diferentes caras.
Maldito Bastardo
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6 de diciembre de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film, que recuerda muchísimo a un cruce de dos películas del recién estrenado como rey Midas del cine en aquella época, Steven Spielberg. Las películas en cuestión serían, “El diablo sobre ruedas” de 1971 y “Tiburón” de 1975, y quien haya visto ambas, y vea está…se las recordará.
A pesar de eso, el film, es interesante de principio a fin. Una especie de Rolls Royce negro y polvoriento aparece en una localidad de Nuevo México, atropellando a ciclistas o peatones en solitario, y siempre con una acechante música de fondo que nos recuerda a la archiconocida banda sonora de John Williams, de la antes mencionada “Tiburón”. No sabemos nunca ni quien conduce ni el porque de los asesinatos…aunque al final se nos de una idea aproximada, en el clímax de la película. Mantiene el ritmo y un interés que nunca decae, a pesar de que la premisa del film en principio pueda parecer simple. Su guión no difiere mucho de cualquier otro con bicho malo, solo que aquí es un coche el asesino...y el guión pelín superior a otras del estilo.
Dirige el film, Elliot Silverstein, conocido, por la más que apreciable “Un hombre llamado caballo” (1970). Protagoniza un joven James Brolin, (Capricornio Uno, 1978), y Kathleen Lloyd, que pudimos ver en varios episodios de “Canción triste de Hill Street” (1982). Completan el reparto un desconocido por entonces Ronny Cox (Desafío Total, 1990), John Marley (El Padrino, 1972) y el veterano R.G. Amstrong, inolvidable por su papel en “Duelo en la Alta Sierra” de Sam Peckinpah (1962).
Cine de los setenta en estado puro y que a pesar de que no me parece una mala película tampoco me parece que sea como para encuadrarla en film de culto, que en ese lugar figura hoy…para mi sorpresa.
Véanla y júzguenla ustedes mismos. Les parezca lo que les parezca no perderán el tiempo por verla.
Juggernaut
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24 de julio de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película muy interesante, en la que pueden verse antecedentes lejanos en el cine de Hitchcock ("Con la muerte en los talones", "Los pájaros") en el tipo de terror y en la planificación de las escenas, y antecedentes mucho más cercanos en "El diablo sobre ruedas" (Duel, 1971), de Steven Spielberg. No obstante, el film de Silverstein tiene su propia personalidad, y el coche negro de aquí da más miedo aún que el camión del telefilm de Spielberg. La cita de Anton LaVey con la que comienza esta tétrica historia ambientada en un pequeño pueblo del estado de Utah, da ya el tono, muy especial, a este largometraje.
Pedro Triguero_Lizana
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11 de enero de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La vi de estreno cuando todavía no levantaba tres palmos del suelo... y recuerdo perfectamente que me impactó. Al salir del cine repasaba una y otra vez sus imágenes, al mismo tiempo que miraba de soslayo los coches que se movían a mi alrededor.

Pero qué le vamos a hacer, desde entonces por estos ojos han pasado más de treinta años... y centenares de películas de incalculables presupuestos. Evidentemente su envejecimiento es notable.
Sin embargo volver a verla me ha hecho sentir nostalgia... y blinda mi convencimiento de que el cine antiguo tenía una imaginación casi infinita, al contrario del cine actual, que es muy amante de enrocarse en el espectáculo vacío.

La recomiendo sin fisuras. Es gratificante rememorar viejas reliquias.
cule100
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11 de febrero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Car (Asesino Invisible, 1977) es una película realmente curiosa. A pesar de que es una cinta que ha quedado olvidada por el gran público, también ha sido recuperada por algunas minorías que la han convertido en una cinta de culto. Y no es de extrañar, porque nos encontramos ante un filme que tiene unas características muy singulares, que aparecen ya desde su primera secuencia.

Y es que nada más empezar el filme nos encontramos con que el director del filme cita un texto de Anton LaVey, uno de los fundadores de la iglesia Satanista (que no Satánica). Este texto nos ayudará a comprender la idiosincrasia de nuestro enigmático villano posteriormente. Después de este texto introductorio, el filme nos presenta una secuencia que nos recuerda muy poderosamente a otra que se repetiría tres años más tarde….en una película de Kubrick. Efectivamente, la secuencia inicial de Asesino Invisible tiene mucha semejanza con la secuencia de apertura de The Shinning (El Resplandor, 1980). Además de la música que compone Leonard Rosenman, que suena de manera muy parecida a la misma que El Resplandor, nos encontramos con un plano fijo (con un coche moviéndose dentro) que también parece recordar al que encontraríamos en la película de Kubrick.

El filme nos presenta un argumento aparentemente simple. En una pequeña población de los Estados Unidos aparece un enigmático coche tintado totalmente de negro que empieza a asesinar jóvenes. No hay más historia que la persecución del coche a los protagonistas que nos irá presentando el filme.

Ahora bien, Asesino Invisible no es una película que nace en una seta, sino que como cualquier filme, tiene sus relaciones con su entorno cultural. De hecho, en la ya comentada primera secuencia podemos ver los evidentes referentes que utiliza el filme de Elliot Silverstein. Y es que gran parte del guión así como de la propia puesta en escena recuerda de manera demasiado evidente al filme que dos años antes había sacudido las carteleras de todo el mundo. Sí, me refiero a la película de Steven Spielberg, Jaws (Tiburón, 1975). Las semejanzas en su argumento y planteamiento son más que notables. En ambas películas (por cierto, Tiburón a su vez bebe de manera clara del dramaturgo Ibsen) se nos presenta una población que vive de manera idílica, hasta que un enemigo de origen desconocido arremete de manera continuada contra todos los integrantes del pueblo, alterando la tranquilidad que antes imperaba. En sendos filmes nos encontramos con unos personajes protagonistas principales (en Asesino Invisible el personaje principal es interpretado por Josh Brolin) que serán los encargados de solucionar la amenaza que se cierne sobre su pueblo, cargando con todo el peso de la trama en las espaldas. Son héroes anónimos.

Pero además, las semejanzas entre el filme de Spielberg y el de Silverstein no sólo suceden en un plano temático y argumental, sino también en un ámbito formal. Los planos subjetivos que recupera el director de Asesino Invisible recuerdan de manera inevitable los mismos que empleaba Spielberg con Tiburón. Ambos nos muestran la visión de nuestro agresor antes de atacar a su nueva víctima. Y por último, como referencia inexcusable se ha de citar Duel (El Diablo sobre Ruedas, 1971) también una película que firmó Spielberg, y que precisamente se centra sobre un misterioso vehículo que continuamente persigue a un conductor normal y corriente.

También parece elevarse sobre el filme cierta relación con la obra literaria de Stpehen King. En efecto, el coche oscuro y malvado de Asesino Invisible recuerda a la numerosa galería de personajes oscuros que aparecen también en la trayectoria de King. Recuperando la cita inicial de LaVey con la que se abre el filme, en realidad nunca llegamos a saber qué es exactamente lo que amenaza a nuestros personajes, ni cuáles son sus objetivos. Ni tampoco importa, porque precisamente una de las mejores cosas que apunta la película es la misteriosa presencia del coche. No sabemos qué es exactamente, y ese enigma es el que acaba persiguiendo al espectador aún cuando el filme hace rato que ha terminado.

A lo largo del metraje nos encontramos con numerosos recursos formales, que al igual que otros elementos temáticos anteriormente comentados, están igual de boga en el contexto cultural en que se desenvuelve el filme. Por ejemplo, los ya comentados planos subjetivos que nos muestran la visión de nuestro villano y que ya aparecían en Tiburón. O las cámaras rápidas que (de manera Naif) nos muestran nuestro coche avanzar rápidamente hacía sus víctimas. O Incluso las cámaras que parecen ser Steadycams, y que nos muestran planos del personaje principal, Johs Brolin, conduciendo.

https://neokunst.wordpress.com/2015/02/11/asesino-invisible-1977/
Kyrios
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