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Voto de Kyrios:
6
Terror. Thriller El Sheriff Wade Parent (James Brolin) debe encontrar el modo de detener un enorme coche negro, aparentemente indestructible, que tiene aterrorizados a los habitantes de un pequeño pueblo de Nuevo México. Nadie conoce el origen del coche, quién lo conduce o cómo pararlo. (FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Car (Asesino Invisible, 1977) es una película realmente curiosa. A pesar de que es una cinta que ha quedado olvidada por el gran público, también ha sido recuperada por algunas minorías que la han convertido en una cinta de culto. Y no es de extrañar, porque nos encontramos ante un filme que tiene unas características muy singulares, que aparecen ya desde su primera secuencia.

Y es que nada más empezar el filme nos encontramos con que el director del filme cita un texto de Anton LaVey, uno de los fundadores de la iglesia Satanista (que no Satánica). Este texto nos ayudará a comprender la idiosincrasia de nuestro enigmático villano posteriormente. Después de este texto introductorio, el filme nos presenta una secuencia que nos recuerda muy poderosamente a otra que se repetiría tres años más tarde….en una película de Kubrick. Efectivamente, la secuencia inicial de Asesino Invisible tiene mucha semejanza con la secuencia de apertura de The Shinning (El Resplandor, 1980). Además de la música que compone Leonard Rosenman, que suena de manera muy parecida a la misma que El Resplandor, nos encontramos con un plano fijo (con un coche moviéndose dentro) que también parece recordar al que encontraríamos en la película de Kubrick.

El filme nos presenta un argumento aparentemente simple. En una pequeña población de los Estados Unidos aparece un enigmático coche tintado totalmente de negro que empieza a asesinar jóvenes. No hay más historia que la persecución del coche a los protagonistas que nos irá presentando el filme.

Ahora bien, Asesino Invisible no es una película que nace en una seta, sino que como cualquier filme, tiene sus relaciones con su entorno cultural. De hecho, en la ya comentada primera secuencia podemos ver los evidentes referentes que utiliza el filme de Elliot Silverstein. Y es que gran parte del guión así como de la propia puesta en escena recuerda de manera demasiado evidente al filme que dos años antes había sacudido las carteleras de todo el mundo. Sí, me refiero a la película de Steven Spielberg, Jaws (Tiburón, 1975). Las semejanzas en su argumento y planteamiento son más que notables. En ambas películas (por cierto, Tiburón a su vez bebe de manera clara del dramaturgo Ibsen) se nos presenta una población que vive de manera idílica, hasta que un enemigo de origen desconocido arremete de manera continuada contra todos los integrantes del pueblo, alterando la tranquilidad que antes imperaba. En sendos filmes nos encontramos con unos personajes protagonistas principales (en Asesino Invisible el personaje principal es interpretado por Josh Brolin) que serán los encargados de solucionar la amenaza que se cierne sobre su pueblo, cargando con todo el peso de la trama en las espaldas. Son héroes anónimos.

Pero además, las semejanzas entre el filme de Spielberg y el de Silverstein no sólo suceden en un plano temático y argumental, sino también en un ámbito formal. Los planos subjetivos que recupera el director de Asesino Invisible recuerdan de manera inevitable los mismos que empleaba Spielberg con Tiburón. Ambos nos muestran la visión de nuestro agresor antes de atacar a su nueva víctima. Y por último, como referencia inexcusable se ha de citar Duel (El Diablo sobre Ruedas, 1971) también una película que firmó Spielberg, y que precisamente se centra sobre un misterioso vehículo que continuamente persigue a un conductor normal y corriente.

También parece elevarse sobre el filme cierta relación con la obra literaria de Stpehen King. En efecto, el coche oscuro y malvado de Asesino Invisible recuerda a la numerosa galería de personajes oscuros que aparecen también en la trayectoria de King. Recuperando la cita inicial de LaVey con la que se abre el filme, en realidad nunca llegamos a saber qué es exactamente lo que amenaza a nuestros personajes, ni cuáles son sus objetivos. Ni tampoco importa, porque precisamente una de las mejores cosas que apunta la película es la misteriosa presencia del coche. No sabemos qué es exactamente, y ese enigma es el que acaba persiguiendo al espectador aún cuando el filme hace rato que ha terminado.

A lo largo del metraje nos encontramos con numerosos recursos formales, que al igual que otros elementos temáticos anteriormente comentados, están igual de boga en el contexto cultural en que se desenvuelve el filme. Por ejemplo, los ya comentados planos subjetivos que nos muestran la visión de nuestro villano y que ya aparecían en Tiburón. O las cámaras rápidas que (de manera Naif) nos muestran nuestro coche avanzar rápidamente hacía sus víctimas. O Incluso las cámaras que parecen ser Steadycams, y que nos muestran planos del personaje principal, Johs Brolin, conduciendo.

https://neokunst.wordpress.com/2015/02/11/asesino-invisible-1977/
Kyrios
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