Humo de revólver

Bastante entretenido western de serie B, pero realizado con buen pulso por Nathan Juran, un hombre que logró importantes éxitos en el terreno fantástico.
Aquí logra una cinta ágil, bien interpretada, con buenas escenas de acción, bella fotografía y, sobre todo, y algo raro en este tipo de filmes, lleno de buenos diálogos, muchos de ellos cargados de ironía y sarcasmo.
Algunos ejemplos: cuando le dispara alguien por detrás con un rifle, ese alguien deja los casquillos y en el pueblo, hablando con el dependiente del lugar, este le dice al ver los casquillos:

"- Pues por aquí no se ven casquillos como estos. - No, pero se oyen."

O este otro, realmente divertido: En el saloom, hablando con el barman:

- Deme whisky.
- ¿Del que se puede beber o del que puede avivar un fuego?.
- De ese último (Bebe dos tragos, resopla y el barman le dice)
- Amigo, el último que bebió dos tragos de ese whisky, salió pitando de aquí para cazar osos con una rama de sauce en la mano".

Un western muy agradable, vistoso, no demasiado imaginativo, pero que deja un buen sabor de boca.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/2007/03/humo-de-revlver-gunsmoke-usa-1953.html

"Gusnmoke", traducida en la versión que vi por la televisión como "Humo de revólver", es una película sencilla del genero "western" prácticamente desconocida dirigida por Nathan Juran que fue codirector artístico en la oscarizada "Que verde era mi valle" de John Ford de 1942. Más conocido como director de películas de serie B de ciencia ficción, en 1953 realiza este sencillo western con todas las características del género, sobretodo de aquellos westerns en que parte de la trama consiste en trasladar grandes cantidades de ganado de un lugar a otro y las dificultades halladas en el camino, en este caso provocadas por intereses de un terrateniente. No faltan escenas de pistoleros ni escenas de amor o luchas de conciencia por la amistad o la traición a un amigo. La película se ve con agrado si te gusta el género "western", pero para mi lo más llamativo ha sido el "guiño" que hay a otra película, también del Oeste en su aspecto musical.

Viéndola quedé sorprendido cuando en una secuencia, la actriz Mary Castle, conocida entre otras cosas por su parecido a Rita Hayworth, interpreta el papel de la bailarina-cantante "jefe" del "Saloon" del pueblo y al igual que en "Arizona" ("Destry Rides Again" en su título original), dirigida en 1939 por George Marshall, también la bailarina-cantante "jefe" del "Saloon" del pueblo interpretan la misma canción titulada "See What The Boys in the Back Room Will Have", sólo que en esta ocasión la actriz es Marlene Dietrich que la canta con más "desparpajo" y de manera más "sexy". Me gustó la versión de 1953 de Mary Castle, pero había oído tantas veces la de Marlene Dietrich, que cualquier diferencia me resonaba.

Una buena cinta de pistoleros con todos los ingredientes del género. Un ranchero poderoso, Matt Telfort (Kelly), que quiere hacerse con el único propietario de Abileene que le hace sombra, Dan Daxton (Kelly). Domina aquél en el pueblo, incluido el saloon y su bella encargada, Coral (Castle), no menos guapa y resuelta es la hija de su adversario, Rita (Cabot). En este ambiente sucede lo normal en estos casos, la llegada del célebre pistolero Red Kitrex (Murphy) a quien ambos contendientes pretenden atraer a su bando, cada uno con una oferta diferente y sugestiva donde las manos femeninas van a jugar un papel importante.
Las manos, el póker y la baraja, como advertimos en el título. Y es que el viejo Dan es un gran jugador ... o un consumado tramposo.
El planteamiento es de lo más convencional, sin embargo está excelentemente desarrollado siguiendo un guión muy sólido y una rigurosa dirección. Buenos diálogos y ambientación que acompañan los actores con una destacada interpretación de todos ellos, sobre todo de Kelly.
Hay diligencias, partidas de cartas, bailes y canciones en el saloon, duelos, tiroteos, asaltos, estampidas de ganado ... y todo muy bien ejecutado. Con un final acertado donde la amistad, aunque sea entre hombres de gatillo fácil, impone su ley.
El Doctor Farrell va a estar muy ocupado tratando heridas de bala más o menos superficiales en su pulcra consulta. Mejor médico que jugador. De nuevo se precisará asistencia sanitaria al llegar al embarcadero de las reses al final del trayecto, donde escuchamos una de tantas frases curiosas: "¿Hay algún médico en el campamento? -Hay un hombre que dice que lo es".
Una verdadera lástima la poca atención que ha merecido esta película. Tal vez la misma modestia de sus pretensiones ha lastrado su difusión y conocimiento. No se la pierdan.
PD.- Nos negamos a utilizar las primeras letras del abecedario para establecer una jerarquía de series en el western. Aunque unos gocen de más medios que otros, no olvidemos que "solo el necio confunde calidad y precio".

Una muy buena historia que permite conocer como sería aquella epoca del lejano oeste, de caciques y pistoleros a sueldo. Donde el poder estaba en la riqueza de los caciques, pero tambien en la habilidad para manejar el gatillo y el valor para hacerse respetar...

La tensión vibra sobre el celuloide desde el comienzo de la película y cada escena acerca más al espectador a ese universo donde la vida vale poco y los revólveres disparan mucho.
Además de la intensidad argumental, la película ofrece una estupenda interpretación de los protagonistas, una ambientación cuidada y una técnica narrativa que implica con naturalidad los aspectos psicológicos de cada situación.
Se trata de un gran western tanto por su concepción como por su desarrollo en el que N. Juran dirige a un excelente A. Murphy.
Debe reseñarse que en esa misma época dirigió también, entre otros, a R. Reagan, a R. Hudson, a B. Karloff y a L. Chaney.