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Frenesí

Intriga Londres. En las aguas del Támesis aparece el cadáver de una mujer desnuda y estrangulada con una corbata a rayas. La mujer presenta, además, síntomas de violación y otras señales que hacen sospechar que el asesino es un maníaco sexual. (FILMAFFINITY)
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Críticas 91
Críticas ordenadas por utilidad
28 de julio de 2011
117 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las últimas películas de Hitchcock en Estados Unidos no tuvieron el éxito deseado, y las productoras americanas desdeñaron sus nuevas ideas, pero esto no le impidió al gran director inglés volver a demostrar que todavía no estaba acabado, de aquí su vuelta a su tierra inglesa y volver a retomar por última vez el tema del falso culpable perseguido por la justicia. “Frenesí” es una excelente película aunque extraña y distinta de todas las que había realizado, uno de los aspectos más importantes es la visión que el realizador transmite en ella de la administración de justicia y de todos aquellos que la sirven, incluso se atreve con la reacción de la propia sociedad en general ante los indicios de que uno de sus miembros sea un asesino en serie, un ejemplo de lo antes dicho es el comentario de dos clientes de un pub, que se quedan tan anchos al comentar la publicidad y los beneficios económicos que puede reportar el caso “del asesino de la corbata”.

La película tiene muchos detalles para poder comentar, pero particularmente me quedo en los dos siguientes: La secuencia del juicio, en la que Alfred Hitchcock sitúa la cámara fuera de la sala, de esta forma no se pueden escuchar ni las exposiciones del fiscal ni tampoco las de la defensa, para que vamos a perder el tiempo si ya de antemano todo el mundo tiene su veredicto de culpabilidad. La otra secuencia importante, es dar al caso un hilo de esperanza, mostrando al inspector que lleva el caso dudar acerca de la culpabilidad del acusado, cuando solitario en la sala del juicio escucha pensativo, tanto los exaltados gritos de inocencia como las promesas de venganza del acusado.

Con un reparto que cumple a la perfección, y con el magnífico guion adaptado de Anthony Schaffer, Hitchcock en su penúltima película recobraría nuevamente la admiración tanto del público como de la prensa.
Vfoul
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29 de mayo de 2008
85 de 102 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frenzy arranca como un auténtico torbellino, y en tan solo veinte minutos ya ha dejado en tí un halo de inquietud brutal: Por saber qué rol desempeñará cada personaje, hacia donde se dirigiran y como medrarán cada una de las aflicciones de sus protagonistas y, en especial, qué derrotero tomará esa escabrosa situación presentada tras unos magistrales títulos de crédito, que sólo parecen ser un homenaje a la bulliciosa ciudad londinense, cuando en realidad son mucho más: El preámbulo de lo macabro, de lo infecto, de lo incómodo.

Acto seguido, y tras una trama con sus más y sus menos, Hitchcock desempeña su labor de maestro del cine británico como nunca, no en vano "Frenzy" posee recursos estilísticos de una notabilidad tan elocuente que realzan una de las mejores obras de intriga de este tipo que, por otro lado, tan sobrevalorado fue por andarse por las ramas que por aquí precisamente no se anda, y es que el penúltimo film del inglés va directa al grano sin preguntar a nadie y sin pararse en nada, y es que poco más necesitaría una historia en la que, con dos sencillos golpes de efecto, todo está bien servido y presentado, tan bien servido como sus eficaces y grandiosos golpes de humor (en especial esa escabrosa secuencia en el camión, que resulta tan colosal como brutalmente ridícula y cómica) y tan enormemente presentado como sus impecables secuencias en las que asistimos a su reverso más oscuro y estremecedor.

El tramo final resulta, además, soberbio, no sólo por la combinación de situaciones tan significativas como cómicas que en él se hallan, sino por propiciar momentos de gran brillantez como el del juicio (con esas puertas cerradas a cal y canto que no revelan absolutamente ningún veredicto) o la huida, momentos que encumbran uno de los ejercicios de intriga más colosales que servidor haya podido degustar en mucho tiempo. No sólo no tiene desperdicio sino que, para colmo, resulta imprescindible.
Grandine
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11 de noviembre de 2007
60 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Penúltimo film de Hitchcock. Escrito por Anthony Shaffer ("La huella", Mankievicz, 1972), se basa en la novela "Goodbye Piccadily, Farewell Leicester Square" (1966), de Arthur La Bern. Se rueda en Inglaterra, en exteriores del Covent Garden, Oxford Street, Puente de Londres, etc. y en los platós de los Pinewood Studios. Es nominado a 4 Globos de oro (director, película/drama, música y guión). Producida por Hitchcock, se proyecta por primera vez en público en mayo de 1972 (Festival de Cannes).

La acción tiene lugar en Londres en 1971. Richard Blaney (Jon Finch) es un antiguo focial de la RAF, veterano de la IIGM. Desde hace 2 años está separado de su mujer, Brenda (Barbara Leigh-Hunt), es alcohólico y no tiene un trabajo estable. Le ayuda ocasionalmente su antiguo compañero de armas Robert Rusk (Barry Foster), convertido en vendedor de fruta.

El film es un thriller que suma elementos de crimen, drama, horror, romance y humor. El relato se desarrolla a un ritmo intenso y sostenido. Combina escenas explícitas de violencia con notables elipsis. La tradicional elegancia del realizador da paso en esta ocasión al uso no infrecuente de imágenes inquietantes y sucias (camión de patatas). Crea numerosas situaciones de humor, especialmente de humor negro, incluso macabro. No se burla sólo de la muerte, también lo hace de aspectos de la vida, como la moda vanidosa de la "nouvelle cuisine", de inspiración francesa. El rodaje del film supone el regreso de Hitchcock a sus escenarios de infancia y juventud, de modo muy especial al Covent Garden, donde su padre regentó un negocio. Como en otras ocasiones, el realizador revela al espectador la identidad del culpable poco después del comienzo de la proyección. Al ser éste el único que la conoce, se crea una situación propicia para el suspense y la tensión, que se adereza con componentes de horror. Para evitar que el público intuya quién es el inocente y quién el culpable antes de tiempo, evita a los actores conocidos por el gran público, que éste asocia a la condición de inocentes. Recurre al elenco de actores y actrices teatrales de Londres, de los que extrae interpretaciones covincentes. Son escenas memorables la del primer asalto del criminal, la elipsis que explica su segundo asalto, la del interior del camión y el "travelling" aéreo sobre el Támesis hasta que la cámara se sitúa, aparentemente, bajo del Puente de Londres.

La música, de Ron Goodwin, cumple funciones de acompañamiento y cración de ambientes. Destacan los cortes "Preludio" y "London Theme". Hitchcock rechazó la partitura de Henry Mancini. La fotografía, de Gilbert Taylor, presenta un nivel de mayor contraste que el habitual hasta entonces en las cintas de color de Hitchcock. Las escenas culminantes se explican con abundantes planos cortos y primeros planos, montados con maestría. Gran film de Hitchcock.
Miquel
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5 de junio de 2006
81 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las críticas comunes a la filmografía de Alfred Hitchcock es aquella que nos dice que en su última etapa como director no estuvo a la altura del resto de su obra. Ya saben que si "Topaz", "Cortina rasgada" o "La trama", sin embargo a "Frenesí" siempre se la ha rescatado de esa criba y quiero decir que no comparto en absoluto esa premisa, más bien al contrario, creo que "Frenesí" es probablemente la más floja de ellas, y una de las cinco peores de toda su carrera.
La leyenda no rodaba en Inglaterra hacía 25 años, creo recordar que desde "Atormentada" a finales de los años 40. Y claro el interés para que Hitchcock volviese a casa y borrase ciertas acusaciones de "traidor" por parte de sectores británicos era una necesidad ahora que el maestro era mayor y podían quedarle muy pocas películas por hacer (como así fue).
Alfred Hitchcock nunca se tomó muy en serio esta película, para él era regresar a casa, rodar en el Coven Garden donde trabajó su padre y degustar buenos platos de comida británica tan malo para su colesterol y hablar con antiguos paisanos. El resto poco importaba.
Se escogió una novela de Arthur La Bern, nada del otro mundo, que fue adaptada por Anthony Shaffer (famoso por el guión de "La huella" de Mankiewicz), luego un casting con actores todos británicos, evidentemente, que proviniesen del teatro la mayor parte y que no costasen muy caros.
Porque es cierto que la película parece a veces un telefilm y que realmente se hizo con cuatro perras para lo que es habitual en el cine.
Además Hitchcock como digo está de vuelta, es su operador de cámara el que se encarga de rodar todas las escenas e incluso nuestro director recibe consejos de gente del equipo acerca de no rodar nuevamente otra escena truculenta como el estrangulamiento de la segunda chica. El maestro acepta sugerir por mostrar, algo que debería haber hecho también en el primer caso, y que como los actores reconocen no fue nada agradable, menos para Hitchcock, que siempre se comportó como un maniático sexual. Además ciertas escenas parecen más dignas de una película gore de serie B de los setenta que de un hombre que había rodado la secuencia de la ducha en "Psicosis".
El guión por su parte es muy endeble y engañoso, no se juega limpio con el espectador intentando engañarle y las casualidades y coincidencias son excesivas y poco verosímiles en esta ocasión en su enésima película sobre el tema del falso culpable.
De todas formas las películas de Alfred Hitchcock siempre tienen algo diferente y esta no podía ser menos, como un sentido del humor gastronómico muy especial y algunas escenas de gran tensión como la de Barry Foster en el camión de las patatas, realmente maravillosa. También es curioso comprobar como esta película ha envejecido mucho más que otras más antiguas del director, y es que seguir la estética imperante acaba siendo viejo en poco tiempo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vircenguetorix
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24 de septiembre de 2008
50 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco le quedaba al gordo para dejarnos. Unos añitos nada más. Puede que su gesto estuviera lleno de arrugas, pero a la hora de plantarnos “Frenesí” no se arrugó en lo más mínimo. Además, Hitch se atreve con esta película, como alguien a quien le queda por demostrar cierta calidad, a filmar unas pequeñas escenas poco comunes en su filmografía. “Frenesí” no es una película tan típica a pesar de su obsesión por las curvas femeninas y por la falsa culpabilidad de sus protagonistas.

Recurre el maestro inglés a ciertas escenas cargada con un humor socarrón que si bien parecen destinadas a aliviar cierta tensión te están contando más de lo que parece como ese pequeño e importante papel que realiza la mujer del inspector. Puede que haya a quien no le convenza tanto “Frenesí” cuando Hitchcock recurre a los diálogos más que a la imagen en sí, como siempre acostumbró a hacer, pero esas conversaciones en la barra de un bar sobre la naturaleza psíquica del asesino o los escondites que Jon Finch busca para refugiarse de la policía (tanto en el hotel como la casa de su antiguo camarada de la RAF) son un ejemplo de cómo Hitchcock retrata la psique humana.

Como ya hizo con anterioridad, con las escenas de violencia no se achanta y consigue unos grandes planos para el recuerdo llenos de verosimilitud (como la lengua de Barbara Leigh-Hunt o Anna Massey en el camión).
Chagolate con churros
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