La justicia de los forajidos (TV)

La película es mala. En este sentido, hay muy poco que salvar. En mi opinión, ni siquiera es adecuada para pasar el rato.

Los protagonistas tienen cierto carisma, pero se queda en poca cosa. Intenta ser un western crepuscular, pero se queda en la intención. La historia en sí misma está llena de tópicos; la ambientación es digna, pero queda lejos de ser buena; se nota mucho que los extras han sido contratados para hacer de relleno; los indios son de traca; incluso los caballos son raros; no hay ni un solo diálogo que merezca la pena.

Quizás lo más interesante sea ir reconociendo los diversos guiños -hay bastantes- que esta película hace a otros clásicos del género.

Yo no la volvería a ver.

Lo digo por lo de "Aquí llega Condemor" (1996), que es de sólo tres años antes y que por algún extraño motivo termina impregnado de algún modo a "La justicia de los forajidos". En cualquier caso la presente reúne tres características que por separado son de lo más corriente del mundo pero que unidas dan lugar a una auténtica rareza. Es decir, una película española (muy normal), del género western (muy poco usual aunque a finales de los sesenta y primeros setenta se rodaron unas cuantas en nuestro país) y de finales de los años noventa. No creo que haya muchas como ésta. Aunque lo de la nacionalidad es discutible, empezando porque el director es canadiense.

Sea como fuere, se trata de un trabajo que bebe de lo más clásico del Oeste. De hecho su guión no deja de ser un corta y pega de títulos como "Río Bravo" (1959), "Los siete magníficos" (1960) o "Valor de Ley" (1969). Todo muy trillado y encima ejecutado con poca pericia. Dicho esto, Billl Corcoran ha sabido rodearse de algunos actores veteranos carismáticos, Willie Nelson y Kris Kristofferson, se nota que hay amor al western y en conjunto mantiene el pathos de este tipo de cine. En su defecto, que en general es un poco amateur o serie B, le falta fuerza y al final termina por no tener sentido (SPOILER). Por cierto, sale una joven Leonor Watling pero como unos dos minutos.

Básica, directa, sencilla, previsible, mediocre, desenfadada, aparatosa y bien intencionada coproducción televisiva en formato western familiar que juega con los tópicos habituales del género, ofreciendo un entretenimiento pasajero en el que hay espacio para robos, traiciones y ajustes de cuentas personales.

Puede que no sea una gran obra maestra, pero los responsables de la película, saben jugar sus cartas y despertar la atención y la simpatía de los espectadores, gracias al encanto y carisma de sus protagonistas.

Algunas situaciones de la trama y su desarrollo, se pueden antojar forzadas e insostenibles, pero se disfrutan asimilamos y aceptamos que nos encontramos ante una de esas historias con enfrentamientos armados que resultan tan épicos, como ridículos.

Los responsables de la producción optan por un tratamiento sereno de los tiempos y desarrollan paulatinamente una historia que peca de previsible, pero de la que se sacan diversas lecturas de interés sobre la justicia de los forajidos.

La justicia de los forajidos, queda como un previsible, insulso, entrañable y plausible intento de homenaje a un género que sigue vigente en nuestros días, el western.

Por el desierto de Tabernas anda a la greña un puñado de viejas glorias del revólver. Holden (Gracia) está enfadado con sus ex compinches de correrías y está dispuesto a acabar con ellos, "Un desperdicio de plomo". Mata, sí, al primero que encuentra, al buenazo de Tobey Naylor (Jennings), pero ahora debe encontrar a Lee Walker (Nelson) y a Jesse Ray Torrance (Kristofferson). Otro puñado de años entre los dos.
Se suma al dúo el sheriff Dalton (Trit), buen nombrecito para un representante de la ley, que también anda detrás de unos ladrones de bancos, y el hijo de Tobey, Bryce (Willet), un ingeniero agrónomo frustrado que se entretiene leyendo el diario de su padre.
O sea, una cinta de venganzas. Otra más. En este caso siguiendo un curioso itinerario que va de Almería a Córdoba, con un estilo muy western hispano de los 60 pero sin las "800 balas" ni el menor recuerdo al gran Eastwood.
Guion pasable pero realización lenta y plomiza. Muchos silencios, poco ingenio en las frases y nula acción. Personajes sin relieve alguno que se salvan por el oficio de los intérpretes. Buenos paisajes desérticos y excelente ambientación. La banda sonora destaca también.
Se cita a un Dr. Boil que no aparece por allí, a la tisis que mató a la madre de Bryce y a la sensación de tener la viruela cuando pasan por un poblachón destartalado de la frontera mexicana.
Obra que distrae un rato sin entusiasmar, pero hemos visto muchas otras peores. Pasable.

Humilde film que salió directamente para TV, "La justicia de los forajidos" es una especie de spaghetti western rodado íntegramente en Almería, producido por Enrique Cerezo y escrito por Imanol Uribe (!), que cuenta con el protagonismo de tres viejas glorias, dos de ellas además cantantes y a quienes sin duda se les da mejor la guitarra: Sancho Gracia, Willie Nelson y Kris Kristofferson. Waylon Jennings también era cantante de country y amigo de los dos gringos, aunque aparece mucho menos. Pero es que hay otro músico, Travis Tritt...

Por lo demás, pese a las buenas intenciones y homenajes le cuesta avanzar y si quieres pasar el rato sin exigencias no es gran cosa. Yo diría que la modesta ropa de los actores fue sacada íntegra del Mini Hollywood de Tabernas, así como los extras (los gitanos que hacen de mexicanos serían de pueblos cercanos o de la capital, supongo).