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La montaña rusa

Comedia. Romance Tres amigos de la infancia, una mujer y dos hombres, vuelven a encontrarse muchos años después. Surge así un triángulo: en un vértice, el sexo; en otro, el amor; y en medio, la protagonista hecha un lío. Comedia romántica y sentimental en torno el sexo, el amor y sus muchas y complicadas combinaciones. (FILMAFFINITY)
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Críticas 21
Críticas ordenadas por utilidad
17 de marzo de 2012
40 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que cualquier persona que compre una entrada para ver “La montaña rusa” tendrá que justificarse diciendo que iba por ese especial tan ‘potito-y-herposo’ que hicieron una semana antes del estreno en El País Semanal. Que pensaba que Emilio Martínez Lázaro iba a entretenernos tanto como en “El otro lado de la cama” o, sencillamente, le gustan esas historias que mezclan amistad, sexo e infidelidad. Entiendo que será por algo de lo anterior porque ir a ver en pantalla grande las tetas y el culo, una y otra vez, de Verónica Sánchez me parece un poco triste. Perdón, bastante triste. Precisamente es lo único que ofrece esta película.

Esta película funciona plagiando esas estrofas de «montaña rusa del placer / amor» de ‘En La Disneylandia del Amor’ de Fangoria (incluido el videoclip con el parque de atracciones de telón de fondo de una cama orgásmica), tomando los argumentos de “Garganta profunda” o “Shortbus” y volviendo a ese cine castizo de destape y folleteo a todo pezón. Simplemente es un despropósito completo de cerca de dos horas que podrían resumirse en cinco minutos, con chistes malos que ya desvela el trailer y no hay en ningún momento un trío. Simplemente refleja una infidelidad por puro sexo y placer.

Para ser una película con tan poca ‘chicha’ fuera de la cama no he entendido nada. Tenemos un restaurante oriental que parece el coño de la Bernarda (presentando este guión en cualquier curso de guionistas te deportan a Angola), un late night show en RTVE que tiene un 25% de share donde se montan pollos a lo John Cobra sin presencia en el Congreso del Ministro y para colmo acompañantes-paquetes en la moto de la protagonistas que no utilizan casco (espero una pronta sanción de la DGT).

En resumen, toda una montaña rusa para vomitar en cada curva. Y, como podrán entender, esta película de curvas va sobrada. Digamos, para resumir el martirio del ser frígido emocionalmente que escribe, que a “La montaña rusa” no la salva ni un buen bizchocho. Perdón, quería decir bizcocho.
Maldito Bastardo
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15 de marzo de 2012
28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emilio Martínez Lázaro todavía no se ha recuperado de aquel pelotazo llamado ‘El otro lado de la cama’. Solo eso puede explicar el camino errático que ha tomado su filmografía desde entonces. Cinco años ha tardado el director madrileño en sacar material nuevo desde ‘Las trece rosas’. El regreso ha sido terrible: ‘La montaña rusa’ saca lo peor del cine español más tópico, descerebrado y casposo. Si diez minutos de toneladas de carnaza y mal gusto son suficientes para decir basta, imagínate casi dos horas.

Lo vertiginoso de esta montaña rusa no son las subidas sino las continuas bajadas. Esta aburrida comedia cae en picado de principio a fin. Cada escena sexual está forzada hasta el extremo. El humor es parvulario y aunque los actores ponen todo su esfuerzo y talento, no logran salvar uno de los textos más flojos de los últimos tiempos.

La puesta en escena es repetitiva y tontorrona. La voz en off no funciona como recurso narrativo y de reconocerle algún mérito, este sería el haberse sabido aprovechar de la química existente entre Verónica Sánchez y Ernesto Alterio en las escenas más tórridas. También las ensoñaciones de sus personajes y el monólogo de Alberto San Juan sobre la fidelidad funcionan correctamente. Por cierto: Alterio es capaz de mostrar lo mejor y lo peor de si mismo en una misma película.

Un aire cutre sobrevuela esta montaña rusa que descarrila y cuyo derroche sexual provoca más mareos que sensualidad, erotismo o apetito. Martínez Lázaro toma muy malas decisiones como director, seguramente consecuencia de un mal trabajo previo en el guion. Cine petardo, en definitiva, que aumenta la lista de películas hechas con más tetas que cabeza.
Melón tajá en mano
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5 de agosto de 2012
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena lo poco que ha evolucionado nuestro cine. Es cierto que desde un tiempo a esta parte algunos directores jóvenes se han dado cuenta de que tenemos algo más que contar aparte de las repetitivas películas sobre la Guerra Civil y las típicas producciones con alto componente sexual, estilo el "destape de los setenta". Parece que MArtínez Lázaro sigue pegado a ja tradición más rancia de nuestro cine. Hace unos años realizó una película sobre la Guerra Civil (muy buena eso sí) como "Las trece rosas" y ahora nos da el otro reverso de la moneda: una película en la que lo único interesante es el cuerpo de Verónica Sánchez.
La película trata de una chica que no disfruta del sexo y que se ha resignado a tener una vida sin apetito sexual, hasta que se cruza en el camino un amigo de su novio que le hace poner los ojos blancos de placer. Esa es la historia, ya está. Como la historia da para poca cosa, el director tiene que rellenar la cinta con escenas del (por otra parte espléndido) cuerpo desnudo de Verónica Sánchez. Es lamentable que a la altura de siglo que estamos, aún se busque el reclamo de escenas subiditas de tono para que la gente vea tu película, porque eso es lo único que tiene el fin: no menos de media docena de escenas de sexo. Que está muy bien pero que es poca cosa para una película porque el guión y las supuestos gags son bastante tristes y los enredos amorosos son ya de una comicidad pírrica.
Además la película es de un machismo que tira para atrás. Tres ejemplos: El personaje femenino es el que separa a los amigos. Ellos están tan requetebién juntos, son amigos de toda la vida y es aparecer la chica y todo se desmorona. La culpable: ella. En segundo lugar, la película parece ser de la opinión de los machistas que piensan que cuando una chica dice "no" en realidad quiere decir "tal vez", porque mira que ella le dice veces que "no" al personaje de Alterio, pero él dale que dale y achucha que te achucha. Por último y siguiendo los cánones de las películas de Esteso y Pajares, a Verónica Sánchez se le ve hasta la campanilla y a ellos a lo sumo un cachete. El cuerpo de la mujer como reclamo. Todo muy triste y, sobre todo, muy antiguo y casposo.
En definitiva, que Martínez Lázaro parece haber perdido el don para hacer películas cómicas ("Los dos lados de la cama" y ahora esta) y parece estar obsesionado con el sexo y en vez de pagarse un psicoanalista hace películas pagadas con nuestros impuestos que le sirven como terapia. Por lo que se refiere a los actores Alberto San Juan y Ernesto Alterio tienen demasiado talento para perderlo en cosas así y Verónica Sánchez debe tener más aptitudes aparte de las que enseña en esta película.
Por último diré que la voz en off es de lo más cansino que se pueda uno imaginar, explicándonos las cosas como si fuéramos gilis, muy pesadita con la dichosa metáfora de la montaña rusa = sexo. Para esta película quizás sería más afortunada la del tío vivo: monótona, aburrida y predecible.
Ford Farleine
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6 de abril de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tiene mucho que decir esta cinta española, que pretende ser una comedia romántica, pero acaba siendo una exposición más de tetas y culos; un tipo de escenas demasiado concurridas en nuestro cine. Lo curioso es que el título da para mucho juego pues el guion de la misma nada tiene que ver con la excitación de una montaña rusa a la que no llega ni a subir. Pronto descubres o anticipas lo que va a suceder, sin ningún tipo de sobresalto o emoción espontánea que lo niegue; no es difícil vaticinar quién es el semental, quién el deseado amigo, cuál será el devenir del trío..., iendo cuesta abajo en esta "montaña rusa" que le sirve de título. No deja de ser amena, lo cual se agradece, con tres buenos actores que no dejan de recordarte a una añorada "Al otro lado de la cama" que también fue explotada en su segunda parte. Decente para pasar el rato, pasa indiferente ante tus emociones más leves (de ahí la ironía de una "montaña rusa" que te las revoluciona y subleva en cuestión de segundos). Ejemplo más de ese tipo de cine español, tan criticado y machacado -que por otro lado tiene derecho a existir, como las miles de películas americanas "sin ton ni son" que recaudan lo inombrable- que baja demasiado sus expectativas. Lo mejor: el trío de actores escogido para la misma, aunque no están en su mejor papel,¡para qué negarlo!
lourdes lulu lou
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9 de noviembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título es una alusión al sentimiento de vértigo que se experimenta con una persona, a la atracción fatal, al irremediable y ansioso deseo de estar con ella aunque, como se explica en la película, no sea lo sensato.
Buen reparto, cada personaje construye y dibuja un papel bien definido, incluyendo a Ara Malikian haciendo de sí mismo. Ernesto Alterio, al que le toca el papel más histriónico, lo borda.
Con pinceladas de humor al más típico sabor español, dibuja un drama muy común, tener que elegir entre la razón y el corazón, o simplemente tener que elegir.
No es un peliculón pero es muy entretenida.
La Kelly (Palencia)
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