La montaña rusa

Probablemente lo mejor de la película es ver lo hermosa que es Verónica Sanchez... Sus dos acompañantes de reparto, correctos...
Ma gusta la pelicula porque me encanta ver a Verónica Sanchez y tiene que ser muy mala la cinta para que no me guste,,,
Correcta, poco más.

Muchos puntos con El otro lado de la cama, pero más pequeña, menos cómica. Los tres actores aportan frescura y naturalidad, sobresaliendo el gran Alterio, divertido y siempre camaleónico. Estamos más bien ante un drama con toques de comedia. Los intercambios de pareja, tan transitados en casi toda la filmo del director, siguen funcionando, es muy entretenida, pero también típica.

Siempre me pareció dificil, muy dificil escribir un buen guión, desde que me gusta el cine siempre pensé que dirigir no era tan difícil y que actuar no dejaba de ser algo que se va aprendiendo y mejorando con los años y que son pocos esos talentos naturales. Sigo pensando parecido.Con esto vengo a decir que si este subproducto infumable no lo hubiera interpretado una versátil y atractiva Verónica Sánchez y un naturalisimo Sanjuan, algo peor Alterio, y el resto del elenco, en una cuidada puesta en escena y fotografía, esta historia estúpida e increíble no hubiera llegado a nuestras pantallas,

Estamos ante una comedia sumamente artificial, especialmente en su optimismo, y de la que lo mejor que se puede decir es que, por su notable carga erótica y sexual, no se hubiera podido hacer en los Estados Unidos, aunque sí en Francia. El guión, bastante malo, parece ser sólo una excusa argumental para mostrar e hilar las experiencias sexuales (pretendidamente frustrantes o desbordantes, sin término medio) de la protagonista, una Verónica Sánchez que pone de su parte todo lo que una actriz puede poner, mientras que los personajes de Alberto San Juan y Ernesto Alterio poseen menos profundidad, y resultan algo cargantes. Eso sí, Ernesto Alterio presenta una cara de loco que da miedo, o risa, no sé, y hace muy bien de payaso. Falta vida, falta emoción de verdad, y falta autenticidad. Y es difícil creerse que una violinista sea la propietaria de un lujosísimo y amplio apartamento en pleno centro de Madrid.

Lo peor son las escenas que son recuerdos de la infancia de la violinista y sus dos amantes: todo eso sobra por completo, y lo mismo hubiera dado que estos tres personajes se conocieran de la infancia, para lo que luego hacen, o no. Lo mejor son las escenas de cama, si te las tomas un poco en serio. El espectador varón y heterosexual que diga que no ha visto esta comedia erótica para ver desnuda (y jadeando) a Verónica Sánchez, miente. Es triste, pero eso es lo único interesante que tiene este film.

No es una película para tirar cohetes pero es que tampoco la cinta aspira a ello. Es una película de entretenimiento, predecible y sencilla. No hay que comerse tanto el coco. Hay películas de entretenimiento y películas que pretenden despertar en el espectador otro tipo de emociones.