Haz click aquí para copiar la URL

La mujer del ministro

Drama La marquesa de Montenegro, mujer en decadencia física y económica, sigue conservando amigos influyentes, entre los que se encuentra el ministro Fernández Herrador. Cuando la mujer del ministro necesita un jardinero, la marquesa le recomienda a un joven que conoció en uno de sus escarceos amorosos en una playa de moda. Mientras, el ministro sufre un atentado terrorista del que sale ileso. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
31 de mayo de 2010
42 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué daría yo por poder ver a “El Pirri” haciendo una crítica cinematográfica. O simplemente escucharlo decir que había ido “con su chirri” al cine y no se había enterado de la mitad. Con Tola, otro underground, lo hacían en “Querido Pirulí”, un programa de la Televisión Española de finales de los ochenta. Los que lo vieron recuerdan unas charlas antológicas desmenuzando con el más genuino lenguaje callejero las cintas escogidas. A mí, la verdad, es que me jode el hecho de que hoy en día se pueda encontrar cualquier vídeo del más patético de los frikis y que sin embargo una institución que pagamos todos no ponga al alcance del público estos documentos históricos. Desde aquí pido por clemencia que ESO salga a la luz.

Porque “El Pirri” no era un cualquiera. Ni tan siquiera un ídolo o alguien importante. “El Pirri” era algo más. Yo he conocido gente de mi edad que quedándole este tipo casi un par de décadas atrás me han contestado: “yo soy de ahí, de donde “El Pirri”, de San Blas”. Esto solo me ha pasado con Silvio, el rockero, cuyas andanzas se siguen recordando como si fueran hoy por la calles de Triana. Gente grande, carismática y con una manera de hacer y decir las cosas que transciende. Pero no transciende en lo profundo, no. Lo hace por las formas, las maneras, el acento, el tono de voz. Nadie, absolutamente nadie, dirá como “El Pirri” aquello de: “coño, el hijo del picoleto”; o como aquí en “La Mujer del Ministro” eso de: “por qué no me dejas dos napos pa´ pillar dos talegos de choco ”. Genuino, auténtico, vallecano. Kinki. Eso es: Kinki.

“Navajeros”, “El Pico II”, “La Estanquera de Vallecas” o esta “La Mujer del Ministro”. Apariciones breves y escasas, pero inolvidables. Auténticas degustaciones para dar vida a la flora y fauna de la España urbana de los ochenta y que tiene en los dos José Luis, en los dos amigos (Manzano y “El Pirri”), a sus máximos exponentes. Y sí, lo voy a hacer. Voy a compararlo. Primero porque soy admirador de los italianos y segundo porque es justo y necesario para poner al cine kinki donde corresponde: igual que hicieran Rossellini y de Sica con su Neorrealismo escogiendo como actores a los protagonistas reales que sufrían la posguerra mundial, de la Iglesia inventó y descubrió a estos chavales que, salidos de los más marginales y asquerosos barrios patrios, se convirtieron en mitos del único cine que es nuestro al cien por cien. Y eso, créanme, además de ser un mérito, es un orgullo, coño.

PD – para Daniel, Pas o Sines, gente que como yo, nunca olvidarán a estos chavales.
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de noviembre de 2012
32 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cartel oficial de la peli resumía visualmente el acojonante tutti-frutti fílmico-conceptual que parió De la Iglesia en este film que es de los más flojos (técnicamente hablando, no así a nivel de diversión) que le he visto: bollería fina, tres cádavares encima metidos con calzador y de fondo el hemiciclo del Congreso. Casi na. Aún así De la Iglesia tiene la virtud de entretenerme una vez más, como en casi todas sus películas.

La peli tiene un montón de defectos, empezando por las interpretaciones. El protagonista es un desconocido Manuel Torres con pinta de ser otro "actor-no-profesional" tan del gusto de De la Iglesia. Amparo Muñoz era tan bella como mala actriz. Y era bellísima. Simón Andreu da el pego haciendo de ministro corrupto, pero su papel no le ayuda demasiado. Hay muchas escenas con pinta de no haberse ensayado (marca de la casa), planos metafóricos de un burdo que echa para atrás y que provocan carcajadas. La sensación de cutrez, siempre presente en los trabajos de De la Iglesia, es más evidente que nunca. Pese a todo esto, la historia tiene mucho ritmo, pasan cosas constantemente (y a cual más disparatada), la banda sonora de Manzanita, EL PIRRI (que jamás decepciona), que cuenta con un breve pero estelar papel (además de soltar las mejores linea de diálogo: "Éhta va de torti, pero seguro que se las traga dobladas"), la ineludible escena gore de machetazo desde el punto de vista de la víctima, y el batiburrillo argumental (corrupción política y policial, sexo adúltero, bollería, terroristas, lumpen, "costo guapísimo", agencias de inteligencia españolas...) se sostiene con pinzas pero le doy el aprobado alto tirando a notable porque me ha tenido atrapado los 100 minutos que dura. Y el cine de DLI es cojonudo, qué coño. EN-TER-TAIN-MENT.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ed Lauter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de febrero de 2010
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una de estas películas que rodó el bilbaíno Eloy de la Iglesia durante la Transición en las que, verdaderamente, colocaba de todo: personajes marginales, desnudos, terroristas, homosexualidad, etc (¿pretendiendo escandalizar? Ni idea) Al final le acababa saliendo una especie de cóctel/pastiche que resulta, visto con la perspectiva que da el tiempo, incluso simpático.

Y no es una buena película, qué va. El protagonista, Manuel Torres, en fin... como si cualquiera de nosotros se pone delante de una cámara; a Amparo Muñoz no le llamaron los dioses por las sendas de la interpretación, ciertamente; Simón Andreu, siempre presente en este tipo de filmes, está correcto; Enrique San Francisco, como actor joven que va empezando; Antonio Gamero, saliendo poco (eso sí, a pesar de no estar acreditado, es quien mejor actúa de todos); a José Manuel Cervino, que suele encarnar o bien a policías o bien a presuntos delincuentes, aquí le toca ser policía; la desconocida, antes y después, Irina Kouberskaya lo hace francamente mal; y el Pirri, saliendo casi de espontáneo. Entre otras cosas que aparecen, merece una mención especialísima el actor que hace de Adolfo Suárez (!!!), sin quedar muy claro si lo interpreta o lo parodia directamente.

El guión tiene momentos cercanos al delirio, la trama terrorista pffffffff , algunos golpes de humor están logrados, y algunas escenas como la simbología de la fuente generan hilaridad más que otra cosa.

Pero también es cierto que si alguien desea conocer cómo era la sociedad española de la Transición ha de ver este tipo de películas.

PD Impagable la decoración de la habitación del protagonista, repleta de pósters de tías en bolas en las paredes, con mención especial al de una vulva peluda que aparece siempre al lado del plano del protagonista cuando este recita diálogos pretendidamente serios. De traca.
esteve
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de agosto de 2018
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante un "thriller" político-erótico situado en una etapa muy prolífica de la filmografía de Eloy de la Iglesia, y aquí, como en otras películas suyas, pero quizás más aún, este director se desmelena, no se corta un pelo, va a por todas, se mete con todos y no deja títere con cabeza. El protagonista, Manuel Torres, cumple aquí el mismo papel de José Luis Manzano en la previa "Navajeros" (1980), es decir, el papel de víctima, el papel de ángel caído, situado en el centro de la acción y constantemente usado y manipulado por todos, mientras que María Martín tiene un papel similar al de Isela Vega en "Navajeros", es decir, el de madre protectora y amante. Por lo demás, el reparto es genial, por ejemplo por proponer al "Pirri" como el hijo de Julieta Serrano; por el "Pirri" mismo, actor inolvidable y único, con frases que le dan a la historia un tono de comedia fresca y auténtica; por José Manuel Cervino, cómo no, haciendo de policía; por el grandísimo Simón Andreu, perfecto en su papel de político corrupto e impotente (con una impotencia sexual muy simbólica, políticamente); por la bellísima Amparo Muñoz, que no lo hace tan mal como actriz; por Enrique San Francisco como terrorista; por el papelito del no menos genial Antonio Gamero; por el actor que hace de Adolfo Suárez, etc.

De la Iglesia plantea una historia tan entretenida como interesante, que une muy bien sus obsesiones (políticas y eróticas), y, en fin, sus intenciones de crítica social y política, y que presenta una España oculta, corrupta, llena de resabios y recuerdos del franquismo, y una trama enrevesada en la que el propio director -entrevisto en una ronda de fotos de terroristas- expresa su propia y profunda decepción para con la democracia y la Transición. Se acumulan, por ello, los temas polémicos y molestos: el terrorismo en todas sus formas, incluso el terrorismo de Estado; la corrupción e inmoralidad de los políticos; el paro; la inflación y los problemas económicos; las centrales nucleares; la prostitución masculina; el lesbianismo (tema raro en el cine de De la Iglesia); la insatisfacción sexual femenina; la droga; el sexo como moneda de cambio... Incluso se profetizan o se anuncian acontecimientos como el golpe de estado del 23-F y la dimisión de Suárez...Ya no se hacen películas tan valientes como ésta.
Pedro Triguero_Lizana
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2 de abril de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy un seguidor del cine quinqui en general, si me llega alguna película de este subgénero me gusta verla porque están referenciadas a un momento que sí me interesa, de manera que "La mujer del ministro" me apetecía verla más por su época que por estar firmada por Eloy de la Iglesia, de quien en concreto tampoco soy un seguidor. Dicen del director guipuzcoano que de haber afinado mejor su estilo hubiera acabado realizando mejores películas y quién sabe, podríamos haber acabado hablando de él como uno de los grandes. Eloy de la Iglesia estuvo en varias ocasiones a punto de realizar una gran película, y aunque no sea nada nuevo lo que digo, es una pena cuando uno se topa con películas como "La mujer del ministro", porque podría haber sido mucho mejor.

No digo que pudiera ser Costa-Gavras, pero hay que reconocer que la introducción del tema político hace a esta película distinta de las demás, ya no es sólo un chulo que se tira a abuelas adineradas, ya no es tampoco las pelambreras púbicas de las dos lesbianas, ni el desdichado 'Pirri' con sus trapicheos: también hay una trama política, más o menos interesante, eso da igual, cutre o no cutre, pero existe una intención de hacer algo más. Ciertamente podría haber ido más allá, si se le mete mano a esa transición española, y además durante la transición, en caliente, podría haber salido algo mejor. No es una obra maestra, pero mucho menos es la típica basura de destape gratuito (aunque cae en ese error lamentable): tal vez es un querer y no poder.
Luisito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow