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Amor joven

Romance. Drama Jeremy Jones estudia violonchelo en una escuela de arte de Nueva York. Allí ve a Susan Rollins, ensayando para una audición de ballet, y se enamora a primera vista. Él es muy tímido para acercarse a ella, por lo que recibe ayuda de su experimentado amigo Ralph. La primera impresión de Susan no es muy entusiasta, hasta que le oye tocar el violonchelo. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
13 de marzo de 2012
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas de Serie B de bajo presupuesto y, más tarde, las producciones destinadas a la pequeña pantalla, han dejado un reguero de títulos destacables, como esta sensible historia de amor que consiguió el premio a la mejor ópera prima del festival de Cannes.

“Amor joven (Jeremy)” es una película pequeña pero no menor. Haciendo uso de una realización directa y desprovista de alardes técnicos, como si de un documento gráfico se tratara, la cámara no sólo logra captar y transmitir las emociones que provocan el descubrimiento del primer amor, sino que consigue la difícil captura del espíritu de la época. Pero lo que le confiere a la película una credibilidad y autenticidad que acaba por extenderse a todo su entorno y atraparlo son los dos protagonistas principales, con una magnífica interpretación sincera y natural. Todo ello, junto a una narración sencilla sobre los lugares comunes de la adolescencia, origina que la sensación de estar más cerca de la realidad que de la ficción termine por invadirnos y conmovernos. A pesar del tiempo transcurrido conserva todo su vigor y la capacidad de emocionar intacta.
The Quiet Man
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20 de abril de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
He sido afortunada por dar con esta historia de amor adolescente de la que nada sabía. De la misma hornada que otros dramas románticos que pasaron casi desapercibidos en los setenta (como “Breezy” de Clint Eastwood), “Jeremy” cuenta con el encanto de lo genuino. Lo único que hay es un chico y una chica de unos diecisiete años que se enamoran. Del montón, una parejita más en la jungla urbana de Nueva York que contempla cada día a miles de tortolitos estrenándose en las emociones románticas.
¿Por qué es tan especial? Por eso. Por ser del montón. Porque Jeremy no es un adonis musculitos ni sonrisa Profidén de típica peli de quinceañeros. Sus ojos son muy lindos, pero los oculta tras unas horrendas gafas setenteras que le sientan como una patada en el culo, lleva una melena que no le favorece gran cosa y no llama especialmente la atención entre las muchedumbres neoyorkinas. Y porque Susan no va maquillada, lleva la larga melena al viento y sus ropas no detienen el tráfico.
Ninguno de los dos tiene el chistecito fácil bajo la lengua, ni la réplica ingeniosa lista para salir escopeteada. Se advierte el identificable miedo al rechazo, la inseguridad que ataca al encandilado que se retuerce entre las ganas de pedir una cita y esconderse debajo de la almohada, en ese sí pero no de si llamarla o no llamarla, las manos que sudan, la lengua trabada y verse un poco ridídulo frente al espejo. Uno enseguida se ve personificado y recuerda tanto los inicios de la primera vez como otros enamoramientos, con ese factor común de las cosquillas en la boca del estómago, los nervios, flotar en las nubes y andar con cara de tonto.
Hablan de las cosas que hablan las parejas en formación, descubriéndose, pasando por los detallitos que se quedan grabados al rojo vivo (cogerse de la mano, pasear abrazados, el primer beso, hacer cualquier cosa juntos y que eso sea tan excitante y vertiginoso como un viaje a la luna).
Y eso es lo que hay. Cuando el tiempo debería detenerse corre no obstante tan deprisa que nunca es suficiente para bebérselo todo. Demasiado aprisa.
Yo fui Jeremy, yo fui Susan, y entre las mejores remembranzas de toda la vida que a una la asaltan al ver este dramita de amor juvenil está la de recordar el tacto de su mano cuando yo era el centro del mundo caminando a su lado bajo las luces de neón.
Vivoleyendo
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12 de abril de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una pena haberme encontrado con una película así para descubrir que a Jeremy no lo recuerda apenas nadie y que es una historia bien explicada, sencilla y que rebosa una sensibilidad que hoy día es difícil de encontrar. Efectivamente, rodada poco después de "Love story", puede que apareciese en pantalla ya con la batalla perdida, pero conocer a Jeremy, el protagonista, y sin entrar en comparaciones, consigue transportarte a momentos de tu propia vida, cuando todos éramos tímidos, todos podíamos enamorarnos a primera vista y crecíamos a trompicones...

No entro en comparaciones pero conocer a Jeremy sí hace que recuerdes tu pasado. Y es triste que una película tan bien hecha, sencilla y auténtica apenas tenga votos en esta página y tenga un reconocimiento nulo. Me doy la enhorabuena entonces por haber llegado aquí (es cierto que por casualidad) y toparme con las peculiaridades de un protagonista tan tímido que da vergüenza ajena, da penita, con sus gafas, con su torpeza y con una familia algo lamentable. Él es bueno cuando agarra su violonchelo y es bueno por su corazón.

Al poco llega ella, la conocemos después, también poco a poco, y el resultado es el que es, por momentos tan íntimo y precioso que hasta sabe mal verlo con nuestros ojos. Dado que él toca techo, llega a la cima, entiendo que desate su felicidad subiéndose por los coches en la calle. Son escenas brillantes, el espectador comparte gracias a la magia del cine esos momentos tan especiales en la vida de un joven como Jeremy. Ojalá me hubiera ido igual de bien que a él.

Así pues una película preciosa que lamentablemente permanecerá ahí escondida y que sólo un puñado de espectadores tendrán la suerte de ver. Como yo, por casualidad.
Luisito
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11 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada, parece algo injusto que “Jeremy” no haya corrido la misma suerte de, por ejemplo, su coetánea “Love story” con la que comparte temática y género. Mientras una permanece instalada en el imaginario colectivo, se sigue recordando la frasecita de marras y continúa generando mares de lágrimas, la otra ha caído en el olvido más absoluto. Sorprende además que éste sea el único título en la filmografía de su director, y que ninguno de sus dos actores principales, novatos también en la profesión por aquel entonces, lograra completar después una carrera más o menos apañada en el cine.

De acuerdo, Jeremy y Susan no son especialmente glamourosos ni especialmente guapos – como sí lo eran de hecho los personajes de O´Neill y la McGraw-, pero su más modesta “love story” termina por conquistar al espectador susceptible de sentirse si cabe más identificado con las vivencias de los protagonistas en esta ocasión. Todos nos hemos sentido Jeremy o Susan en algún momento de nuestras vidas. Más allá de la primeriza historia de amor que nos relata, la película se adentra en los terrenos de la adolescencia, el tiempo de las inseguridades y de los miedos, la época en la que parecía que el mundo entero conspiraba contra ti y los granos de arena se convertían en montañas. Y todo se nos cuenta con aplastante sencillez y sin aspavientos, rezumando verdad y haciendo gala de una sensibilidad exquisita, sin necesidad de recurrir a frases cursis ni rimbombantes.

De ”Jeremy” me gustan esos aires de película independiente, ese gránulo tan setentero, ese jugar a ser una película europea aunque transcurra en una high school de Nueva York. Me gusta ese estilo casi documental, y esa cámara que se pega a los personajes para, a golpe de primer plano, hacernos partícipes en todo momento de sus reacciones. Y definitivamente me gustan también sus dos protagonistas. Ella, dulce e inocente, él, generoso, bonachón, y tímido hasta lo enfermizo. En una de sus últimas escenas, se pone a imitar a Gene Kelly y a bailar y a saltar entre los coches, y no puedes evitar que se te meta algo en el ojo. Él, cuyo nombre de pila sirve para dar título a la película. Que una poco afortunada traducción castellana del original no nos impida recordar siempre cómo se llama. Jeremy, se llama Jeremy.
Juan Solo
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