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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
7
Romance. Drama Jeremy Jones estudia violonchelo en una escuela de arte de Nueva York. Allí ve a Susan Rollins, ensayando para una audición de ballet, y se enamora a primera vista. Él es muy tímido para acercarse a ella, por lo que recibe ayuda de su experimentado amigo Ralph. La primera impresión de Susan no es muy entusiasta, hasta que le oye tocar el violonchelo. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De entrada, parece algo injusto que “Jeremy” no haya corrido la misma suerte de, por ejemplo, su coetánea “Love story” con la que comparte temática y género. Mientras una permanece instalada en el imaginario colectivo, se sigue recordando la frasecita de marras y continúa generando mares de lágrimas, la otra ha caído en el olvido más absoluto. Sorprende además que éste sea el único título en la filmografía de su director, y que ninguno de sus dos actores principales, novatos también en la profesión por aquel entonces, lograra completar después una carrera más o menos apañada en el cine.

De acuerdo, Jeremy y Susan no son especialmente glamourosos ni especialmente guapos – como sí lo eran de hecho los personajes de O´Neill y la McGraw-, pero su más modesta “love story” termina por conquistar al espectador susceptible de sentirse si cabe más identificado con las vivencias de los protagonistas en esta ocasión. Todos nos hemos sentido Jeremy o Susan en algún momento de nuestras vidas. Más allá de la primeriza historia de amor que nos relata, la película se adentra en los terrenos de la adolescencia, el tiempo de las inseguridades y de los miedos, la época en la que parecía que el mundo entero conspiraba contra ti y los granos de arena se convertían en montañas. Y todo se nos cuenta con aplastante sencillez y sin aspavientos, rezumando verdad y haciendo gala de una sensibilidad exquisita, sin necesidad de recurrir a frases cursis ni rimbombantes.

De ”Jeremy” me gustan esos aires de película independiente, ese gránulo tan setentero, ese jugar a ser una película europea aunque transcurra en una high school de Nueva York. Me gusta ese estilo casi documental, y esa cámara que se pega a los personajes para, a golpe de primer plano, hacernos partícipes en todo momento de sus reacciones. Y definitivamente me gustan también sus dos protagonistas. Ella, dulce e inocente, él, generoso, bonachón, y tímido hasta lo enfermizo. En una de sus últimas escenas, se pone a imitar a Gene Kelly y a bailar y a saltar entre los coches, y no puedes evitar que se te meta algo en el ojo. Él, cuyo nombre de pila sirve para dar título a la película. Que una poco afortunada traducción castellana del original no nos impida recordar siempre cómo se llama. Jeremy, se llama Jeremy.
Juan Solo
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