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Hindenburg

Aventuras. Drama. Thriller El 16 de mayo de 1937, el dirigible alemán Hindenburg, gloria de la Alemania nazi, vuela hacia Nueva York con una bomba de relojería. Los esfuerzos del coronel Ritter (George C. Scott), héroe de la Luftwaffe, para desactivarla son inútiles. (FILMAFFINITY)
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
10 de junio de 2010
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Año 1937. La contienda bélica más sangrienta de la historia, la Segunda Guerra Mundial, no ha comenzado, pero empiezan a sentirse las intenciones del ejército de la Alemania nazi, que con su Legión Cóndor ha bombardeado la española villa de Guernica hasta arrasarla por completo. Todo apunta más a un acto experimental para el cercano comienzo de la SGM que a una sencilla contribución de Adolf Hitler al bando nacional durante la Guerra Civil Española. En otra parte se encuentra el Hindenburg, el mayor dirigible construido jamás, que surca los aires con su imponente presencia, cargado de hidrógeno altamente inflamable y con un destino incierto para las autoridades alemanas, que deciden confiar la seguridad de la aeronave al disconforme Coronel de la Luftwaffe, Ritter (George C. Scott), quien meticulosa y eficazmente se encargará de supervisar que no se introduzcan materiales peligrosos al interior del zeppelin, y controlará todas las actividades dentro del mismo una vez éste se encuentre en el aire, cruzando el Atlántico hasta llegar de Alemania a Estados Unidos, intentando que no se produzca ningún sabotaje, tal y como predijo una enigmática mujer estadounidense.

Con un llevadero guión de Nelson Guidding y dirección de Robert Wise (parte argumental de West Side Story), esta película combina la narración de unos hechos reales que incluyen imágenes de archivo, con una parte ficticia o que simplemente plantea una serie de hipótesis sobre lo ocurrido aquel día en uno de los símbolos más importantes de la Alemania de entonces. Los efectos especiales de la película, para corresponder al año de producción de esta cinta, son muy acertados, pues contribuyen a que el espectador se encuentre cómodo con lo que está viendo sin descolocarse con planos extraños. Se logran escenificar correctamente las escenas en las que el dirigible atraviesa una complicada tormenta eléctrica que desemboca en la carga dentro del dirigible de destellos eléctricos que se reparten por toda la popa. El reparto raya la corrección y lo simple de forma generalizada, destacando el trabajo de quien en todas sus películas se muestra a un gran nivel, sin duda uno de los mejores actores norteamericanos que ha dado el cine, George C. Scott ("Patton", "Hardcore: un mundo oculto") y como nota personal, mi favorito.

La película es un interesante y didáctico entretenimiento muy bien realizado que se ve perjudicado por un final predecible, al que le sobran minutos y del que no se acepta el cambio de color a B/N, a pesar de la espectacularidad de los momentos que ofrece. A pesar de ser una buena película (por encima de todo por lo entretenida que resulta), sus personajes no logran ofrecer la profundidad dramática suficiente como para que el espectador pueda llegar a preocuparse por ellos. David Shire aporta con su música el incremento de tensión necesario para las escenas que así lo requieren, logrando unas composiciones tan animosas como acertadas.
Sandro Fiorito
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31 de agosto de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Minuciosa reconstrucción del accidente del dirigible Hindenburg dirigida por el todoterreno Robert Wise y protagonizado por un reparto lleno de caras conocidas encabezado por el siempre correcto George C. Scott.

El guion especula con la posibilidad de que se tratara de un sabotaje, algo que los nazis no quisieron reconocer puesto que habría puesto en cuestión la invulnerabilidad del Tercer Reich.

Los personajes reflejan el descontento con la Alemania del momento de ahí que muchos sean sospechosos de cometer un atentado contra el orgullo del régimen nazi.

La escena final que retrata la tragedia está filmada en blanco y negro con imágenes reales del accidente y se incluye la emocionada narración de un periodista norteamericano que presenció el fatídico momento.

La película está bien hecha y es bastante rigurosa pero falla a la hora de generar suspense con las historias de los personajes sospechosos. No obstante se deja ver con interés.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Harold Angel
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9 de marzo de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como apunta otra crítica, el problema con el que se topa esta película es que desde el principio se sabe ya cómo acaba. Y eso es un handicap importante, que sólo en poquitos casos se puede soslayar adecuadamente. Así, por ejemplo, en “Titanic” sabemos de sobra que el transatlántico choca con un iceberg y se hunde, pero eso no afecta a la, por así llamarla, tensión narrativa.

Aquí el buen artesano Robert Wise hace lo que puede, en el mejor sentido de la palabra, lo que no es poco, ni mucho menos. Pero a diferencia de “Titanic”, continuando con el ejemplo, en ésta última película lo conocido, lo que ya sabemos que va a pasar, se narra “a lo largo” del filme, mientras que en “Hindenburg” ocurre al final; final que es la razón de ser de toda la trama anterior.

Destaquemos, en todo caso, los papeles de George C. Scott, el actor que odiaba los premios; Anne Bancroft, Gig Young, Burguess Meredith (haciendo de pícaro) y en un papel secundario, como coronel de la Luftwaffe, el Doctor Heywood Floyd recién llegado de la Luna tras haber palpado el monolito del cráter Clavius ("2001")... ¡perdón! el actor William Sylvester :-) La música, por otro lado, no está nada mal. Los efectos, bastante conseguidos, y el guión como tal (con los matices antes expuestos) es bastante sólido. Y el final, el tan comentado final, es un magnífico ejercicio de montaje cinematográfico.

Pienso, en fin, que en cualquier caso se trata de una buena película.
esteve
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25 de diciembre de 2013
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante película del género de catástrofes, típico de la década de los 70. Buena producción, elegante aeronave el dirigible, y las actuaciones son adecuadas. Debe decir que no soy un gran admirador de George C. Scott, pero este papel lo hace muy bien. También destaco la actuación como Agente de la Gestapo camuflado como fotógrafo, de Roy Thinnes, a quien conocimos como David Vincent en la Serie de TV Los Invasores. El resto del elenco a la altura del filme. Espectaculares las escenas finales donde el dirigible es destruido. La fotografía sin embargo, es mejor en Zeppelin que en esta.
dpedemonte
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8 de octubre de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hindenburg de Robert Wise es un drama inspirado en una catástrofe real en el que un zeppelín llamado Hindenburg, vuela hacia Nueva York con una bomba en su interior mientras un coronel del ejército nazi trata de encontrarla y desactivarla. Dirigida con un ritmo tranquilo al principio y frenético al final y con un estilo que añade efectismo a los hechos reales que ocurrieron aquél fatídico 6 de mayo de 1937, es una obra implacable en su final al mezclar imágenes ficticias con las reales para añadir dramatismo al espectador y dejar tras su visionado la sensación de haber visto un film trágico y violento que dejará un recuerdo imborrable por estar basado en hechos reales.
La fotografía es a color al principio y en blanco y negro al final, usando imágenes de archivos reales para impactar y llamar la atención del espectador, dando al final una imagen dantesca del desastre en una labor portentosa que no dejará a nadie indiferente. La música es melódica y estimulante en una tarea arrolladora que al final se vuelve intensa y penetrante para crear un mayor desconcierto. Los planos y movimientos de cámara consuman una labor técnica notable a través del uso de los detalles, generales, panorámicos, reconocimiento, plano-contraplanos, subjetivos, aéreos, cámara en mano, primeros y primerísimos planos que exprimen lo mejor de las actuaciones y del desastre. Cabe destacar también, unos efectos visuales competentes y acertados que exponen sin tapujos lo ocurrido junto con imágenes de archivos.
Las actuaciones son sobrias pero remarcables. Como protagonistas George C. Scott está auténtico y concluyente en su labor, Anne Bancroft está provocativa y susceptible en su tarea y William Atherton está señalado en su línea habitual, siendo buenos los acompañamientos de Roy Thinnes, Gig Young, Burgess Meredith y Charles Durning entre otros. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios elegantes y formales en un distinguido trabajo que junto con los decorados te transportan in situ.
El guion, escrito por Nelson Gidding, mezcla con eficacia la realidad con la ficción para atraer al espectador más comercial y buscador de películas basadas en desastres que marcaron en un sentido u otro la humanidad, finalizando con ello un film que sin ser brillante merece la pena ser visto por los cinéfilos menos exigentes que estén dispuestos a esperar 100 minutos de una trama más tranquila y conspiradora para llegar a su sorprendente final. Esto se lleva a cabo con una narrativa con voz en off al principio explicativa en plan documental de radio, siendo el resto dinámico en su presentación de personajes y militar y clásica también en estos. Cabe señalar también, el montaje dividido en días hasta el momento del desastre, siendo este lineal y algo largo hasta llegar al final que es lo que verdaderamente merece la pena del film.
En conclusión, la considero una obra inmortal por ofrecer aunque a medias un hecho dramático que acabó en Alemania por dejar la utilización de zeppelines para cruzar el océano, logrando dejar al final al público absorto con unas imágenes dantescas y dramáticas que quedarán en su retina para siempre. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que convierten a Hindenburg, en un film catastrofista que sin ser imprescindible no dejará a nadie indiferente tras su visionado.
Elcinederamon
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