La marca de la horca

El film abre un debate en torno a la justicia y el modo de aplicarla. Su mensaje, claro: la justicia es demasiado valiosa para dejarla en manos privadas. Es pues, el Estado y el corpus legal quienes deben poseer el monopolio de su aplicación.

Los principales protagonistas representan modelos de justicia. Por un lado el juez, legalmente constituido, representante del Estado y también de Dios, demasiado solo, nos presenta un modelo de justicia deshumanizada; Eastwood representa la antítesis de la venganza ciega que conduce al linchamiento. Nada mejor que su comportamiento para dar ejemplo; Inger Stevens también desea verse ante los canallas que malograron su vida, aunque no nos queda claro el motivo: ¿pasar página, venganza, vencer el trauma, hacer justicia? Finalmente, los linchadores, ejemplo de la justicia irracional, sin garantías.

Absolutamente memorable la escena del ahorcamiento de los 6 reos, convertido en todo un espectáculo y ejemplo para el pueblo. El director se recrea largamente en este escenario, donde no faltan los sermones extáticos, los himnos, los grandes planos de la muchedumbre endomingada y el mercadeo comercial.

Igualmente memorables las breves escenas del romance entre Estwood y Inger, especialmente en la casa abandonada. El semblante inexpresivo de la Inger a lo largo de buena parte de la película encaja a la perfección con los efectos traumatizadores del ataque que sufrió (¿despersonalización, desrealización?).

En conclusión buena película, con excelente banda sonora, donde destaca la actuación del Pat Hingle como juez (¡pese a la edad le brillan los ojos!) y Eastwood

Un western con calidad, coraje, estilo, peligro y sobre todo, emocionante que se coloca merecidamente entre los mejores westerns hechos a la antígua usanza pero con métodos más contemporáneos. El tipo cuyo destino te implica inmediatamente es ClinT Eastwood. Estás con él hasta el final, y esto hace de la película una de las experiencias más emocionantes en la carrera de Eastwood.

Fue la primera película americana en la que Eastwood es el protagonista absoluto.

El filme también se compone de buenos secundarios, entre ellos un irreconocible Dennis Hopper. La actriz protagonista, Inger Stevens, no llegaría nunca a saborear el éxito, ya que fallecería 2 años más tarde.

El filme es algo lento, pero va mejorando conforme va avanzando.

Recomendable sobre todo para los fans de Eastwood.

Eastwood retorna de su periplo europeo y se embarca con su productora "Malpaso" en esta historia de venganzas, en esa dicotomía entre la venganza de estado y el justiciero en busca de auto venganza, entre el linchamiento privado y el público.

Western serio dirigido por Ted Post con la guapa Inger Stevens que también busca su venganza particular, con un juez tan duro y severo que en nombre de la justicia sentencia la muerte como un grupo tumultuario decide un linchamiento privado, aunque lo que diferencia unos y otros es el juicio justo, o lo más parecido a ello.

Y también es una historia de arrepentimiento, de pedir perdón y de concesiones de la misma redención.

Se quedó a medio camino entre un folletín y una obra maestra. Destacar la cuidada fotografía, esos grandes primeros planos donde se percibe como se expira una gota de sudor, y la excelente BSO.

Notable, 7.

La verdad es que es un western violento que duda cabe, también tiene sus fallos pero bueno que le vamos a hacer, pero sin duda este producto notable tiene también sus virtudes.
Clint Eastwood regresó a los EEUU después de su periplo de 3 westerns en el viejo continente con este film de 1967.
La verdad es que el film es una mezcla de western de antaño con clara influencia de spaghetti western que repito pese a tener algunos fallos a mi me ha parecido la mar de entretenido.
El violento inicio de la película hará que el espectador siga viéndola, seguirá observando como Clint Eastwood en el papel de Jed Cooper un marshall que sólo quiere vengarse de quien le quiso matar pero no lo hizo y sin duda eso fue un grave error.
Clint Eastwood y Ted el Post forman una buena pareja, se complementan bien en este sombrío y duro western con claros toques de spaghetti que tiene buenas dosis de acción,abundante pólvora y tambien a una Inger Stevens que pone una mas que digna presencia femenina en el film con Clint Eastwood en varias escenas, amén de secundarios del western clásico como el propio Ben Johnson que colaboró en muchas películas con el gran John Wayne.
En definitiva western notable y muy disfrutable que hará pasar un rato agradable a los como yo incondicionales de este género.

Está claro que el que llega aquí es por Clint Eastwood y que la película ya tiene algo extra que suma de más a la que nos ponemos delante. Lo cierto es que empieza bastante bien, la típica historia con una injusticia pero con el protagonismo absoluto de Clint, haciendo de bueno con un personaje de pasado desconocido. Entonces se desinfla y pierde todo el atractivo por culpa de una historia mal llevada que se cruza con otras sin interés, con una relación de amor artificiosa e incongruente y una relación amor-odio excesivamente ambigua respecto a la justicia. Si el centro de la acción hubiera sido exclusivamente la venganza del abogado vaquero puede que hubiera sido posible relucir de otra manera, pero esa ciudad de la ley, que se vuelva comisario, la antipatía (o eso parece a veces) con su nuevo jefe, y varios absurdos personajes secundarios, estropean bastante un western que sólo está bien para aquellos que tenemos idolatrado a Eastwood.

Y es que ciertamente puede ser vista como la típica película derechona yanqui que señalando con el dedo y el poder de la justicia no hace otra cosa que retratar su lado más negativo. No empezó bien con la primera producción de su nueva compañía, menos más que la cosa se arreglaría.