Furia de titanes

Supongo que, porque la vi de niña y me dejó una honda impresión, le tengo cariño a esta preciosa película, entretenida y hasta didáctica, que es una delicia de principio a fin. Los efectos especiales ya entonces estaban anticuados, pero son puro arte. También la música es muy bonita. Pero lo mejor de todo para mí es el búho mecánico, Bubo: me enamoré de él y por extensión de esta película entrañable.

Obra Maestra del Fantástico y la animación que encandiló a los niños que asistieron a su estreno en 1981. Recuerdo a la perfección cuando la vi con once años aquel caluroso verano en el cine Fleta con mi abuelo. Quedé impresionado y jamás olvidaré lo que allí vi. Por supuesto que soy capaz de distinguir la emoción infantil de lo valioso cinematográficamente hablando, y por ello afirmo categóricamente que esta película es un prodigio de guión, que los que la hicieron se empeñaron en crear algo hermoso, diferente y apoyado por la técnica; lo cual resulta contradictorio a lo que se hace hoy en día, es decir historias estúpidas en la que solo prevalecen los efectos especiales ópticos y sonoros.
Tal vez fue el último canto de cisne del cine fantástico a la vieja usanza, pero realmente fue un canto maravilloso.
En cuanto al protagonista, vejado hasta la humillación por supuestos expertos inmaculados en cinematografía, sostengo categóricamente que no hay uno mejor, que a la hora de pensar en Perseo, es imaginar de inmediato a Harry Hamlin. Le acusan de ser poco expresivo, pero es que hemos llegado a la absoluta deformación de la realidad, me explico, para interpretar no hace falta adelgazar treinta kilogramos, engordar cuarenta, amputarse un brazo o hacer muecas imposibles. Semejantes atrocidades no son sinónimo de una buena interpretación, y en muchas ocasiones semejante inexpresividad es realmente el pasaporte que certifica una interpretación coherente y apropiada al personaje al que se interpreta.

Pues no sé si es que tengo muy reciente el remake que se realizó en el 2010 de esta "Furia de Titanes" pero la verdad es que me ha resulta a veces aburrida y siempre previsible. Hay algún cambio en la nueva pero en esencia es la misma historia que desgraciadamente concuerda bien poco con los relatos mitológicos griegos. Aunque Desmond Davis fabrica un batiburrillo en el que meter personajes a trote y moche al menos evita algunas de las sonrojantes meteduras de pata de Louis Leterrier, como los Ginns, la inclusión de Ío o el final. Igualmente incurre en fallos que copia la moderna como el Kraken o la aparición de Pegaso, o no, como poner a Cerbero con dos cabezas (tiene 3, o a lo sumo 50 o 100) o a Caronte como un esqueleto. Para mí esto es lo peor de la película, la falta de respeto por la mitología griega, además innecesaria porque la historia original es lo suficientemente buena como no requerir modificación alguna.

Por lo demás, "Furia de Titanes" parece de otra época con estos efectos especiales anticuados para la época y esta puesta en escena como de los 60. Esto sería disculpable si hubiera una aventura en condiciones, aprovechando el potencial de un héroe como Perseo. Desgraciadamente ni el actor que le interpreta, Harry Hamlin, como tampoco Andrómeda, Judi Bowker, aunque al menos es mona, ni el guionista, ni el director andan muy finos. Tampoco voy a decir que la película sea horrorosa porque no lo es, es más, hay combates como contra Medusa que no están mal, pero sí que tiene poco ritmo y que le cuesta entrar en faena. Insisto que pese el fracaso de la versión de 2010 le vendría muy bien un remake pero retomando la historia original. Mientras tanto el presente film medio entretiene y da juego para especular sobre el grado de conocimiento que se tiene en general o en los Estados Unidos sobre la mitología griega.

Ni de niño me gustó en exceso porque esta película siempre ha sido más simple que el mecanismo de un chupito. El guión tiene un aire bastante pernicioso de cuento de hadas del montón, los actores quedan atrapados por el aura hortera del ambiente y el montaje es de locos. Imagináos: no hace más que empezar y ya te enseñan el supermonstruo que supuestamente será el plato fuerte del final, lo cual viola cualquier lógica cinematográfica, especialmente para una producción cara como lo fue esta en su día.

Y Harry Hamlin... Ya me gustaría a mí saber qué vieron en este chico, aparte de que funcionaba como el perfecto Ken para Judi Bowker, la perfecta Barbie. De hecho, es la elección del duo protagonista-romántico del evento uno de los elementos que más daña el resultado final.

Ahora bien: es muy bonito aún ver los efectos de animación del gran Harryhausen y, ante todo, verla con los críos de hoy para explicarles cómo se hacían los efectos especiales en el cine de ayer. Los comentarios de los boquiabiertos chavales son, a menudo, descacharrantes. Los mismos que al enseñarles un videojuego del Spectrum 64. Esto, por sí mismo, hace que resulte divertidísimo su revisionado en familia. Además, todavía tiene escenas dignas de recuerdo y que no han perdido fuerza, como la lucha de Perseo contra Medusa, realmente muy bien rodada.

Lo dicho: siempre fue muy simple y ha envejecido de pena, pero no es menos verdad que Harryhausen siempre es Harryhausen.

Película mítica y clásica de los efectos visuales fotograma-a-fotograma ("Stop motion"), Furia de Titanes tiene un hueco en la memoria y el corazón de los apasionados del género de fantasía que ya teníamos 9 añazos en 1981.

Vista con los ojos de hoy, es una película que no ha envejecido nada bien por su lenta narrativa y sus efectos visuales tan trasnochados. Lenta en su desarrollo y tan mal hecha que hace que uno no pare de revolverse en el asiento y haga un gran esfuerzo para terminarla.

Poco recomendable, a no ser que, como yo, seas coleccionista y quieras aumentar el peso de tu estantería por el cariño a esta antigualla, o tengass niños menores de 10 años que no sepan nada de cine o efectos visuales.