En el estanque dorado

A primera vista la historia de una pareja de ancianos que lucha contra la inevitable vejez no es un tratamiento demasiado atractivo. Pero no es de extrañar la insistencia en su día de Jane Fonda en poner pié esta maravillosa película, puesto que al parecer en ella trataba de reflejar buena parte de su complicada relación con su legendario padre,
Nada puede entenderse de esta película si no se hace referencia a su pareja protagonista. Probablemente se hagan numerosas votaciones sobre cuales son las mejores interpretaciones de la historia del cine; se hable del Brando de "El Padrino" de De Niro en "Toro Salvaje", de Bette Davis en "La Loba".........todo ello perfecto, pero nunca habrá unos trabajos mas fabulosos que los de Fonda y Hepburn en esta película.
La llegada del otoño crepuscular, el miedo a la muerte combinado con la alegría de vivir, el canto a la esperanza y las siempre complejas relaciones familiares se condensan en casi dos horas que nos agarran al asiento y nos emocionan sin remedio. Memorable combinación de comedia y drama, elegantemente dosificados por Rydell, realizador que nunca si volvió a situara a la misma altura ni de forma remota, "En el estanque dorado" requiere de una obligada revisión cada cierto tiempo que nos vuelva a sumergir en la entrañable aunque no menos triste historia del matrimonio que todos quisiéramos tener cuando lleguemos a mayores........

Y con mayúsculas. Tuve la satisfacción de visionarla en mi adolescencia y decir que me emocionó es quedarme corto.
Un derroche de sensibilidad, de humor inteligente, diálogos muy trabajados, actores como la copa de un pino a los que les das cancha libre para sacarle brillo al producto final....magnífico.
Esas secuencias de la consciencia de la demencia senil, de la sombra de lo que fuistes, de la llegada de la última etapa de tu vida (como era la situación de sus protagonistas)...¿no lo hemos vivido en casa? Mis abuelos, mis tios abuelos y ahora nuestros padres...y mañana nosotros.
La coincidencia de tres generaciones de actores que lo bordan: adolescentes, mediana edad y mayores, un acierto de primera.
La dignidad de esa pareja de enamorados que cada día se quieren más, que deciden valientemente permanecer juntos con sus miedos hasta el final de sus vidas. El mensaje del AMOR de las personas mayores, soberbiamente interpetado por la pareja Fonda y Hepburn...
Una película que todos deberíamos ver, sobre todo los más jóvenes. Cine con valores.

Insuperables actuaciones, sin duda una de las parejas ganadoras del Oscar más merecidas de todos los tiempos, preciosa fotografía, me quedé cautivado por las bandas sonoras y ese piano que estuvo fabuloso.

Así se actúa, así se toca música, así se dirige, te hace envidiar la vejez y soñar con enamorarte y creer que el amor es en realidad para siempre. ¡Wao! eso es cine.

El filme “El estanque dorado” es una cinta que trata sobre la vejez y las relaciones intergeneracionales de manera magistral y conmovedora. Narra la historia de un matrimonio de edad avanzada interpretado por Henry Fonda y Katherine Hepburn, que pasan sus vacaciones en un hermoso lugar llamado el Estanque Dorado. Norman, que siempre ha sido una persona capaz y activa, tolera mal los impedimentos que le supone ser ya una persona de edad avanzada, con un proceso de demenciación incipiente pero evidente. Su mujer trata de restar importancia a estas pequeñas contrariedades, apoyando y ayudando en todo momento a su esposo.

En un momento dado, de manera inesperada aparece Chelsea, la hija de los Tayler magistralmente interpretada por una pujante Jane Fonda. Y en esta parte de la historia se reeditan las tensas relaciones que siempre han existido entre padre e hija. A la par, tras quedar el hijo de la Fonda, el nieto, un joven animoso al cuidado de los abuelos durante unos días en los que su madre se ausenta con su actual pareja, permite también escudriñar en el rico y sensible mundo de las relaciones entre los abuelos y los nietos.

La trama está espléndidamente contada por el Director Mark Ryder, que obra con oficio y bien hacer en esta película donde los platos fuertes están en las interpretaciones de la Hepburn y de Fonda, lo que en su momento les hizo merecedores de sendos Oscars de la Academia de Hollywood.

Pero sobre todo, la película rezuma ternura porque describe de manera sentida y sin tapujos la época de la vejez, el afrontamiento con las dificultades en la última fase de la vida, el enfrentamiento con la posibilidad de la muerte. El Director no cae en sensiblerías y hace que la trama fluya libremente. Muchos espectadores podrán, tras ver este film, descubrir que la vejez es una etapa más de la vida, con sus pérdidas y sus ganancias, con sus avatares y sus momentos felices, con momentos de ternura y amor. La vejez, tan vilipendiada, es tratada en este filme con respeto y profundo sentido de la realidad. En resolución, muy recomendable.

En el estanque dorado de Mark Rydell, no hay efectos especiales, ni visuales ni de sonido, tampoco se trata de una gran superproducción, es simple y llanamente la historia de un matrimonio en su ocaso. Con unas actuaciones inconmensurables y emotivas de Henry Fonda y Katherine Hepburn, que les llevaron a unos merecidísimos oscars. También contiene en su interior, diálogos ácidos e irónicos que consiguen hacer del film una experiencia hilarante a ratos, lo que lo convierte en un "sonrisas y lágrimas". La música y la fotografía, son totalmente evocadoras en los momentos justos en los que son requeridas, sin abusar, recreándose en una bella estampa difícil de olvidar. Bien dirigida, con un ritmo majestuoso que, junto con un guión sencillo y realista basado en una obra de teatro de broadway, hará las delicias de cualquiera que quiera pasar un rato viendo una buena película basada en relaciones humanas, sin añadir nada artificial, simplemente es una cinta que brilla por su grandeza natural de grandes e inolvidables interpretaciones, que desde luego no dejarán a nadie indiferente.