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Doce hombres sin piedad

Drama. Intriga Los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. Todos menos uno están convencidos de la culpabilidad del acusado. El que disiente intenta con sus razonamientos introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. (FILMAFFINITY)
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Críticas 355
Críticas ordenadas por utilidad
16 de abril de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una auténtica obra de arte se presenta ante nuestros ojos con un guión increíblemente trabajado.
Esta película demuestra que con poco presupuesto el cine puede llegar a lo más alto si el argumento es realmente bueno.
Soberbia actuación de todos y cada uno de los actores, donde los prejuicios y la búsqueda de la verdad confluyen en una cascada de argumentaciones para decidir la vida o la muerte de un joven acusado de homicidio en primer grado.
A los amantes del cine clásico o aquellos que busquen alejarse de los modernos efectos especiales para sumirse entre las maravillas que esconde este género, no podéis perderos esta auténtica joya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
smna22
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13 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doce iconos del cine que en sus épocas fuero sobresaliente actores principales y de reparto. Entre el grupo de actores tenemos ganadores del Oscar como lo fueron Martin Balsam (1919–1996) por "A Thousand Clowns" (1965), Henry Fonda (1905–1982) por "On Golden Pond" (1981) y Ed Begley (1901–1970) por "Sweet Bird of Youth" (1962).

Tenemos también en ese grupo actores que fueron nominados al Oscar, como lo fueron Lee J. Cobb (1911–1976) con los filmes "On the Waterfront" (1954) y "The Brothers Karamazov" (1958), y Jack Warden (1920–2006) por los filmes "Shampoo" (1975) y "Heaven Can Wait" (1978).

Los restantes actores como Jack Klugman (1922–2012) fue bien conocido por las series de televisión "Quincy M.E." (1976-1983) y "The Odd Couple" (1970-1975), y E.G. Marshall (1914–1998) por la serie de televisión "The Defenders" (1961-1965).

John Fiedler (1925–2005), Robert Webber (1924–1989), Edward Binns (1916–1990), Joseph Sweeney (1882–1963) y George Voskovec (1905–1981) fueron grandes actores de reparto para el cine y la televisión.

El film es un despliegue de actuaciones memorables de gran carácter y determinación, sumamente convincentes y deseadas.

La película tuvo un presupuesto de $350,000 y generó por venta de taquillas la cantidad de $1 millón, además recibió 25 nominaciones a diferentes premios en festivales de cine, de los cuales ganó 16 de ellos.
operez
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3 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un suculento plato cinematográfico. ¿Los ingredientes? Interpretaciones magistrales, diálogos inteligentes y contenidos, brillante dirección sin ningún punto oscuro...
El espacio es asfixiante y sofocante, eso ayuda a mantener una tensión que podría cortarse con un cuchillo, 12 personalidades, 12 verdugos o 12 salvadores, en principio todo parece muy evidente para ellos, hasta que aparece la famosa "duda razonable" del personaje interpretado por el excepcional Henry Fonda, lo que dará pie a que todos ellos recapaciten mejor su decisión, y todos o casi todos anteponen sus prejuicios, premisas personales y sus personalidades en general.
El debut de Lumet no podría haber sido mejor, una película excelente.
espagueti con tu sangre
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4 de septiembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film es la demostración de que con un buen guión y con grandes diálogos se puede elaborar una obra maestra sin necesidad de efectos especiales ni de variedad de escenarios...

La película es una reflexión constante que pone sistemáticamente en evidencia las carencias del sistema judicial americano, y una dura crítica hacia la pena capital. Reflexionamos sobre la importancia de empatía y el diálogo, en un mundo donde el espíritu comunitario está en clara decadencia. Avanzada a su tiempo, la obra es una clara oda a la importancia de los mecanismos de reinserción social.

Sin duda, una de las mejores películas de la historia.
Blasfemiour
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19 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta obra, los miembros de un jurado en EE.UU. deben juzgar a un adolescente acusado de parricidio. Al principio del film, once de los doce componentes del jurado están decididos a condenar al joven. Pero uno de sus miembros, quizá el principal protagonista, Henry Fonda, manifiesta sus dudas sobre el caso y decide defender la inocencia del acusado. A partir de ahí intenta convencer a los otros miembros sobre la complejidad del asunto en juicio, los errores de la defensa y, pues, la presumible inocencia del joven.

Es una película de calado, de envergadura, una genial dirección de actores de parte de Sydney Lumet, que consigue, en un ambiente asfixiante de calor y claustrofóbico socialmente, meternos dentro del corazón y la mente de hombres muy diversos que constantemente se enfrentan con modales de enfado y rabia (en realidad la película originalmente se titula Doce hombres enfadados: “Twelve Angry Men”) pugnando por sus propias valoraciones sobre el caso, caso que suscita las más interesantes pero también peregrinas valoraciones. Todo ello en un ambiente que Lumet hace asfixiante entre gestos crispados e íntimas angustias

Doce hombres sin piedad es, como su título indica, una grandiosa interpretación coral de doce actores metidos en una habitación dirimiendo sobre la culpabilidad de un convicto. El espectador no ha presenciado el juicio, pues la película se inicia prácticamente con el final del mismo y el comienzo de las deliberaciones del jurado. Y en la habitación donde están los doce hombres (ninguna mujer en toda la película), se va haciendo un repaso de ese juicio, una disección del mismo, de modo que es como si lo hubiéramos presenciado. Esta película es, por así decirlo, el negativo de un juicio.

La cinta quizá peque un tanto de teatralidad, pero la dirección de Lumet y el elenco de excelentes actores en perfecta armonía interpretativa diluyen este presunto inconveniente, haciendo del film toda una lección psicológica sobre la naturaleza humana, sus filias, sus fobias, los prejuicios omnipresentes, el egoísmo, la irracionalidad, las fluctuaciones en el ánimo y en los pareceres de los personajes, la persuasión, la parcialidad, la vida personal de algunos de los miembros de este singular grupo, en fin, si usted quiere aprender Psicología en 95 minutos, nada mejor que ver este magnífico drama judicial que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín de 1957. La película es una especie de cóctel perspicaz, sutil, fascinante y genial cuyo resultado es una obra maestra.
Kikivall
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