Una mancha de color blanco llega a una escuela teñida de un negro intelectual abundante. John Keating (Robin Williams) muestra el valor de perseguir las propias ideas y metas sin importar la tendencia social del momento.
Es tal vez una de las mejores películas que trata sobre el pensamiento libre, la idea de dar color a una vida compuesta por una triste escala de grises.
Peter Weir nos lleva a una fantástica historia donde nos descubre que el camino menos transitado será el más emocionante de todos y nos sumerge en un mundo apasionado que a pocos dejará indiferentes.

Esta vez Daniel Monzón ha acertado en una mitad de la película, pero ha errado en la otra.
La parte policial es impecable, se nota que se ha documentado antes de hacer la película. Pero la parte de los niños es un poco simplona en el sentido de que la acción pasa de los altos capos al escalafón más bajo.
No digo que sea mala, es más, muestra los diferentes rangos dentro del mundo de la droga, pero se centra demasiado en la vida de estos don nadie.
A mi juicio es una buena película, pero al cine español todavía le queda dar un paso más, evitar caer en la espiral comercial que hunde buenos guiones en la mediocridad.

¿Qué cabe decir que no exprese esta película por sí misma?
Este film es una buena simulación de lo que podría ser, y que de hecho en parte lo es ya, en muchos de los países del "Primer Mundo": un régimen totalitario que impone su poder en una sociedad reprimida.
La trama se va desgranando progresivamente con una tensión creciente, el monstruo se vuelve contra su creador, y lo hace además con una inteligencia y habilidad sorprendente.
El guión es realmente impecable, las citas a célebres obras literarias le colocan el lazo definitivo a esta magnífica interpretación. Es precisamente el diálogo el que consigue cautivar las mentes de los espectadores, algo que en las películas modernas escasea últimamente.
McTeigue consigue que la reflexión crítica se superponga a la vendetta en sí. Este film tiene una gran repercusión justamente por eso, porque incita al espectador a pensar por sí mismo, más allá de las diferencias ideológicas.
Claro está, hay quienes intentan difamar este tipo de películas recurriendo a toda clase de descalificativos expresamente ideados para criminalizar el hecho de reflexionar, aludiendo incitación al odio y al terrorismo. De hecho muchos de los avances sociales en la humanidad fueron considerados terrorismo en su tiempo, como la Revolución Francesa.
Concluyendo, recomiendo a todo el mundo que vea esta película, por su increíble historia, por la excelente interpretación, por un guión redondo y por su inmenso valor ético y moral en la concepción de sociedad.

Para empezar, digamos que la historia resulta un tanto forzada, ya que en todo momento el volcán tiene un primer plano.
No se presta verdadera atención al guión, a la historia, sino a las catástrofes naturales que se suceden una detrás de otra.
Parece más bien una copia regular tirando a mala de Gladiator y del Día de Mañana.

La historia de amor que ha intentado describir Paul Anderson (El Director, para quien no lo sepa) carece de sentimiento. Tanto el protagonista como su enamorada comparten escasos momentos juntos, y no precisamente con diálogos atractivos. Casi podríamos decir que el enamoramiento ha sido muy fugaz y de ojo.

Algo positivo que destacar son los efectos especiales y la simulación de la ciudadela romana. Para los que únicamente os interesa ver películas con buenos gráficos os recomiendo ir a verla al cine.

Siendo benévolo concluyo la crítica dándole un 4, porque el mérito de la película se lo llevan los gráficos, no el guión.

Quizás esta sea la peor ofensa que le se podía hacer a una serie tan respetada y querida por muchos como Dragon Ball.
Sin duda es una película que, si has visto la serie, no puedes ver del tirón porque acabarías destrozando la pantalla, aunque si no la has visto no te preocupes sigue siendo igual de mala.
Ya no es que los actores sean malos, que lo son la mayoría, sino que han destrozado y humillado la historia original.
En definitiva esta película es al cine como el Ecce Homo es al arte.