Un hombre solitario

“Un hombre solitario” es de esas películas que presentan personajes que siempre me han gustado: los perdedores. No porque yo me considere un perdedor sino porque creo que la línea entre el éxito y el fracaso es tan fina que todos deberíamos estar alerta para no acabar como este hombre solitario tan bien dibujado por Michael Douglas, desde su esplendida madurez, quien compone un personaje de varios colores sin caer en los tópicos. Su interpretación a medio camino entre un tiburón y un oso panda se ajusta al papel que esta película le regala, puede que algunos le acusen de no expresar todo cuanto le sucede a lo largo del metraje pero creo que esa es precisamente la virtud de esta lección interpretativa, la mesura y la expresión de emociones desde la distancia, nunca cae en la sobreactuación ni en el histrionismo y este es un papel en el que cualquier otro actor habría caído de cabeza llevando su actuación hacia el terreno del dramatismo. La historia, sin ser nada nuevo, está bien construida y el guión tiene una poderosa arma en la recamara que consiste en huir de las soluciones fáciles y hacer del protagonista alguien quien, aunque se equivoca, el espectador puede entender porque se equivoca y reconocer en sus actitudes esos defectos en los que todos hemos caído en algún momento de nuestras vidas. La decadencia del antiguo empresario se nos presenta a través de historias menores que dibujan un tipo de personaje del que no se suele hablar mucho en el cine: el perdedor que nunca asume su condición de perdedor ni aunque todos le digan que está perdido. Todos hemos tenido un tío crápula o un amigo al que todos los negocios le salían mas, todos hemos conocido a personas que lo tenían todo pero cuya ambición les hace perderlo todo y es en este camino a la soledad donde, curiosamente, se encuentran a sí mismos. Sólido guión, mejor interpretación y una dirección de Brian Koppelman y David Levien que respetan las reglas y se mantienen alejados. Buena película, de eso no cabe duda.

Otra vez más nos llega a España una película con mucho retraso. En este caso es una producción que no la había comprado ninguna distribuidora en España, hasta que por fin 4 años después se puede ver en los cines. El motivo de este cambio puede ser el éxito de Michael Douglas y su triunfo en los premios Emmy.
Si en la película de Soderbergh su actuación era excelente, no le va a la zaga la de " Un hombre solitario " . El actor americano, con el paso de los años y tras sufrir una enfermedad, va haciendo cada vez mejores actuaciones.
Su personaje no es nada fácil de llevar, por mezclar ironía y momentos cómicos con otros de drama debido a la soledad a la que se ve avocado.
Jesse Eissenberg no me termina de convencer al igual que en su siguiente película " La red social " .
La aparición de Susan Sarandon en un pequeño personaje, como los que hace los últimos años, está bien, pero la gran sorpresa es Danny de Vito. Su interpretación, unida a los momentos en los que aparece con Douglas, hace que la película sea muy agradable, sencilla y con un gran final.
Tampoco el argumento da para mucho más ni tiene muchas otras cosas de interés, es verdad que podía haberse rodado como tv-movie, pero contando con una actuación muy buena de Michael Douglas.
En algún caso los diálogos del veterano actor, sobre todo con los jóvenes universitarios, parecen un poco pedantes, sobre todo en la parte inicial. Según van apareciendo en escena De Vito, Sarandon y Jenna Fisher la película se vuelve más adulta y mucho más interesante.
De todos los jóvenes la más destacable es Imogen Poots, que posteriormente lo volvía a hacer bastante bien en " El último concierto " .

Siempre ver una película de Michael Douglas nos remite a sus gestos repetidos.
En este caso lo bueno es lo relacionado con la personalidad humana y sus miserias. Cuando alguien quiere algo, lo toma. Y la verdad que muchas veces el mundo funciona así.
Buena adaptación de la vida en un filme de escaso interés actoral.

Por poco que el tema no te interese, valorarás el film como un verdadero tostón.
Trata sobre el envejecimiento masculino y como sobrellevarlo, en este caso, pésimamente mal. Se podría haber sacado más jugo al tema, aquí solo se centra en el aspecto sexual.

Historia sobre la testarudez u obstinación de un hombre sobre su irreconciliable vida con su familia, y todo por las mujeres. En este sentido, sin lugar a dudas Michael Douglas, le da fuerza a un hombre sesentón y su afán por amar a jóvenes mujeres.

Sin embargo, su cosmos gravita alrededor de sí mismo y su capacidad de vivir solo sin el afán de estar al lado de quienes debería estarlo. Por lo demás una historia que adolece por momentos de una buena partitura musical, que le habría dado un gran tono a una serie de relaciones sobre el amor, pero también sobre la amistad.