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Los miserables

Musical. Drama. Romance El expresidiario Jean Valjean (Hugh Jackman) es perseguido durante décadas por el despiadado policía Javert (Russell Crowe). Cuando Valjean decide hacerse cargo de Cosette, la pequeña hija de Fantine (Anne Hathaway), sus vidas cambiarán para siempre. Adaptación cinematográfica del famoso musical 'Les miserables' de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil, basado a su vez en la novela homónima de Victor Hugo. (FILMAFFINITY)
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Críticas 385
Críticas ordenadas por utilidad
27 de diciembre de 2012
24 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra cumbre de la literatura romántica. Uno de los musicales más valorados y exitosos. Como todos sabíamos, el reto que se había propuesto Tom Hooper era de locos. Contentar a todos con una obra así era algo casi imposible, tanto que el miedo estaba en que dicha empresa podría ser demasiado grande para cualquiera. Pues bien, estoy muy satisfecho por decir que Hooper aprueba con nota. Y no solo el director, todos los que han llevado a cabo esta enorme y memorable película.
Para empezar, los actores. Es lo primero que hay que alabar de esta producción. Gracias al modo tan apropiado, a mi parecer, de proceder al utilizar de forma muy destacada el primer plano, el director logra una cercanía extraordinaria con cada uno de los personajes, unos papeles complejos que debían desarrollarse de forma detallada. Pues gracias a Hooper y a los actores, tenemos una colección de personajes inolvidables que calan en el corazón, que logran transmitir cada pensamiento y cada sentimiento en su evolución dentro de la trama a la perfección. Como todo el mundo se ha dado cuenta, Anne Hathaway se lleva el primer premio en esta función. Lo que ha hecho Hathaway es algo muy especial, muy completo y con mucha maestría. La personalidad, dramatismo y sutilidad que logra al actuar en un papel tan breve y a la vez tan intenso es digno no de un Oscar, sino de varios. I Dreamed a Dream ya no es solo una de las mejores canciones del formato musical, sino también una de las mejores escenas de un musical adaptado al cine. Y solo aparece un puñetero primer plano de Hathaway. De aplauso. Hugh Jackman, protagonista absoluto, es un acierto muy evidente. Saborea su papel con muchísima dedicación y esfuerzo, Jackman ES Jean Valjean, un papel sumamente dificil que ha sabido desarrollar muy bien. Aunque en los musicales se suele endulzar todo, me ha sorprendido la crudeza y profundidad con la que se trata a estos dos personajes. A Jean Valjean no se le limpia la suciedad en el Soliloquio y Fantine no aparece cual princesa cautiva en I dreamed a dream. Solo se muestra y se acrecenta el dolor en un primer plano que no deja escapatoria al sentimiento.
Luego tenemos una plantilla de secundarios de lujo. La preciosa y delicada voz de Amanda Seyfried es un dulce y Samantha Barks es muy notable como Eponine. Debo decir que, a pesar de ser una actriz de musicales y en concreto con el mismo papel en Broadway, me ha gustado más el lucimiento vocal de Seyfried y, como interpretación, la de Samantha. De Eddie Redmayne destaco su "Empty Chairs and Empty Tables". Hasta ese momento pensé que su interpretación era solo bastante correcta. Al verle en esa escena y sentir cada palabra que cantaba vi por qué Hooper lo había escogido. Russel Crowe muy correcto y competente. El punto de humor y chispa lo ofrecen Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter en una actuación muy atractiva que, a pesar de contrastar con el tomo romántico y dramático del resto de la película, enriquece el tono de la obra. Los dos pequeños, la joven Cosette y el revolucionario Gavroche son dos promesas. Geniales.
La partitura está completamente viva. No hay descanso para la música y esto es un verdadero placer. Una de las mejores bandas sonoras de la historia de Broadway que respira con fluidez gracias a una orquesta maravillosa y una interpretación vocal natural y exquisita. Eso sí, la nueva canción "Suddenly" es una cursilada algo innecesaria, aunque no molesta ni desentona. Hooper se nota no solo que es inteligente a la hora de dirigir y elegir al reparto con sus respectivas voces, si no también a la hora de tomar decisiones arriesgadas como la de no grabar las canciones en un estudio y grabarlas en un estudio, lo que puede ser muy complicado al rodar con los actores. El resultado es tan natural dentro de la historia que se le agradece enormemente.
En la adaptación de un libro siempre conlleva problemas con el resumen y el equilibrio de la historia al trasladarla a la pantalla. A ello añadimos el adaptar un musical con un número elevado de canciones y una historia ya bien adaptada a la escena pero con una duración bastante mayor a una película normal. Problemas dificiles de salvar y que no nos quede un producto que mate el espíritu de la obra original pero tampoco sea infumable como película. Hooper opta por ser absolutamente fiel al musical y, además, consigue hilar la trama sin perder el ritmo y éste yendo en aumento sin decaer para nada la atención del espectador en lo que sucede. Si te parece aburrida o larga es probable que no te interese el musical en sí, y por tanto es una tontería que vayas a verla al cine.
Todo esto son ejemplos de las buenas maneras de Hooper al llevar este gran material a los cines. Y es que el material también es magnífico. La historia repleta de acción, drama, denuncia social, romance... y personajes icónicos con los que todos nos sentimos identificados. Temas universales, desde el pasado árduo, el castigo injusto que impone la ley a Jean Valjean y su lucha hasta el amor no correspondido de Eponine, pasando por el romance obstaculizado de Cosette y Marius y así con todos los personajes.
Si esto no era ya suficiente motivo para ver Los Miserables, la ambientación es magnífica, el vestuario, la fotografía y los decorados son fastuosos. Aparte de tantísima canción y sentimiento también destacar unas muy buenas escenas de acción cuando ya ha estallado la Revolución, en el punto álgido de la película.
No es una película ligera, lo cual agradezco, es una obra cinematográfica muy completa, llena de detalles bien tratados y una gran carga dramática. Para mí, Los Miserables ya es uno de los mejores musicales del cine de todos los tiempos, junto a títulos como My Fair Lady, Sonrisas y Lágrimas, Cabaret o Chicago. Y es que hacer un buen musical es muy difícil y el resultado de éste es sorprendente.
Una maravilla.
Nazario
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3 de enero de 2013
47 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Denme un minuto, por favor.










Perdónenme, pero me estaba reponiendo. Acabo de salir de la sala, y aún no sé si he ido al cine o al enésimo casting de Operación Triunfo. Lo digo en serio. ¿Seguro que no era una gala de año nuevo con los concursantes vestidos de época?

¿Cuánto ha costado este despropósito? ¿Tropecientos mil millones de merkels? Pues se los podían haber ahorrado, porque para mostrar todo el rato primeros planos de gargantas haciendo gorgoritos, con el Iphone va que chuta.

Lo demás es ciertamente brillante, porque brilla por su ausencia. Ni puesta en escena, ni coreografía, ni actuaciones, ni nada de nada. No digo que sean malas, sino que sencillamento no hay.

La sensación ha sido como asistir en un teatro en primera fila a una canción interminable. Lo único de lo que me salvé es que al ser virtual me libré de los salivazos, aunque alguna vez me cubrí el rostro por si acaso.

No sé cómo será el musical, no me interesa, pero lo de las canciones es de órdago. Ni las distinguía una de otra de lo semejantes que son. Pero descubrí un truco para diferenciarlas: los pescuezos. Salto de pescuezo significaba salto en el cancionero, supongo.

Claro que esta observación mía, muy cierta como todas las que tengo, que para eso son mías, me llevó a valorar inusitadamente un logro de la ¿película?: la ambientación de época. Pero no en la pantalla, sino en mi mente. A diferencia del misericordioso Talibán, yo no estaba con Javert, sino con Charles-Henri Sanson, y al observar cada pescuezo lamentaba no tener una guillotina a mano.
Gilbert
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26 de diciembre de 2012
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no conocí la historia de Jean Valjean hasta que hará un año me tropecé por casualidad con el concierto del 25 aniversario.
Desde entonces, me enteré de que iba a haber una adaptación cinematográfica y he querido ver cómo ha resultado ser el resultado final.
Lo primero decir que ES UN MUSICAL, y como tal, los personajes CANTAN. Digo esto por que en la sala de cine se oyen comentarios como "¿otra canción?". Si no quieren un musical, que vean la adaptación de 1998 con Uma Thurman y Liam Neeson, que no está mal.
El reparto lo hace a las 1000 maravillas. Anne Hathaway hace que te enamores de ella. Canta con una emoción que te invita a que llores con ella. Hugh Jackman está en su salsa (se nota que le gusta cantar), aun que para mi personalmente canta peor que Alfie Boe(que hace de Valjean en el concierto del 25 aniversario). Russel Crowe otro que tal. Lo tenía facil pues tiene un grupo de rock...
Amanda vuelve a cantar tras Mamma Mia y lo hace muy bien. Eddie Redmayne fue una gran sorpresa, y lo comprobareis en la canción "Empty chairs and empty tables", vaya pasión!
En cuanto a la dirección, muy directa al espectador con planos secuencia de primeros planos (algunos haciendo que los actores canten directamente al espectador). Vease en la canción "I dreamed a dream" donde toda la canción es un solo plano de la cara de Anne Hathaway.
Histórica y emocionalmente fuerte con escenas que te dejaran con un nudo en la garganta (si no lágrimas en las mejillas). Totalmente recomendada su visionado en cines.
Habrá gente a la que se le haga pesada. Dura 2 horas y media y el 90% de la película son canciones (por que recordad, es un musical).
Lo único que no me gustó del visionado (que no tiene culpa alguna la película) es que las canciones no están bien traducidas en los subtítulos.
sith_87
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23 de noviembre de 2013
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Holaaaaa, holaaaaaaaaa, estoy muy solaaaaaaaaaaa!

- Y por qué estás tan soooola. Acaso es porque te moooola??

- No me hables no me hableeees, es que vi "Los miserableeees"

- Pero cuenta, qué pasoooooó. Dime quién te abandonoooó.

- Toda mi familia en pleeeeno, cuando el estómago estuvo lleeeno.

- Y por qué te abandonaaaaaron. Dime por qué se acostaaaaaron.

- Porque estaban aburriiiiidos de escuchar tantos berriiiidos.

- Mas con tan beeellas cancioooones, no me toques los cojoooones.

- El primero se acostooooooó cuando Anne Hathaway aparecióooó.

- Pero qué clase de geeeeeenteee vive con esta demeeeenteee.

- Y el últiiiiiimo aguantooooó hasta que Crowe muriooooooó.

- Vaaaaya familia ignoraaaaante, y del arte poco amaaaaaaante.

- De Hugh Jackman me dijeeeeeeron que parecía un toreeeero.

- No se puede soportaaaaaaar tanta insensibilidaaaaaaaaad.

- Pues de Tom Hooper dijeeeron que se metiera a fontaneero.

- Pero querida señoooora, usted aguantó hasta qué hooooooora.

- Yoooooo las dos horas y meeeeedia, pues mi pundonor me aseedia.

- Pero algo te gustaríiiiiaaaaa. No digas que no, hija míiiiiiiiaaaaa.

- Pues siiiiiiiiiií, me gustó bastaaaaante un jersey que vi de aaaante.

- Pues vaya mierda opinióooon de este gran peliculóoooón.
Talía666
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29 de diciembre de 2012
43 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta tarde, antes de salir para ver el musical que los oscar de este año van a encumbrar, he repasado la curiosa lista de las películas musicales que la Academia de Hollywood ha ido premiando con los años. Fíjense sólo en las de los años sesenta: West Side Story, My Fair Lady, Sonrisas y lágrimas y Oliver. Muy curioso, porque para dirigir estos proyectos llamaron a Robert Wise, George Cukor y Oliver Reed, directores veteranos, casi jubilados.

Después de unas primeras imágenes a lo nintendo, la personalidad de “Los miserables” va poco a poco presentándose a través de la extrañeza que causa el sonido directo de las interpretaciones vocales. Eso obliga a realizar tomas largas y en primerísimo plano. Puesto que estamos viendo un musical de enorme éxito escénico, uno piensa ¿se trata de una broma? Pero cuando Anne Hathaway entona la melodía estrella, nuevamente en una toma continua al primer plano y nuevamente en sonido directo –por cierto, una hermosa secuencia-, ya no hay la menor duda: “Los Miserables” es esto.

Y hay que dejar a un lado otros recuerdos, otras voces, otros conceptos de espectáculo; “Los miserables” brinda al público la exhibición verista de estrellas de cine con maquillaje de diario e iluminación “Dogma” mostrándonos la sacrificada respiración vocal de Hugh Jackman, las distintas habilidades de fraseo de Eddie Redmayne, el temblor de laringe que proyecta los vibratos de Russell Crowe o el hermoso espectáculo de la tensión crítica en los tendones del cuello de Anne Hathaway. Y si el esfuerzo no tuviera un enorme mérito y no estuviera integrado en una función dramática, la cosa parecería más un especial de Navidad con actores cantando un musical que una película. El problema es otro.

El problema soy yo. En una escena cumbre de la obra seis personajes en seis ubicaciones distintas entremezclan sus melodías en la misma canción, no puedo evitar recordar una escena parecida en “West Side Story”, aquella en la que otros tantos personajes comparten la canción “Tonight”. En otra escena se presenta una nave llena “grissetes” trabajando y entonando al unísono una melodía y se me cruza el recuerdo de la secuencia del orfanato de “Oliver”. Y en otra que recoge el bullicio parisino del barrio bajo pierdo por un instante el hilo pensando en la forma que tuvo George Cukor de escenificar el amanecer de la calle del mercado en “My fair lady”. En cualquiera de esas comparaciones “Los miserables” sale trasquilado. Está claro que Hooper pretende otra cosa, pero me limito a constatar hechos: si hubiese querido construir un musical de verdad, no hubiera tenido talento suficiente.

Así que me confieso seguidor del inspector Javert; habría que ser justo con “Los miserables” y reconocerle sus méritos, pero me importa mucho más la Ley que la Justicia. Con la Ley en la mano –con la que he aprendido, que he respetado y no pienso jamás traicionar porque no me da la gana y porque dejaría de ser yo- “Los Miserables” merece un veredicto de culpabilidad sin remisión posible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Talibán
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