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El último metro

Drama Año 1942. Durante la ocupación de París por las tropas alemanas, un grupo de actores trata de sacar adelante una obra de teatro. Nadie sospecha que, en el sótano del edificio, se oculta el director del grupo, un hombre de origen judío que desde su escondrijo dirige la obra a través de las indicaciones que da a su mujer, que es la protagonista. (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
17 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
335/05(08/10/20) Interesante y algo sobrevalorado drama escrito y dirigido por François Truffaut, protagonizada por Catherine Deneuve y Gérard Depardieu en el zenit de sus carreras. Truffaut había querido crear un film sobre el período de ocupación francesa durante mucho tiempo, ya que su tío y su abuelo formaba parte de la Resistencia francesa y una vez fue captado mientras pasaba mensajes, este evento finalmente fue recreado en esta cinta. Truffaut se inspiró en la autobiografía del actor Jean Marais, basando la película en este y otros documentos de la gente del teatro durante la ocupación. Truffaut comentó que “esta película no se ocupa solamente del antisemitismo sino de la intolerancia en general” y se muestra una tolerancia a través de los personajes de Jean Poiret interpretando a un director homosexual y Andrea Ferreol como diseñadora lesbiana. Como en películas anteriores de Truffaut, “Jules et Jim” “Las dos inglesas y el amor”, existe un triángulo amoroso entre los tres personajes principales, Marion Steiner (Deneuve), su esposo Lucas (Heinz Bennent) y Bernard Granger (Depardieu), actor de la última película del teatro producción.

Película que es un homenaje al teatro, creando Truffaut juegos con el espectador intentándolo despistarlo con escenas que parecen reales y luego vemos es teatro (como ya hizo en “la noche americana” con el cine como telón de fondo). Nos acercamos a una obra de teatro en París en medio de la ocupación nazi, con todos los problemas de censura inherentes, donde el director de la misma está escondido en el sótano cual Fantasma de la Ópera, donde su cicatriz desfiguradora es su religión judía, seguimos los avatares de la compañía, los ensayos, lo que ocurre entre bastidores, en los camerinos, los amores, los miedos, la lucha contra el nazismo, problemas con las autoridades, donde la gran parte del escenario de la cinta es el mismo teatro, con extensos diálogos, pero que no son especialmente sustanciosos, con una trama nimia, a base de cuasi-anécdotas, donde las situaciones se nos presentan a modo cuasi- de apunte a pie de página, no sucede nada especialmente emotivo o dramático, todo acontece, pasa, hay algún momento de tensión, pero no hay sensación de sufrimiento por las condiciones de ocupación, algún rifirrafe con un crítico pro-nazi, pero nada amenazante. Idea que tiene mucho más potencial que el que exprime el realizador de “los 400 golpes”, tanto que cuando termina no me deja poso alguno en su liviandad.

1942 durante ocupación alemana de Francia, sigue la suerte de un pequeño teatro en el área de Montmartre de París, a pesar de la censura , el antisemitismo y la escasez de material, intentan poner en pie una función teatral, de la traducción francesa de una obra de teatro noruega, "La Disparue" ("La mujer que desapareció"). El título evoca dos hechos sobresalientes de la vida de la ciudad bajo los alemanes: la escasez de combustible llevó a la gente a pasar sus tardes en teatros y otros lugares de entretenimiento, pero el toque de queda significaba que tenían que tomar el último tren Metro a casa. Los personajes principales son Marion Steiner (Catherine Deneuve), la bella y sensata estrella y directora del Theater Montmartre; su esposo, Lucas Steiner (Heinz Bennent), ex gerente y director del teatro, ha pasado a la clandestinidad para escapar de la deportación escondiéndose en el sótano del teatro; Bernard Granger (Gerard Depardieu), nuevo protagonista de Marion, ex actor de Grand Guignol está consiguiendo su primera gran oportunidad en Montmartre; Jean-Loup, director de escena del teatro, homosexual galante; Ariette (Andrea Ferreol), la diseñadora de vestuario.

La trama se abre en varios frentes sin mucha chicha en ninguno de ellos. Estamos en como el todopoderoso crítico de teatro antisemita Daxiat (buen y viscoso Jean-Louis Richard), arremete contra el proyecto por estar detrás Lucas Steiner, un judío, teniendo que sortear las trabas que este pone. Esta amenaza pseudo-nazi resulta liviana, no hay tensión prácticamente en ningún momento, en alguna escena se atisba, pero no se aprieta, no hay apenas sensación de peligro, apenas un pequeño estado de ánimo opresor. Quizás este es un rol de Daxiat en que Truffaut se mira el ombligo, pues él se inició en el mundo del cine siendo crítico de películas. Se podría haber sacado más partido a esta subtrama, cuando termina te das cuenta de que no ha sido determinante en nada sus ataques; Está el segmento con Lucas Steiner (notable Heinz Bennent), oculto en las ‘catacumbas’ del teatro por ser judío, dueño y director del teatro, intenta llevar la obra a través de su esposa Marion Steiner (correcta Catherine Deneuve), única persona que sabe está allí. Me es otra trama que se queda en algo que no se explotan la cantidad de jugo podría haber dado los choques entre el director de arriba y el de abajo; Está el romance entre sutil entre Marion y Bernard, epítome de los amoríos que se dan entre protagonistas de bien de una obra de teatro o una película. Este se da tan tenuemente que nunca termina por llegarme, tanto que cuando terminan besándose me resulta grimante, por no hablar de que Depardieu está desubicado, en un error de casting enorme, pues no me lo creo como galán; Todo esto coronado por un final que te deja frío, sin emocionarte lo más mínimo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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24 de noviembre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine francés es muy académico. Y con una parsimonia que no es para todos los gustos. El último metro es impecable como obra de cine que recrea al teatro desde adentro en un contexto terrible como lo es toda guerra. Además, el tema es sensible porque los franceses perdieron la guerra.

Truffaut nos muestra como los artistas tuvieron que sobrevivir ese nubarrón negro y como a su vez se las ingeniaron para mantener vivo sus prestaciones. Se sabe que en París, los nazis la trataron bien y que su vida nocturna y bohemia se mantuvo bastante normal durante la ocupación.

En la película hay miembros de la Resistencia, los usuales colaboracionistas y la mayoría apática. Aunque lo más importante es el triangulo que se crea entre el matrimonio del dramaturgo escondido en el sótano del teatro, su mujer y uno de los actores.

Truffaut nos quiere mostrar la cotidianidad y un heroísmo civil sin estridencias y lejano al panfleto. El último metro es una obra limpia aunque sin mucha pegada.
bucefalo
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3 de septiembre de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No recuerdo haberla vuelto a ver desde que se estrenó. Después de tanto tiempo, sólo recordaba el contexto de la historia, la situación dramática principal y que salí del cine (recuerdo de cual, ya no existe) con una sonrisa. Lo que se van perdiendo son los pormenores, que son lo que acaba por dar intención y sentido a una ficción.

Cierto que después de ver la resplandeciente “La noche americana”, esta palidece, pero en sus más mortecinas imágenes hay una suntuosidad en la miseria en la que brilla un grupo de personas que aportan sus talentos para crear un artificio que ilusione y de calor a un público hambriento y asustado. Y que esas personas tan dispares sólo tienen en común su amor a su propia libertad y el respeto a la de los demás. Y que en las peores circunstancias, cuando campean las inquisiciones, hay que luchar por preservar la libertad de pensar, de opinar, de sentir o, simplemente, de ser.

Truffaut nos dosifica en fluida sucesión secuencias de drama, de comedia, de suspense, de romance, las inevitables citas literarias (es como sí los “autores” de cine francés tuviesen algún complejo de inferioridad respecto de los escritores, a los que constantemente homenajean), surtidito y ligero pero lleno de fugaces y relevantes gestos. Las imágenes recuerdan el lujo ajado de las tapicerías de terciopelo granate de los viejos cines y sobre ellas refulge como un joyón la Deneuve, acompañada de sus brillantes complementos. Y de postre, una secuencia de trampantojo y un homenaje a los creadores (libres) de artificios.
iñaki
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31 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que vengan de ver la pentalogia de Jean Pierre Léaud (400 golpes) lo echaran de menos, pues cambian mucho las películas de Truffaut si aparece o no aparece él (La noche americana).El aire de la cinta cambia.

Sin embargo se puede disfrutar de una estupenda Catherine Deneuve y de un principiante Gérard Depardieu.

La fotografía de Nestor Almendros se hace notar por algunos encuadres, texturas y algunas escenas buenas de verdad y eso que la mayoría de la película transcurre en interiores.
secretadmirer
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1 de febrero de 2006
5 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto esta película del señor Truffaut y puedo decir que me ha mantenido interesado en gran parte de ella.

Sobre todo destaco la sutileza narrativa del enamoramiento entre los protagonistas, la transnmisión de sentimientos que se hacen verosímiles, gracias a las buenas interpretaciones de los personajes y los toques de cine de autor que nos propone el francés.

Se la recomiendo al que le guste degustar buen cine francés...
trabalente
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