Encantada: La historia de Giselle

Ñoña pero simpática, infantil pero inteligente, colorista pero coherente.. "Encantada, la historia de Giselle" es, a simple vista, una contradicción en sí misma ya que los mayores de diez años la encontrarán una bobada y los menores de siete demasiado enrevesada. Hay que verla con algo de atención para darse cuenta de que no es tan boba y que se ha invertido trabajo en autoparodia camuflada y sutiles detalles irónicos.

Por lo demás no tiene sentido explayarse demasiado con algo que es lo que parece: un cuento Disney optimista y musical con princesas, madrastras y animalicos correteando y haciendo de la suyas, con la "novedad", por momentos, de que se ríe de sí misma.

Interpretada con correción, dirigida con competencia (curiosamente el director es la ardilla digital), no empalaga (bueno, sí, pero no demasiado) y se pasa un buen rato. A ratos divertida y, en cualquier caso, recomendable para todas las edades como una forma de emplear noventa minutos sin dramas ni preocupaciones.

Empiezo diciendo que me encantan los cuentos de hadas, las princesas y los principes, los animales que hablan, las brujas...así que por supuesto que me gustó esta película, me reí mucho, me enamoró Giselle con sus canciones y su maravillosa forma de ser. Me pareció realmente mágico mezclar el mundo real con el de cuento, y llevar a una princesa a la bulliciosa Nueva York, es una película muy divertida que te hace pasar un rato estupendo.

Es una película para niños ¡Pi!, es una parodia ¡Pi!. Es una película para niños ¡Pi!, es una parodia ¡Pi!. Es una película para niños ¡Pi!, es una parodia ¡Pi!. Es una película para niños ¡Pi!, es una parodia ¡Pi!........

Perdonar, pero es que me estoy mentalizando antes de escribir esta crítica, pues como no lo haga así la voy a poner a caer de un burro, o mejor dicho de un elefante.

Así de golpe y porrazo me pareció una mierda de dimensiones colosales, vergonzosa y boba hasta la saciedad. De lo peor que había visto en mi vida. Eso de ver a una tía de treinta y tantos haciendo de jovencita princesa de cuento, y haciendo el ridículo en escenas bochornosas era algo que no me esperaba.

Para colmo me parecía la copia Disney de Shrek, pero sin la fuerza, ni la calidad, ni naturalmente la música. Este tipo de parodia ya se había hecho en la fantástica película de nuestro querido ogro verde. Luego me parecía una mierda.

Una vez pasado el disgusto de tragarme este cuento azucarado y cursi, le di un par de vueltas a la situación y algo he cambiado de opinión. Supongo, tengo que buscar datos entre mis pequeños familiares cuando la vean, que a los niños si les debería gustar este engendrillo, en el fondo algo de gracia si tiene para ellos, eso de ver parodiados a sus personajes favoritos supongo que les hará pasarse unas risas. Además no creo que se fijen demasiado en los múltiples fallos de la película, ni en lo abuelilla que es la protagonista, luego para ellos estará bien.

¿Qué guste a los mayores? ¿Qué lo puedan ver todos los públicos? De esto dejarme al menos discrepar, creo que es infantiloide a tope y que no va a gustar a todo el mundo, quizá este equivocado, pero yo mismo soy un claro ejemplo.

Yo si llevaría a mis hijos pequeños a ver esta película, esto sin duda, un buen pasatiempo, pero ni obra de arte ni nada que se le parezca. Un cinquillo raspado dedicado a nuestros infantes.

Se ha dicho mucho que ésta es una película para mujeres. No me lo pareció. Es una película para soñadores de ambos sexos. Puede que para idealistas. En resumen, para quienes creen compatible ilusionarse con vivir en el mundo real.
Los primeros minutos de la película son de animación: evocan los dibujos clásicos de Walt Disney (de los que ya no se hacen) y son una maravilla. A partir de ahí, va en gustos.

Ayer vi esta maravillosa película y quedé enamorada de ella. Su ternura y apuesta por los valores universales políticamente correctos nos acercan al Disney de siempre. La animación es una mezcla de clasicismo y modernidad y el metraje de "realidad" es una parodia sobre el azúcar de estaso producciones pero a la vez una defensora de ellas. Las interpretaciones, el vestuario, las canciones y los números son asombrosamente divertidos y bellos y este tipo de películas hacen las delicias de niños y adultos. Puede que el mundo real no sea como en los cuentos pero es hermoso pensar que a veces se le parece o que al menos nos encantaría, ¿verdad?