Sin control

Entretenido thriller que da justamente lo que de él se espera. Me ha parecido una película muy correcta, que cuenta con una pareja protagonista que no lo hace nada mal. Para empezar, un más que atractivo actor como es Clive Owen, el cual siempre me ha gustado. Aquí cumple a la perfección con su personaje. Sus miradas me encantan, su impotencia y su desesperación se me hacen siempre creíbles. Con él tenemos a Jennifer Aniston, a la que me alegro de ver en un papel completamente distinto a los que nos tiene acostumbrados. La chica no lo hace nada mal y tiene una buena química con Owen. El tercero en discordia es el francés Vincent Cassel, el marido de Mónica Bellucci de rostro difícil de describir, buen actor que se desenvuelve como pez en el agua en papeles de tipo complicado, aunque desearía que no se encasillara en ellos porque pienso que él puede dar mucho más de sí. Por contra, el resto de secundarios se quedan muy por debajo del trío protagonista. Ahí tenemos a Melissa George que no me convence. No me gustó en su anterior trabajo, "30 días de oscuridad", y no me gusta ahora. A Giancarlo Espósito no lo veo metido en su papel de poli y los raperos Xzibit y RZA están para llorar. No entiendo por qué se les da últimamente papeles a los cantantes de rap, rara vez lo hacen bien, pero parece ser la moda en Hollywood.

Excelente argumento, tensión creciente, buenas interpretaciones, momentos sorprendentes...¿qué más vamos a pedir a un film que no pretende otra cosa más que enganchar al espectador?

Ciertamente puede recordar por la temática algo que ya se ha producido. Tampoco parece creíble, en un plano real, la actuación del protagonista, sino es una película. Lo que importa es que te pasa el tiempo en un plis plas, atornillado a la butaca. Claro, si no esperas ver una obra maestra ni un film del top ten. Muy recomendable.

Tiene un punto en común con "Atracción fatal": piénsatelo bien antes de entablar nuevas "amistades".

Ésta es la historia de un imbécil que le pone los cuernos a su mujer y le sale todo como el culo, y por si esto fuera poco, el tío, para intentar arreglar las cosas, hace todo más como el culo todavía y la caga hasta las trancas. Es la típica película que le quita a la gente las ganas de poner los cuernos de por vida, tipo "Atracción fatal" y eso.

Que el imbécil sea Clive Owen no mejora mucho las cosas, más bien al revés, las agrava. Porque ver a tal pedazo de macho hacer el capullo de esa manera casi que duele. Y que Jennifer Aniston sea la tercera en discordia tampoco ayuda demasiado porque los que estamos de la amiga Rachel hasta la punta el moño, que somos unos cuantos, pues nos toca todavía más las pelotas.

Con todo y con eso a Mikael Håfström no le sale la cosa mal del todo. Hay que reconocer que la peli entretiene y que consigue mantener la intriga hasta el final. El problema es que el bueno de Mikael la va cagando casi al mismo tiempo que su protagonista. Con escenas que bordean lo surrealista (la de la prostituta y el coche-patrulla, por ejemplo, qué fuerrrrrrte), y sobre todo con el final, que es un verdadero despiporre.Y claro, lo que empezó siendo un thriller interesante que prometía bastante termina en puro cine cómico y en descojone del copón. Joder, Mikael, hay que currarse más esos finales, chaval.

Debú americano del sueco Mikael Hafstrom ("Evil", 2003). Adapta la novela "Desrailed", de James Siegel. Se rodó en Chicago, Londres y Elstree Film Studios (Londres), con un presupuesto de 22 M dólares. Se estrenó el 11-XI-2005.

La acción principal tiene lugar en una urbanización próxima a Chicago y en Chicago (Illinois), en octubre y noviembre de 2004. Narra la historia de Charles Schine (Clive Owen), casado, padre de una niña enferma. Cada mañana va en tren a Chicago, donde trabaja como ejecutivo de ventas de una compañía de publicidad. Un día pierde el tren y toma el siguiente, en el que conoce a Lucinda Harris (Jennifer Aniston), asesora financiera, con la que entabla amistad, que pronto deriva en un romance que le conduce a un infierno de chantaje, violencia, misterio y crimen.

La película sitúa a Charles en un laberinto de tensión, que se basa en el descubrimiento de la enfermedad de la hija, su difícil tratamiento, el enfriamiento de sus relaciones con la esposa, Deanna (Melissa George), sus problemas en el trabajo (pierde el mejor cliente de su cartera). Un día por unos segundos no alcanza el tren, olvida comprar el billete y no lleva efectivo para pagarlo a la revisora. Compensa su situación con la nueva amistad de Lucinda. Pero su infidelidad se convierte en fuente de una vorágine de adversidades, que le sumen en un mundo agobiante de misterio y violencia. La película incluye guiños de simpatía a "Atracción fatal" (1987) (las funestas consecuencias de la infidelidad) y a Hitchcock (las víctimas no pueden pedir ayuda a la policía). La obra no hace juicios de condena de la infidelidad: hacia el final Charles adopta una posición muy comprensiva ante la confesión de infidelidad de Deanna.

La música, de E. Shearmur, se basa en una vibrante partitura de percusión (cuero y madera) que acompaña con incrementos de volumen los momentos de mayor tensión, imitando los latidos del corazón. Incluye dos temas principales (Charles y Winston) y añade canciones ajenas como "Johnny", de Ruler Rah. La fotografía presta gran atención al tren, como "Breve encuentro" (1945). Se complace en describir el andén del apeadero y el movimiento de Union Station (Chicago), donde los trenes articulados, vistos desde lo alto, parecen culebras vivas de grandes dimensiones. Es correcta la creación de ambientes sórdidos, lúgubres y opresivos, en los que anidan los entresijos del crimen, la extrosión y la prostitución. El guión elabora un relato entretenido, con varios giros hacia el final, que renuevan e incrementan la tensión y tapan algunos agujeros narrativos. La interpretación se beneficia de la buena química de Charles y Lucinda, cuyas intervenciones son correctas. Destacan los papeles breves de los cantantes de rap RZA (Winston) y Xzibit. La dirección imprime a la acción un ritmo intenso y sostenido, que la hace absorbente.

Película de suspense y misterio, de ritmo bien dosificado, entretenida y absorbente, pese a deficiencias de guión.

Resulta muy lineal y con unos protagonistas absolutamente descafeinados que interpretan sus papeles con evidente desgana, al menos es lo que a mi me llega.

Me recordó en todos sus aspectos, a un tipo de cine que se hacía a mediados de los 90, unos diez años antes. Se sustenta en un par de giros, tal vez un tanto forzados, que dan sentido a todo lo que estamos viendo.

Los malos aparenta una maldad extrema, tal vez hiciera falta un poco más de garra en la ejecución narrativa, para que la tensión se resolviese de manera más sostenida y no funcionase a saltos.

Me entretuvo aunque un 6 es una nota alta para lo que merece.