Twin Peaks (Serie de TV)

Un cuerpo se desliza por las aguas de un río hasta acabar en una orilla. "Tenemos viento del Sur", anuncia despreocupado Peter Martel. Es la mañana del 24 de Febrero de 1.989 y envuelta en un plástico aparece Laura Palmer, muchacha bellísima, muerta antes de tiempo, pálida, hinchada...
Se inicia un misterio que nos abrirá de par en par las puertas de su ciudad natal: Twin Peaks.

Esta comunidad-corazón, encerrada entre dos Estados, rodeada de montañas e impregnada con el olor de los abetos Douglas cuyo inquietante y precioso bosque la bordean, bombeando oxígeno a sus habitantes, ha visto cortada una de sus arterias. A su interior nos arrastran dos nombres clave para la Historia de la televisión norteamericana: David Lynch y Mark Frost, quienes coinciden gracias al agente Tony Krantz cumpliendo el anhelo eterno de colaborar en un gran proyecto. Si el primero se interesó por el formato pequeño tras "The Cowboy & The Frenchman", el segundo se había ganado una reputación escribiendo en la legendaria "Hill Street Blues".
ABC, tratando de innovarse frente a sus competidores, da luz verde a un piloto que cambia de arriba a abajo todos los conceptos conocidos a base de burlarse de los que el propio medio televisivo ofrece. Aquí la trama empieza con un crimen, típico del serial policíaco: el homicidio de Laura, la "popular girl" del instituto y la más bella de la ciudad, una Marilyn Monroe de provincias a quien no faltaban aduladores o admiradores, marca a ciertos habitantes, de algún modo unidos a ella en cuerpo y alma, reforzando este místico vínculo la imparable cascada de lágrimas que, uno tras otro, les va sacudiendo al enterarse de la noticia.

La de Lynch y Frost es una jugada magistral porque aún no conocemos a nadie pero es imposible no compartir ese momento, ese malestar en las entrañas que debilita las fuerzas de todos, desde Leland y Sarah (no entiendo por qué ella no tuvo más protagonismo), padres de la chica, a amigos, conocidos e incluso amantes; es como si Laura hubiera formado parte de nuestra vida desde siempre. La complicidad y el misterio nos han absorbido en este mundo aparte, aunque al penetrar en sus tripas lo hayamos hecho en un día cualquiera de las vidas de esos 5.120 habitantes (no 51.201, esto fue un error), número que sugiere una suspensión perpetua en el espacio-tiempo, un mundo que sólo existe en función de sus propias reglas.
Y para entender mejor su configuración lo veremos a través de los ojos de un forastero. Kyle MacLachlan encontrará en Dale Cooper un cruce mágico entre una versión madura del Jeffrey de "Terciopelo Azul" (aquel Lumberton, puro preámbulo de Twin Peaks) y una versión joven del detective Frank Columbo; este afable, nostálgico, exhaustivamente metódico y perceptivo agente del F.B.I. que toma conciencia del lugar, hipnotizado por el aroma de los abetos, el café y las tartas de frutas, une sus fuerzas con los singulares miembros de la policía local, el recto sheriff Harry a la cabeza (magníficamente sutil Michael Ontkean), en el transcurso de una investigación intensa, compleja y del todo inesperada.

Investigación que avanza por los cauces más convencionales del suspense criminal de manual, cuya sucesión de pistas y confesiones van revelando ese pedacito del pasado y personalidad de Laura sólo perteneciente a las páginas de sus diarios secretos, revelando la oscuridad, la tortura y la condena que yace bajo la sonrisa deslumbrante de Sheryl Lee, eterna sonrisa de un ángel corrompido al que cortaron las alas...hasta la emisión de un 3.er legendario capítulo que derribará toda concepción lógica, planteándose una posible resolución paralela del caso a través del inconsciente, sugestionado por los contornos esotéricos de la ciudad y las melodías mórbidas del maestro Angelo Badalamenti.
Lynch y Frost hacen Historia estableciendo las claves ("fuego, camina conmigo", "las lechuzas no son lo que parecen", el chicle que "se pondrá de moda"...) y bases (la Habitación Roja, la Logia y los "doppelgängers" aprisionados, el enano, Mike, y sobre todo el ente demoníaco "Bob", especie de Freddy Krueger de los bosques que se alimenta de almas y dolores...) de la mitología de un universo en sí mismo, estilizado, onírico e inquietante, situado en lo profundo de la surrealidad y que poco a poco saldrá a la superficie real. Pero más adelante Cooper, y pese a su perspicacia, cae en un error fatal: sobrevalorar esta realidad.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Al tanto sobre la cancelación, Lynch remató la función por todo lo alto con un clímax apocalíptico en las tripas de la Logia Negra que aún hoy día es todo un misterio perturbador. Lástima las decisiones tomadas por Frost durante la 2.ª temporada, sin embargo nuestra estancia, del 24 de Febrero al 11 de Marzo (el tiempo transcurrido en la serie), ha sido lo suficientemente intensa y emocionante para que, a nuestra partida, ya no seamos nunca los mismos.
El medio televisivo tampoco lo sería y sus fronteras se abrieron de par en par ("Picket Fences", "Eerie, Indiana", "Expediente "X" ", "Strange Luck" o "Doctor en Alaska" surgieron de la costillita de "Twin Peaks"). Hay música en el aire, hombres en bolsas que sonríen, leños que hablan y lechuzas que observan. Diane, confío en que no se me olvide pasar por la RR y comer un trozo de ese rico pastel de moras antes de marchar; jamás olvidaré el dulce aroma de los abetos Douglas...ni la sonrisa eterna de Laura Palmer...

Hay una cosa innegable en "Twin Peaks". Tiene uno de los mejores episodios pilotos que jamás se han hecho. Si Laura Palmer no hubiera existido, nunca habríamos tenido "True Detective". Solo por eso hay que decir que estamos ante un hito de la televisión.

Un misterio bien llevado, personajes fascinantes y un pueblecito que da un mal rollo increíble pese a lo cotidiano que parece. De cualquier modo, sus dos geniales creadores irán tomando algunas decisiones controvertidas. Aunque sea mera intuición, sospecho que Frost se va dejando llevar más por Lynch, artista muy inteligente pero peculiar y heterodoxo como pocos.

Si la serie fuera una temporada casi quedaría una obra maestra. Un crimen bien llevado, filosofía existencia y un poco de esoterismo. A partir de la segunda, el asesinato se va olvidando paulatinamente, el arte de pensar se torna locura y lo mágico inunda todo cual Macondo pero sin que pegue, a diferencia de en la obra de García Márquez.

No es cuestión de su final. Para gustos los colores. Pero se nota que la adictiva premisa se va debilitando, que ya hemos perdido ese maravilloso embrujo de cuando sus amigos recordaban que la preciosa Laura un día les confesó una cosa: "Yo no soy lo que la gente piensa...".

Solamente por eso y aquel magnífico piloto, se perdona toda la paja posterior.

Entrar al universo de Twin peaks es abandonar lo racional y adentrarse en un mundo donde impera el sinsentido, el surrealismo y lo paranormal.
En la ciudad de Twin Peaks puedes encontrar todo tipo de personajes excéntricos y absurdos: muertos que vuelven a la vida, brujas, espíritus malignos que poseen cuerpos humanos y se alimentan del miedo y el amor ajeno,gigantes y enanos que se cuelan en el limbo de nuestra mente cuando perdemos la razón, mujeres que saben adivinar el futuro y arropan a un leño como si fuera un bebe, mancos que llevan el destino tatuado.....
Con el fatídico acontecimiento que narra el inicio de la serie(el asesinato de la joven Laura Palmer y la llegada al pueblo del agente Dale Cooper) se dan lugar todo tipo de acontecimientos inesperados que dejan de lado la realidad y se adentran en un mundo donde imperan solo los sentidos.
Y es que en esta serie nada encaja pero al final todo acaba teniendo un orden perfecto donde cada pequeña pieza encuentra su lugar.
No entiendes nada de lo que estas viendo y y al mismo tiempo lo comprendes todo de un modo sobrenatural.
Twin Peaks es mas que una serie, es el universo onírico y personal de David Lynch. Son los demonios y las musas que viven en sus sueños, los miedos mas ocultos que puede tener un ser humano y su concepción propia del bien y el mal.
Es cierto que mientras la primera temporada te mantiene pegado al asiento, en la segunda y con el caso del asesinato de Laura ya resuelto la historia pierde profundidad.
Pero son los últimos capítulos , la aparición de Window Earle y la reaparición de Bob los que vuelven a darle color y brillo a la serie.
Y al final acabas por comprender que incluso el relleno y las subtramas sin interés que has visto hasta ese momento tienen sentido.

Eran los años 90, Los Simpson acababan de estrenarse en Fox. Las cadenas de cable empezaban a probar la producción de ficción propia. Entre las series más vistas en Estados Unidos aquel año estaban Roseanne, El show de Bill Cosby, Cheers, Las chicas de oro y Aquellos maravillosos años. Nadie estaba preparado para lo que la mente de Lynch y Foster traerían a la televisión. La maravillosa Twin Peaks. Más de 35 millones de estadounidenses vieron el episodio piloto de una serie que cambió la forma de ver la televisión. Un consagrado David Lynch después de haber dirigido las magistrales Hombre Elefante y Blue Velvet, y haber ganado la Palma de Oro con Wild Heart se sentaba detrás de la silla para dar casi dos horas de televisión hipnótica. Pero que piloto, que clase de inicio. Posiblemente y deliberadamente, pueda decir que después de todo lo que ha pasado por la televisión de Estados Unidos, y ahora las plataformas digitales nada, nada ha sido tan original y extravagante como esas dos horas iniciales de Twin Peaks. Claro, lo confieso , estoy siendo 100% imparcial en el asunto. Pero todo venía desde antes, la cadena ABC arriesgo su horario Primetime, a una historia poco convencional que tenía una publicidad simplista pero llena de intriga. ¿Quién mato a Laura Palmer?, no habían pasado ni 15 minutos del capítulo inicial cuando ya una chica yacía en una bolsa . Luego un extraño, pasado de amable y algo extrovertido Agente Cooper ¡Gracias Kyle MacLachlan! Y de ahí en adelante el que me diga que sabía que iba a pasar, pues me estaba mintiendo, porque si algo tiene Twin Peaks es que es casi imposible de predecir. Eso es como entender la mente de Lynch, esa mente no se entiende, se disfruta.

La primera temporada de Twin Peaks fue una locura total. La renovación a una segunda temporada fue inmediata, el capítulo final de la primera temporada era de infarto e iniciábamos con un magistral primer capítulo de nuevo dirigido por David Lynch, aquel cuarto, aquellas visiones, aquel ambiente de intranquilidad, de suspenso. Pero, y siempre debe haber un pero, los productores de l a serie no querían esperar 20 y tantos capítulos más para que se resolviera la pregunta ¿Quién mató a Laura Palmer?, el público estaba en vilo sobre el asunto y los productores pensaron que lo mejor era que revelar el asesino lo más pronto posible. Aunado a eso, algunos miembros del rodaje por razones personales se opusieron a la idea original de Lynch y Foster. La presión era mucha de fondo. Y Lynch dio rienda suelta a su maestría de nuevo en un formidable y avasallador capítulo 7.Donde resolvió la incógnita que mantenía en vilo a un país. Luego se hizo a un lado de la parte creativa de la serie. De ahí en adelante, la serie cayó en picada, con una estructura planteada por Foster y Lynch la serie fue retomada por directores invitados, que metieron historias paralelas que en poco o nada desarrollaban su argumento central. Algunas interesantes, otras repetitivas y aburridas. La audiencia se fue en desbandada, el crimen ya había sido resuelto y ciertamente los capítulos que siguen toman un rumbo a ninguna parte con pequeños destellos de genialidad . Hasta que meses después y a solicitud masiva de los fans que aún quedaban, Foster y Lynch regresaron para escribir los capítulos finales. Y de ahí surge un nombre: Windom Earle, en lo que en la mesa y a simple platos sería el archienemigo a muerte de Dale Cooper, nuestro sonriente detective. Aquí el escenario empieza a aterrizar más, se abandonan poco a poco dando pequeñas soluciones a las historias en paralelo y volvemos al mundo Lynch. A ese mundo amado e irrepetible. Earle se descubre como un némesis formidable para Cooper. Como un Moriarty para Holmes. El juego sádico de este llega hasta un capítulo final, que señores y señores no tengo reparo en decir que es el mejor capítulo de cualquier serie en la historia de la televisión. Es un capítulo que cuando lo visione allá por los años 2000 me hizo orinarme del miedo básicamente. Un vistazo en directo al onirismo y surrealismo de una mente creativa maravillosa. Y una sentencia particular, de un personaje conocido (no lo diré para no spoilear)” Nos veremos en 25 años Agente Cooper”, en una clara muestra de que Lynch parecía tenerlo todo resuelto. Es un maldito genio este copete parado.

Hace poco visione por segunda vez toda la serie, la primera y segunda temporada, ese gusto de segundos visionados solo la tienen series de alta estima que lo merecen, puedo meter en la lista a Breaking Bad, Mr Robot, True Detective (primera temporada), The Wire. Y quede aún más admirado de lo que recordaba, fui capaz de notar aún más los fallos de argumento en su segunda temporada pero de alguna forma lo disfrutaba, tal vez esperando aquellos capítulos que en los que Lynch dejaba su firma de director. Sea como sea, Twin Peaks es un evento imperdible, una extraña razón para dar gracias a la existencia de la televisión y eso, sí que son palabras mayores.

Si un hombre, mañana llegara a la puerta de mi casa y me dijera “Creo que Twin Peaks con todo y sus altibajos es la mejor serie de la historia”, Yo le respondería, buen hombre pase a mi cocina, a tomar café, con una pedazo de tarta de fresa y cuéntemelo todo.

Me costó digerir TP. Es un trabajo audiovisual solemne, que minuto a minuto cuidó cada ligero detalle y cada pequeño paso que dió. La aguja sobre el telar, llevando la lana, se percibe increiblemente, con cada gesto, cada palabra, con cada movimiento que parece ser sobreactuado, pero que en verdad oculta un mensaje vital "Jamás no todo es lo que parece". Es esa la base de esta producción, la realidad no es ella si no una mera ilusión de lo que queremos ver. Una pesadilla que se extiende en la noche profunda, ayudada por una música que se repite y se repite. Personas con un oscuro secreto. Un pueblo lejos de todo, un pueblo que no existe. Premoniciones de otros mundos. ¿La trama? Una de las jovenes insignes de la comunidad aparece muerta en las orillas de un lago. El sheriff local y un agente del FBI juntarán fuerzas para esclarecer las incognitas de su asesinato, revelando así secretos de la comunidad que muchos se esmeraron por ocultar.
Si tuviese un suspenso un poco más audaz, Twin Peaks sería una joya. Pero no se confunda, sin lugar a dudas es una serie que hay que ver.