Twin Peaks (Serie de TV)

Como buen cinéfilo que soy, me sentía con la obligación de ver esta serie, cada persona que ama el cine de Lynch ha de ver Twin Peaks...Lynch y Twin Peaks son sinónimos.

Está claro que esta serie marcó un antes y un después en las pequeñas pantallas y sobre todo que un director de la talla de Lynch se atreviera a hacer algo tan arriesgado para aquellos años en la televisión.

Con un espectacular capítulo piloto se da inicio a unas investigaciones sobre la muerte de Laura Palmer y la presentación de la vida de un pequeño poblado, es todo un mito, no se que es más mítico, el nombre o la música, esta banda sonora es el sello de la serie y sobre todo, un mito cinematográfico.

No voy a decir que la serie me ha enganchado, para nada, al contrario, me ha costado verla en muchos momentos, hay muchos, pero muchos momentos en los que la serie se quedó muy anticuada y solo los momentos dirigidos por Lynch son eternos y magistrales, hay una gran diferencia entre lo que dirigió él y los que no.

Hay momentos misteriosos, fantásticos, surrealistas, eternos y otros momentos, sobre todo los de humor, que se han quedado muy anticuados y cuando los veo me decepcionan un poco, porque me esperaba otra cosa de esta mítica serie.

Pero no es malo lo que comento ahora, para aquellos años, estos momentos hoy anticuados, fueron momentos de riesgo televisivo, hoy en día no me dicen mucho pero sin embargo ves la mano de un genio del surrealismo como Lynch en otros momentos que se quedan grabados para siempre.

Hay una gran diferencia entre la primera temporada y la segunda, en la primera todo es fantástico, en la segunda todo es forzado y tropieza en el guión todo el rato, se riza tanto el rizo que es imposible creerse todo.

Quizás en eso consista todo, en que ya nada es real, que todo es lejano y un eterno sueño.

Es difícil de nombrar, de describir, y sobre todo, de entender.

Dicho todo esto, no puedo quitar mérito a esta serie de marcó una época televisiva.

Twin peaks es genial.
Sus personajes, su surrealismo y todo eso que ocurre en ese pequeño pueblo.
Ahora sí lo mejor es la 1º temporada, la cual me parece simplemente perfecta.
La 2º ya me parece un poco pobre, se nota que David Lynch la dejó un poco de lado, y como resultado un malo que da un poco de risa entre otras cosas.

Esta es una serie de culto que mezcla de manera sobresaliente la ciencia ficción con la investigación policial.

Todo empieza con el asesinato de Laura Palmer y a partir de la resolución del mismo, la serie empieza a desvariar.

Para comprenderlo todo un poco mejor deberíais ver la película "Fuego camina conmigo". De todos modos tampoco lo aclara todo.

No quiero ser catastrofista. La serie merece la pena, pero creo que el final es bastante ... "raro".

«Twin Peaks» es una serie que logra una proeza inalcanzable en el formato televisivo: mantener en vilo al espectador hasta el último capítulo dándose el lujo de desvelar el secreto que la sustenta hacia la mitad. Porque en realidad Lynch, posiblemente el alumno más aventajado de Hitchcock, utiliza el slogan publicitario de «¿Quién mató a Laura Palmer?» como una mera excusa para sumergirnos en los múltiples secretos de los habitantes de esta dulce comarca del noroeste. Es decir: un Mcguffin en toda regla, sólo que prolongado y dilatado a lo largo de treinta capítulos y aplicado sobre la psicología del espectador mediante un proceso hipnótico, un tratamiento clorofórmico cuya cadencia visual y sonora prefigura buena parte de la filmografía posterior del cineasta de Montana.

Tengo la sensación de que la serie en su conjunto constituye un aparato narrativo tan milimétrico y equilibrado que correría el riesgo de desmoronarse si se le sustrajera alguna de sus partes, aunque sólo fueran detalles que «a priori» puedan parecer triviales. La banda sonora de Badalamenti es, sin duda, uno de los factores clave en la formulación del embrujo hipnótico, pero también los momentos oníricos, los fragmentos deslavazados de sueños, pesadillas y alucinaciones, los retazos de diálogos fuera de contexto y al parecer sin ningún sentido. Cada detalle forma parte de un todo que, por razones obvias, permanece herméticamente encerrado en las lindes de ese pueblecito que nos da la bienvenida al comienzo de cada episodio.

Atravesando diversas fases o «estadios narrativos» (la investigación sobre el crimen de Laura Palmer, los tejes y manejes respecto a la explotación del bosque de Ghostwood, la implicación del Mayor Briggs en una trama de OVNIS y seguridad nacional, la llegada de Windom Earle, el concurso de Miss Twin Peaks, etcétera), el espectador avanza a lo largo de la serie como si fuese apartando de su camino cuberturas de telas de araña o, por qué no decirlo, cortinas rojas aterciopeladas, encontrando un nuevo secreto fascinante tras cada una de ellas. El argumento, desdoblado, multiplicado, abre multitud de sendas que no conducen (o que parecen no conducir) a ningún sitio, hasta derivar en un último episodio decididamente perturbador. Al final de cada capítulo, no obstante, la fotografía enmarcada de Laura Palmer nos recuerda por qué estamos allí. El Mcguffin nunca termina de apagarse porque es como el reloj de péndulo que se balancea delante de nuestros ojos, manteniendo vivo el proceso hipnótico.

Tal vez esto que voy a exponer suene a mitomanía exagerada, pero se aprecia una diferencia notable cada vez que David Lynch en persona dirige algún episodio, más allá de que su sombra, alargada, abrumadora y absolutamente letárgica, se encuentra agazapada detrás de cada uno de los capítulos.

Una de las experiencias más alucinantes que puede ofrecer la televisión. Una serie mítica y portentosa que cierra las puertas del pueblo fantasma hasta un cuarto de siglo más tarde, cuando, de repente, vuelven a ocurrir cosas. «Fuego camina conmigo» y allá vamos otra vez, rumbo a otra sesión de hipnosis prolongada…

Le doy un 8 a esta serie, que en su primera temporada, en la que estuvo David Lynch más vinculado, me parece magistral.

Sin embargo, a medida que avanza la serie y van pasando cada vez cosas más delirantes, se dificultaba cerrar el guión coherentemente, y la segunda temporada se hace pesada y casi imposible de seguir.