Episodes (Serie de TV)

Showtime se ha ganado un nicho importante en la TV mundial. Series a cada cual más extraña con personajes entrañables y premisas interesantes (y alocadas).

Por esos antecedentes, siempre se espera que las series nuevas del canal despunten toda esa "mala leche" que produce un humor negro y cínico.

Pero, Episodes carece de ese punto "maligno" de esa intención de jugar sucio y el resultado es una serie entretenida, pero no inolvidable. Los actores cumplen, el guión se mueve (muy poco), pero falta lo que le sobra a Californication, Nurse Jackie, Weeds o Dexter (borrar los límites y dibujarse unos propios).

Así, el producto me parece fallido, porque no llega al nivel de sus "hermanas" y se empantana en un querer y no ser, y se empeña en no dar ese salto a ser una serie irreverente (considerando que su premisa es justo esa).

Ojalá mejore.

6

Es tremendamente divertida, fresca, no podrás parar de verla. Aviso que la segunda temporada empieza algo floja pero merece la pena seguir porque la tercera es apoteósica. Matt LeBlanc está espectacular, se ríe de si mismo y lo hace sin ningún reparo, todos los actores hacen granes papeles.

Siete años, cinco temporadas y cuarenta y un capítulos de menos treinta minutos cada uno, han servido para explicarnos las aventuras y desventuras de dos guionistas ingleses en su salto al mundo televisivo americano, y la experiencia no ha podido ser más satisfactoria dejándonos una de las mejores comedias del siglo veintiuno.

Pero no vamos a mentiros, el auténtico protagonista de la serie ha sido Matt LeBlanc por partida doble, quien haciendo de él mismo, ha sabido explotar y reírse de su mítico Joey de "Friends" con un personaje pasota, prepotente a la par que simpático y entrañable, que le sirvió para ganar el premio a mejor actor en una serie cómica de los Globos de Oro dos mil doce.

Dejando de lado las magníficas actuaciones, tanto de los protagonistas como de un largo número de variopintos secundarios, su mayor virtud es un guión ingenioso cargado de ironía, coherencia y por momentos casi telenovelesco, que nos ha implicado y enganchado de forma sorprendente a las vivencias personales y profesionales de sus personajes.

Con breves temporadas, buenas o mejores, pero ninguna mala, cada una de ellas nos ha dejado con ganas de más risas, que siempre conseguían sin atentar a nuestra inteligencia, culminando con un final perfecto de una serie que rememoraremos entera en breve.

Más mini críticas de series en https://cinedepatio.blogspot.com.es/2017/12/episodes-series-completa.html

Tras aquel infravalorado y desternillante Spin Off que fue Joey, Matt Leblanc dio una vuelta se tuerca con esta inteligente comedia que no saca carcajadas de ti ni está llena de cliffhangers pero que entretiene y tiene momentos gloriosos. Sin duda el punto fuerte son las grandes interpretaciones, tanto de la pareja de guionistas británicos como de Carol y, claro, un Matt Leblanc que borda un papel en el cual, por encima de todo, se ríe de si mismo.

Me acerqué a esta serie sin grande expectativas, no soy seguidor de Friends. Para mi fue un descubrimiento un poco de aire fresco en lo rutinario. Me encantan las series en las que el protagonista se ríe de si mismo dejando su ego a un lado, ya me paso con Que fue de Jorge Sanz, otra gran serie. En definitiva 5 temporadas de una notable serie con episodios de unos 20 minutos que se comen como pipas.