Así somos (People Like Us)

Este drama personal de Alex Kurtzman tiene unos puntos fuertes bastante trabajados que hacen que realmente se disfrute mucho. Todas las actuaciones están a un buen nivel (aunque quizás no sean memorables, muy bien Chris Pine y Elizabeth Banks poniéndose al hombro la trama) y una historia muy bien contada, emotiva (el conflicto se desarrolla de una manera emocionante y única). Quizás sea porque los temas familiares me tocan en cierto punto, lo desconozco, pero realmente disfruté viéndola.
Una de esas películas tapadas del año, que terminan sorprendiendo y gustando mucho.

"Así somos" o "People Like Us" es un drama familiar a cargo de Alex Kurtzman, que después de ser guionista ha debutado como director de cine con, de momento, su única película. La misma ha pasado con bastante discreción por las carteleras, sólo 12,4 millones de dólares recaudados, menos que su presupuesto, entre otras cosas porque es floja. El tema central pretende ser atractivo, pera la manera de enfocarlo está cogida con alfileres. Me preguntó, por ejemplo, qué pretende Sam Harper (Chris Pine) haciéndose pasar por una especie de pretendiente de Frankie Davis (Elizabeth Banks). Dale el dinero o vete, pero no hagas el memo durante el tiempo necesario para rodar un largometraje.

Lo que también se le achaca a "Así somos" es el exceso de clichés, que no son tantos. Lo que sí, es la forma de soltarlos, lo que impide profundizar realmente en la (mala) relación familiar del protagonista con sus padres. Lo peor de todo es que nos quieren convencer al final de que el padre era "bueno" pero la explicación no cuela para nada. Se puede escoger entre dos mujeres pero no entre dos hijos, a lo "La decisión de Sophie" (1982). No es pretexto para que desentienda por completo de Frankie. Al final, como suponía, el único motivo para ver "Así somos" es la presencia de Olivia Wilde y Elizabeth Banks. Olivia está más mona de lo habitual, pero creo que Elizabeth Banks la supera en belleza.

Suelo huir de estas películas como la peste. Odio el maniqueísmo cursi de telefilme de sábado por la tarde. Huyo de esas películas donde los atormentados personajes intentan sobrevivir acompañados de melodías de piano y violines para tener un final feliz a costa de la coherencia. El motivo por el que he visto “Así somos” es porque es la primera película de ese maestro del guión de ciencia-ficción que es Alex Kurtzman (Fringe, Star Trek o Transformers) y quería saber que era capaz de hacer un tipo así (bruto mecánico donde los haya) con un drama exclusivamente basado en las personas. Cuando te acercas a una película deberías hacerlo alejado de todo prejuicio. Puestos a que el prejuicio existe debería ser un prejuicio negativo pues eso nos ayuda a encontrar puntos positivos en la película, o lo que es lo mismo: a disfrutarla. No sé si he disfrutado con “Así somos” pero tampoco me ha desagradado y he contemplado con asombro como Alex Kurtzman es capaz de construir complejas historias dramáticas sin viajes en el tiempo, naves espaciales o científicos locos que, además, funcionan más que bien. No es que “Así somos” sea una obra maestra pero es un excelente melodrama bien construido, bien interpretado y que intenta huir del cursilismo (aunque a veces no puede evitar caer en él, sobre todo en su tramo final) gracias al sentido del espectáculo de Kurtzman, sabedor de que lo primero siempre es entretener (ese giro final cuando creemos que todo ha acabado es un buen ejemplo de ello). Como cuando haces el avioncito con la sopa para que el niño rebelde se la coma. ¿Recomendable? Sin duda aunque los que odian los melodramas quizás deberían evitarla y ponerse una peli porno donde todo el amor es horizontal.

Comienza bien, sobre todo si no conoces su argumento, como suelo hacer yo. Pero poco a poco se traslada a ese cine comercial y tan sobado, de sufrimientos pero a la vez, con una posibilidad de futuro en el que hallar salida; y atiborrado de escenas vistas... o muy vistas, y otras tan increíbles que se resuelven como inaceptables.

Michelle Pfeiffer, esta mayor y ahora debe aceptar papeles como secundaria. Chris Pine se mueve con soltura, aunque sus registros son muy limitados.
Poco destaca en ella, una de esas de ver y olvidar.

La trama es relativamente novedosa y, sobre todo, está muy bien contada e interpretada.
Trata de dos hermanastros que no se llegarán a conocer hasta que no muere el padre.
Hay que rehacer todo un lazo de hermandad y eso es la película, con un Chris Pine y una Elizabeth Banks muy sólidos y creíbles.
Hay algún que otro tópico, pero menor.
Eso sí, quien sea alérgico al sentimiento que vea una de acción.